/ martes 7 de septiembre de 2021

Artemisia pinta a Judith decapitando a Holofernes como venganza

Ella fue una gran representante de la pintura barroca en la historia del arte europeo entre los siglos XVII y XVIII. Si bien es cierto que por lo general suelen aparecer los nombres de Caravaggio, Rembrandt, Rubens, entre otros. Pero hoy vamos a escribir sobre la vida de una fémina que retó las formas tradicionales del arte.

Artemisia Lomi Gentileschi nació en Roma a principios del siglo XVII. Desde pequeña tuvo una gran cercanía con la pintura, pues aprendió sobre el uso de la paleta y los colores en el estudio de su padre: Orazio Gentileschi, a quien se le encargaban importantes comisiones. Artemisia y sus tres hermanos menores ayudaban a su padre en el taller y pronto el talento de la pequeña salió a relucir. Guiada por su progenitor, Artemisia logró ser una habilidosa maestra del estilo caravaggista.

A los 17 años firmó su primera gran obra “Susana y dos viejos”, basada en un antiguo relato bíblico. En esta escena se cuenta la historia de los abusos de unos horribles ancianos hacia una joven mujer. En aquel periodo, era un tema recurrente en las pinturas. La historia bíblica de Susana abordaba el conflicto entre el vicio y la virtud. Otros, la realizaban para realizar ensayos pictóricos de iluminación o para trazar el cuerpo femenino, tomando como referente la desnudez de Susana.

Habría que decir que este episodio siempre había sido pintado desde un punto de vista masculino. Por lo que varias de estas representaciones poseen un cierto halo de perversión donde se destaca por sobre todas las cosas, el cuerpo desnudo de Susana. Es en este sentido que la representación de Susana y los dos ancianos de Artemisia Gentileschi es revolucionaria en la historia del arte.

Era subversivo porque ahora Susana había sido pintada desde su propia realidad. Sí, Artemisia la pintó imaginando el desagrado y rechazo tácito en su rostro ante las palabras y amenazas de los viejos. Y luego, su cuerpo inclinado al de la dirección opuesta al de los ancianos como intentando huir.

Lo que resulta aterrador es que Artemisia intentó representar en su trabajo una horrible situación que experimentó en carne propia.

El enorme talento de Artemisia Gentileschi era innegable. Así que Orazio pactó para ella lecciones privadas de pintura con su colaborador Agostino Tassi para que perfeccionara su técnica y estilo. Debemos de aclarar que el acceso a las academias de arte estaba restringido para las mujeres. Por eso, la artista tomaba clases privadas con el verdugo de su tragedia.

Un día de clases, el supuesto maestro de pintura Tassi, encerró a Artemisia en el estudio de los Gentileschi y la violó. La joven tenía 18 años cuando ocurrió este lamentable hecho. Algo que cambió radicalmente su vida y el curso de su carrera artística.

Lo más deplorable es la evidente conducta cargada de machismo que existía en la época. Según el código de justicia de ese tiempo, el perpetrador de una violación y abuso sexual podía reparar el daño y quedar exento de castigos si se casaba con su víctima. El matrimonio era visto como un medio a través del cual se restauraba el honor del perpetrador y víctima por igual.

Y sí, así fue como Agostino Tassi hizo este compromiso con Artemisia. No conforme con violar a la joven, utilizó este reparo como pretexto para seguir manteniendo relaciones sexuales. Agostino era un tipo sin escrúpulos.

Orazio, el padre de Artemisia, se enteró de todo y enfurecido terminó por escribirle al Papa para llevar el caso a la corte de Roma. Pero lo que reclamaba era el daño moral. En el juicio nunca se le considera a Artemisia como a un ser humano que sufrió un daño propio.

Tras un largo juicio, Tassi fue encontrado culpable de los cargos que se le adjudicaron. Sin embargo, las sanciones por violación también resultaban un chiste. Una ironía. Tassi fue condenado al exilio durante cinco años de Roma. Una ordenanza que jamás cumplió.

Después de este capítulo oscuro en la vida de Artemisia. A la joven artista le impusieron restaurar su honor, porque a partir de ese indignante suceso, su imagen pública había quedado manchada ante la sociedad, pese a que ella era la víctima. El remedio -considero- era peor. Pues solo había dos opciones: convertirse en monja o casarse con un hombre de honor.

Artemisia contrae matrimonio con Pierantonio de Vincenzo Stiattesi, un modesto artista florentino. Fue un casamiento arreglado. La pareja se conoció el mismo día de la boda. Aunque, iInesperadamente, ella y Piereantonio hicieron buena mancuerna. Más que una relación sentimental, entre ambos surgió una interesante asociación de trabajo.


Artemisia despega en Florencia

En sus obras se empieza a notar la expresión total de sus capacidades y talentos. Una pintora que traza figuras y formas minuciosamente delineadas y contenedoras de una tremenda carga expresiva. Con un dominio del estilo tenebrista que tanto le había cautivado.

Consolidó relaciones con personas influyentes como el duque Cosme II de la poderosa familia de los Medici.

Plasmó figuras de mujeres fuertes y transgresoras como María Magdalena, Santa Cecilia o Cleopatra, Clío, la musa griega de la historia. Mujeres en relatos bíblicos como Susana, Esther o Judith.

Su extenso legado en las décadas posteriores fue un tanto olvidado y no fue sino hasta el siglo XX cuando se le comenzó a redescubrir. En gran parte por los estudios y movimientos feministas en la historia del arte.

