/ martes 3 de septiembre de 2019

1 de septiembre, corte de caja

Y llegó el día marcado para uno de los informes presidenciales más esperados en las últimas décadas, no por el contenido, ya que el Presidente López Obrador da un informe diario de lunes a viernes en la ciudad de México y los fines de semana en el resto de los Estados del País, sino por los ingredientes puestos alrededor de este ejercicio democrático ya sea por detractores o por simpatizantes, aunque en esta ocasión estos últimos no fueron del todo armoniosos y tuvimos al petista Gerardo Fernández Noroña calificando como falta de respeto que este informe no fuera expuesto personalmente por el mandatario en el Congreso de la Unión.

López Obrador llego a la cita con alrededor del 70% de aprobación popular para su desempeño, retratado en diversas encuestas y con un contenido previamente desahogado en sus conferencias “mañaneras”, dejándolo “vacunado” contra lo que pudiera empañar su día.

De entrada, fiel a su estilo, el Presidente después de desdeñar al Congreso, mantuvo con la ciudadanía una conexión que ha logrado un apoyo que no se reduce a pesar de resultados no siempre óptimos en su administración.

Prueba de ser el único vínculo que realmente le interesa, llamó insólitamente “Tercer Informe de Gobierno” a este ejercicio, considerando sus anteriores mensajes (el de los 100 días y el aniversario de su elección) con toda la validez y seriedad por parte de su administración.

El resultado en redes fue avasallador y tiñó de gris manifestaciones blancas de personas que disienten con su mandato.

En el contenido aunque conocido de todos hay matices relevantes, debate sobre el nulo crecimiento económico, por un lado quienes critican no mencionan que la deuda pública y la inflación se han detenido también y por otra parte, tenemos a un presidente que minimiza la situación y trata de separar el crecimiento económico de la factibilidad de crecimiento, algo difícil de creer.

Resulta interesante observar a un enfático López Obrador cuando se refirió a la separación del poder económico del poder político, esto mientras en la tercera fila se encontraba uno de los empresarios más polémicos, miembro de lo que AMLO denominó alguna vez como “minoría rapaz” Germán Larrea, el segundo hombre más rico del País y dueño de Grupo México, su minera representa sinónimo de contaminación, culpable del derrame de ácido sulfúrico en el Mar de Cortés y con quien se dice, el Presidente se reunió ayer para hablar precisamente de este y otros temas.

Existen datos interesantes como el apoyo a inmuebles dañados por el sismo en 2017 y que tendrán un recurso de 26 mmdp con un total de 58280 acciones de reconstrucción, los programas sociales como el de ”Jóvenes Construyendo el Futuro” que dicho sea de paso ha recibido críticas serias entre las que no incluyo las realizadas por el Ex Presidente Felipe Calderón.

El robo de combustibles también fue tocado por el Presidente, enarbolando con orgullo el descenso en pérdidas para PEMEX, así como el asunto de la migración que sin duda representa un gran reto para la administración y deberá ser atendido tomando en cuenta que para reducir el flujo migratorio, es necesario un plan de desarrollo, no muros, no policías.

El tema de la seguridad fue apenas tocado, reconociendo lo que sin duda es la más grande deuda de este gobierno y todos los anteriores, La 4T puede decir aún que no es culpable del origen del problema pero no puede evadir la responsabilidad de remediarlo, ante lo ya insostenible en todos los rincones del país.

Ha pasado el "Día del Presidente" con importantes cambios de “usos y costumbres”, no tuvimos una “Cadena Nacional” en las televisoras, no hubo vallas que impidieran el acceso al perímetro del Palacio Nacional, pero sí hubo fueron manifestaciones pacíficas de rechazo y una gran actividad en redes del primer corte de caja, los temas del mismo serán debatidos en distintos frentes y será la ciudadanía al vivir beneficios y padecer los errores de todos los gobiernos, quienes hagan la correcta evaluación.


