/ miércoles 22 de junio de 2022

Calidad en los servicios de salud: un reto inexcusable

El reclamo por alcanzar la cobertura de salud de calidad en Morelos se oyó fuerte y su eco llegó a los diferentes actores políticos y se replicó en medios nacionales.

En la actualidad, la aplicación del concepto “de calidad'' a los servicios de salud gana cada vez más importancia. Sin embargo, implementar un sistema para su gestión no es tarea fácil y requiere de un cambio cultural, de la organización que involucre a todos los actores de la institución en aras de satisfacer las necesidades y preferencias de las y los usuarios.

Bajo este contexto, el trabajo de las instituciones hospitalarias es generalmente medido a través de la apreciación y percepción que la opinión pública tiene. Con una demanda por una atención de salud que aumenta día a día, sobre todo, en hospitales de alta complejidad.

Pero… ¿cómo lograr un desempeño correcto? Comúnmente se enmarca el accionar en el sector salud con cuatro palabras: equidad, efectividad, eficacia y eficiencia. En conclusión, estamos hablando que la prestación de servicios en materia de salud debe cumplir y realizarse con equidad, esto es, dar más a quién más necesita garantizando la accesibilidad; con eficacia, o sea, con metodologías y tecnologías adecuadas; con efectividad, alcanzar cobertura e impacto adecuados; y con eficiencia, con rendimiento y costos acordes.

El desafío actual en Morelos, es lograr evaluar este proceso en su conjunto de modo tal que pueda ser objetivo y comparado, que permita conformar estándares y elaborar procesos correctivos para producir mejoras continuas. Es urgente la medición de resultados y la satisfacción de los pacientes y sus familias.

Además de un entorno de políticas propicio, para prestar servicios de calidad hace falta una buena gobernanza; un personal sanitario cualificado y competente que cuente con apoyo y esté motivado; mecanismos de financiación que posibiliten y fomenten una atención de calidad; sistemas de información que continuamente realicen labores de vigilancia y aprendan a impulsar una atención mejor; medicamentos, dispositivos y tecnologías que estén disponibles, sean inocuos y estén debidamente regulados; aunado a los centros sanitarios accesibles y bien equipados que tanto carecemos.

De la misma forma, la adecuada y oportuna retroalimentación de los errores en la atención, su corrección inmediata y la entrega de alternativas de solución permite prevenir futuros eventos adversos y a la vez mantener lazos de confianza y compromiso dentro de las instituciones.

Ante todo esto, solo me queda decir: ¡Ya no más! Queremos actores honestos y transparentes, propuestas concretas y compromisos claros. Ya no puede haber excusas, Morelos y sus habitantes merecemos resultados, cambiar el paradigma.

No basta con que el Estado garantice el acceso a prestadores públicos o privados. El Estado debe comprometerse con el pleno bienestar de salud de la población.

El reclamo por alcanzar la cobertura de salud de calidad en Morelos se oyó fuerte y su eco llegó a los diferentes actores políticos y se replicó en medios nacionales.

En la actualidad, la aplicación del concepto “de calidad'' a los servicios de salud gana cada vez más importancia. Sin embargo, implementar un sistema para su gestión no es tarea fácil y requiere de un cambio cultural, de la organización que involucre a todos los actores de la institución en aras de satisfacer las necesidades y preferencias de las y los usuarios.

Bajo este contexto, el trabajo de las instituciones hospitalarias es generalmente medido a través de la apreciación y percepción que la opinión pública tiene. Con una demanda por una atención de salud que aumenta día a día, sobre todo, en hospitales de alta complejidad.

Pero… ¿cómo lograr un desempeño correcto? Comúnmente se enmarca el accionar en el sector salud con cuatro palabras: equidad, efectividad, eficacia y eficiencia. En conclusión, estamos hablando que la prestación de servicios en materia de salud debe cumplir y realizarse con equidad, esto es, dar más a quién más necesita garantizando la accesibilidad; con eficacia, o sea, con metodologías y tecnologías adecuadas; con efectividad, alcanzar cobertura e impacto adecuados; y con eficiencia, con rendimiento y costos acordes.

El desafío actual en Morelos, es lograr evaluar este proceso en su conjunto de modo tal que pueda ser objetivo y comparado, que permita conformar estándares y elaborar procesos correctivos para producir mejoras continuas. Es urgente la medición de resultados y la satisfacción de los pacientes y sus familias.

Además de un entorno de políticas propicio, para prestar servicios de calidad hace falta una buena gobernanza; un personal sanitario cualificado y competente que cuente con apoyo y esté motivado; mecanismos de financiación que posibiliten y fomenten una atención de calidad; sistemas de información que continuamente realicen labores de vigilancia y aprendan a impulsar una atención mejor; medicamentos, dispositivos y tecnologías que estén disponibles, sean inocuos y estén debidamente regulados; aunado a los centros sanitarios accesibles y bien equipados que tanto carecemos.

De la misma forma, la adecuada y oportuna retroalimentación de los errores en la atención, su corrección inmediata y la entrega de alternativas de solución permite prevenir futuros eventos adversos y a la vez mantener lazos de confianza y compromiso dentro de las instituciones.

Ante todo esto, solo me queda decir: ¡Ya no más! Queremos actores honestos y transparentes, propuestas concretas y compromisos claros. Ya no puede haber excusas, Morelos y sus habitantes merecemos resultados, cambiar el paradigma.

No basta con que el Estado garantice el acceso a prestadores públicos o privados. El Estado debe comprometerse con el pleno bienestar de salud de la población.