/ miércoles 17 de noviembre de 2021

¡AIDM, un acuerdo posible!

Habiendo reconocido breves datos sobre antecedentes acerca de la pobreza y su atención, al menos en el plano de su visibilidad en las ultimas décadas con una mayor claridad, caracterización y urgencia para atenderla, enfoquémonos ahora en el diagnóstico que presenta nuestra entidad.

Sobre todo, por los datos arrojados en el último Censo 2020, y dados a conocer a mitad del año pasado y que, sin duda, serán reflexionados constantemente hacia los siguientes años.

Morelos es un estado pequeño no solo en extensión territorial sino también poblacionalmente. Para el 2020, el número de personas que lo habitamos es de 1 millón 971 mil 520 (48.2% son hombres y 51.8% mujeres); existen 93 hombres por cada 100 mujeres, con una edad mediana de 30 años. Somos un estado joven que habita los 36 municipios que lo integran. 39.6% de la población se concentra en Cuernavaca, Jiutepec y Cuautla; somos uno de las entidades más densamente pobladas: 404.1 habitantes por kilometro cuadrado.

Entrando en algunos de los indicadores de rezago social hay que decir que los morelenses habitamos en 560 mil 669 viviendas, 3.5 personas promedio por vivienda, de las cuales 66.1% disponen de agua entubada, 98.1% de drenaje, 99.5% de energía eléctrica. 48.9% de las personas de más de 15 años cuentan con estudios de educación básica, 24.7% con educación media superior y 21.3% con educación superior, 5.1% sin escolaridad. 71.9% de la población cuenta con algún servicio de salud pública o privada, siendo el IMSS y el INSABI las instituciones con mayor número de derechohabientes. La población económicamente activa (mayores de 12 años) alcanza el 63.1%, de la cual el 43.1% corresponde a mujeres y el 56.9% son mujeres.

Se ha referido con insistencia en este tiempo de pandemia el crecimiento del uso de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC); pues bien, en el estado apenas el 36.6% de su población dispone de computadora y 55.1% con acceso a internet, lo que refleja un déficit significativo. En contraparte 89.4% cuenta con teléfono celular.

Al 2020, CONEVAL estimo que en Morelos el 50.9% (poco más de 1 millón de personas) vive en condición de pobreza y el 8.4% (poco más de 120 mil personas) en pobreza extrema.

Hasta aquí algunos datos que nos ayudan a enfocar las acciones necesarias para la atención de la pobreza en el marco de la agenda 2030.

Por supuesto, la dinámica principal inicia en los municipios, subsidiariamente sigue en el estado y la federación, con la corresponsabilidad de las diferentes instituciones que aportan a la cultura y la identidad estatal. De donde resulta la urgente necesidad de un Acuerdo Integral para el Desarrollo Sostenible (AIDS) de las familias morelenses, en el que la sociedad es factor destacado, es en este modelo que se conjunta la participación y los municipios, el estado y la federación. Sin duda, es inconmensurable la tarea y la necesidad de desarrollo y disminución de la pobreza por lo que ha de enfocarse atendiendo prioridades temáticas, territoriales y sectoriales, principalmente en quienes más lo necesitan. Seguimos leyéndonos, que tengan buena semana.


Habiendo reconocido breves datos sobre antecedentes acerca de la pobreza y su atención, al menos en el plano de su visibilidad en las ultimas décadas con una mayor claridad, caracterización y urgencia para atenderla, enfoquémonos ahora en el diagnóstico que presenta nuestra entidad.

Sobre todo, por los datos arrojados en el último Censo 2020, y dados a conocer a mitad del año pasado y que, sin duda, serán reflexionados constantemente hacia los siguientes años.

Morelos es un estado pequeño no solo en extensión territorial sino también poblacionalmente. Para el 2020, el número de personas que lo habitamos es de 1 millón 971 mil 520 (48.2% son hombres y 51.8% mujeres); existen 93 hombres por cada 100 mujeres, con una edad mediana de 30 años. Somos un estado joven que habita los 36 municipios que lo integran. 39.6% de la población se concentra en Cuernavaca, Jiutepec y Cuautla; somos uno de las entidades más densamente pobladas: 404.1 habitantes por kilometro cuadrado.

Entrando en algunos de los indicadores de rezago social hay que decir que los morelenses habitamos en 560 mil 669 viviendas, 3.5 personas promedio por vivienda, de las cuales 66.1% disponen de agua entubada, 98.1% de drenaje, 99.5% de energía eléctrica. 48.9% de las personas de más de 15 años cuentan con estudios de educación básica, 24.7% con educación media superior y 21.3% con educación superior, 5.1% sin escolaridad. 71.9% de la población cuenta con algún servicio de salud pública o privada, siendo el IMSS y el INSABI las instituciones con mayor número de derechohabientes. La población económicamente activa (mayores de 12 años) alcanza el 63.1%, de la cual el 43.1% corresponde a mujeres y el 56.9% son mujeres.

Se ha referido con insistencia en este tiempo de pandemia el crecimiento del uso de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC); pues bien, en el estado apenas el 36.6% de su población dispone de computadora y 55.1% con acceso a internet, lo que refleja un déficit significativo. En contraparte 89.4% cuenta con teléfono celular.

Al 2020, CONEVAL estimo que en Morelos el 50.9% (poco más de 1 millón de personas) vive en condición de pobreza y el 8.4% (poco más de 120 mil personas) en pobreza extrema.

Hasta aquí algunos datos que nos ayudan a enfocar las acciones necesarias para la atención de la pobreza en el marco de la agenda 2030.

Por supuesto, la dinámica principal inicia en los municipios, subsidiariamente sigue en el estado y la federación, con la corresponsabilidad de las diferentes instituciones que aportan a la cultura y la identidad estatal. De donde resulta la urgente necesidad de un Acuerdo Integral para el Desarrollo Sostenible (AIDS) de las familias morelenses, en el que la sociedad es factor destacado, es en este modelo que se conjunta la participación y los municipios, el estado y la federación. Sin duda, es inconmensurable la tarea y la necesidad de desarrollo y disminución de la pobreza por lo que ha de enfocarse atendiendo prioridades temáticas, territoriales y sectoriales, principalmente en quienes más lo necesitan. Seguimos leyéndonos, que tengan buena semana.


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