Twitter: @michelleonofre

Y llegó el día marcado para uno de los informes presidenciales más esperados en las últimas décadas, no por el contenido, ya que el Presidente López Obrador da un informe diario de lunes a viernes en la ciudad de México y los fines de semana en el resto de los Estados del País, sino por los ingredientes puestos alrededor de este ejercicio democrático ya sea por detractores o por simpatizantes, aunque en esta ocasión estos últimos no fueron del todo armoniosos y tuvimos al petista Gerardo Fernández Noroña calificando como falta de respeto que este informe no fuera expuesto personalmente por el mandatario en el Congreso de la Unión.

López Obrador llego a la cita con alrededor del 70% de aprobación popular para su desempeño, retratado en diversas encuestas y con un contenido previamente desahogado en sus conferencias “mañaneras”, dejándolo “vacunado” contra lo que pudiera empañar su día.

De entrada, fiel a su estilo, el Presidente después de desdeñar al Congreso, mantuvo con la ciudadanía una conexión que ha logrado un apoyo que no se reduce a pesar de resultados no siempre óptimos en su administración.

Prueba de ser el único vínculo que realmente le interesa, llamó insólitamente “Tercer Informe de Gobierno” a este ejercicio, considerando sus anteriores mensajes (el de los 100 días y el aniversario de su elección) con toda la validez y seriedad por parte de su administración.

El resultado en redes fue avasallador y tiñó de gris manifestaciones blancas de personas que disienten con su mandato.

En el contenido aunque conocido de todos hay matices relevantes, debate sobre el nulo crecimiento económico, por un lado quienes critican no mencionan que la deuda pública y la inflación se han detenido también y por otra parte, tenemos a un presidente que minimiza la situación y trata de separar el crecimiento económico de la factibilidad de crecimiento, algo difícil de creer.

Resulta interesante observar a un enfático López Obrador cuando se refirió a la separación del poder económico del poder político, esto mientras en la tercera fila se encontraba uno de los empresarios más polémicos, miembro de lo que AMLO denominó alguna vez como “minoría rapaz” Germán Larrea, el segundo hombre más rico del País y dueño de Grupo México, su minera representa sinónimo de contaminación, culpable del derrame de ácido sulfúrico en el Mar de Cortés y con quien se dice, el Presidente se reunió ayer para hablar precisamente de este y otros temas.

Existen datos interesantes como el apoyo a inmuebles dañados por el sismo en 2017 y que tendrán un recurso de 26 mmdp con un total de 58280 acciones de reconstrucción, los programas sociales como el de ”Jóvenes Construyendo el Futuro” que dicho sea de paso ha recibido críticas serias entre las que no incluyo las realizadas por el Ex Presidente Felipe Calderón.

El robo de combustibles también fue tocado por el Presidente, enarbolando con orgullo el descenso en pérdidas para PEMEX, así como el asunto de la migración que sin duda representa un gran reto para la administración y deberá ser atendido tomando en cuenta que para reducir el flujo migratorio, es necesario un plan de desarrollo, no muros, no policías.

El tema de la seguridad fue apenas tocado, reconociendo lo que sin duda es la más grande deuda de este gobierno y todos los anteriores, La 4T puede decir aún que no es culpable del origen del problema pero no puede evadir la responsabilidad de remediarlo, ante lo ya insostenible en todos los rincones del país.

Ha pasado el "Día del Presidente" con importantes cambios de “usos y costumbres”, no tuvimos una “Cadena Nacional” en las televisoras, no hubo vallas que impidieran el acceso al perímetro del Palacio Nacional, pero sí hubo fueron manifestaciones pacíficas de rechazo y una gran actividad en redes del primer corte de caja, los temas del mismo serán debatidos en distintos frentes y será la ciudadanía al vivir beneficios y padecer los errores de todos los gobiernos, quienes hagan la correcta evaluación.


Twitter: @michelleonofre

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