Seguro Artemisia Gentileschi ha inspirado a muchas nuevas generaciones de artistas.

Ella fue una gran representante de la pintura barroca en la historia del arte europeo entre los siglos XVII y XVIII. Si bien es cierto que por lo general suelen aparecer los nombres de Caravaggio, Rembrandt, Rubens, entre otros. Pero hoy vamos a escribir sobre la vida de una fémina que retó las formas tradicionales del arte.

Artemisia Lomi Gentileschi nació en Roma a principios del siglo XVII. Desde pequeña tuvo una gran cercanía con la pintura, pues aprendió sobre el uso de la paleta y los colores en el estudio de su padre: Orazio Gentileschi, a quien se le encargaban importantes comisiones. Artemisia y sus tres hermanos menores ayudaban a su padre en el taller y pronto el talento de la pequeña salió a relucir. Guiada por su progenitor, Artemisia logró ser una habilidosa maestra del estilo caravaggista.

A los 17 años firmó su primera gran obra “Susana y dos viejos”, basada en un antiguo relato bíblico. En esta escena se cuenta la historia de los abusos de unos horribles ancianos hacia una joven mujer. En aquel periodo, era un tema recurrente en las pinturas. La historia bíblica de Susana abordaba el conflicto entre el vicio y la virtud. Otros, la realizaban para realizar ensayos pictóricos de iluminación o para trazar el cuerpo femenino, tomando como referente la desnudez de Susana.

Habría que decir que este episodio siempre había sido pintado desde un punto de vista masculino. Por lo que varias de estas representaciones poseen un cierto halo de perversión donde se destaca por sobre todas las cosas, el cuerpo desnudo de Susana. Es en este sentido que la representación de Susana y los dos ancianos de Artemisia Gentileschi es revolucionaria en la historia del arte.

Era subversivo porque ahora Susana había sido pintada desde su propia realidad. Sí, Artemisia la pintó imaginando el desagrado y rechazo tácito en su rostro ante las palabras y amenazas de los viejos. Y luego, su cuerpo inclinado al de la dirección opuesta al de los ancianos como intentando huir.

Lo que resulta aterrador es que Artemisia intentó representar en su trabajo una horrible situación que experimentó en carne propia.

El enorme talento de Artemisia Gentileschi era innegable. Así que Orazio pactó para ella lecciones privadas de pintura con su colaborador Agostino Tassi para que perfeccionara su técnica y estilo. Debemos de aclarar que el acceso a las academias de arte estaba restringido para las mujeres. Por eso, la artista tomaba clases privadas con el verdugo de su tragedia.

Un día de clases, el supuesto maestro de pintura Tassi, encerró a Artemisia en el estudio de los Gentileschi y la violó. La joven tenía 18 años cuando ocurrió este lamentable hecho. Algo que cambió radicalmente su vida y el curso de su carrera artística.

Lo más deplorable es la evidente conducta cargada de machismo que existía en la época. Según el código de justicia de ese tiempo, el perpetrador de una violación y abuso sexual podía reparar el daño y quedar exento de castigos si se casaba con su víctima. El matrimonio era visto como un medio a través del cual se restauraba el honor del perpetrador y víctima por igual.

Y sí, así fue como Agostino Tassi hizo este compromiso con Artemisia. No conforme con violar a la joven, utilizó este reparo como pretexto para seguir manteniendo relaciones sexuales. Agostino era un tipo sin escrúpulos.

Orazio, el padre de Artemisia, se enteró de todo y enfurecido terminó por escribirle al Papa para llevar el caso a la corte de Roma. Pero lo que reclamaba era el daño moral. En el juicio nunca se le considera a Artemisia como a un ser humano que sufrió un daño propio.

Tras un largo juicio, Tassi fue encontrado culpable de los cargos que se le adjudicaron. Sin embargo, las sanciones por violación también resultaban un chiste. Una ironía. Tassi fue condenado al exilio durante cinco años de Roma. Una ordenanza que jamás cumplió.

Después de este capítulo oscuro en la vida de Artemisia. A la joven artista le impusieron restaurar su honor, porque a partir de ese indignante suceso, su imagen pública había quedado manchada ante la sociedad, pese a que ella era la víctima. El remedio -considero- era peor. Pues solo había dos opciones: convertirse en monja o casarse con un hombre de honor.

Artemisia contrae matrimonio con Pierantonio de Vincenzo Stiattesi, un modesto artista florentino. Fue un casamiento arreglado. La pareja se conoció el mismo día de la boda. Aunque, iInesperadamente, ella y Piereantonio hicieron buena mancuerna. Más que una relación sentimental, entre ambos surgió una interesante asociación de trabajo.


Artemisia despega en Florencia

En sus obras se empieza a notar la expresión total de sus capacidades y talentos. Una pintora que traza figuras y formas minuciosamente delineadas y contenedoras de una tremenda carga expresiva. Con un dominio del estilo tenebrista que tanto le había cautivado.

Consolidó relaciones con personas influyentes como el duque Cosme II de la poderosa familia de los Medici.

Plasmó figuras de mujeres fuertes y transgresoras como María Magdalena, Santa Cecilia o Cleopatra, Clío, la musa griega de la historia. Mujeres en relatos bíblicos como Susana, Esther o Judith.

Su extenso legado en las décadas posteriores fue un tanto olvidado y no fue sino hasta el siglo XX cuando se le comenzó a redescubrir. En gran parte por los estudios y movimientos feministas en la historia del arte.

Seguro Artemisia Gentileschi ha inspirado a muchas nuevas generaciones de artistas.