Actuaba siempre a la luz del día, no quería que la oscuridad escondiera sus verdaderas intenciones.
Hábil para engañar a sus víctimas. Luis, primero se ganaba su confianza, aunque de algún modo, sobresalió su predilección por elegir a la población más vulnerable: niños de 9 a 12 años.
Garavito siempre seguía un mismo patrón en su ritual de la muerte. Llevaba a sus víctimas maniatadas a lugares solitarios. Una vez que estaban indefensos, los obligaba a practicar sexo oral, enseguida los penetraba y mientras ejecutaba la violación, con cuchillas, les rasgaba la espalda.
Luis Alfredo Garavito Cubillos, conocido también como “el monstruo de Génova” o “la bestia”, entre otros apodos, recibió una condena de 1853 años y 9 días, conmutados a 40 años.
Este hombre de nacionalidad colombiana fue privado de su libertad en el año de 1999, por los delitos de secuestro, violación, tortura y asesinato de menores de edad.
El asesino en serie de niños fue diagnosticado con el Trastorno de Personalidad Antisocial cuyo desorden mental lo llevó a matar a 172 infantes por 59 municipios de Colombia, así como de otros sitios como Ecuador y Venezuela.
De estos homicidios, según informes de la Fiscalía General de la Nación, “138 tienen fallo condenatorio, 32 están en instrucción, uno en apelación y uno está por sentencia”.
No obstante, este organismo judicial considera que pueden ser más víctimas debido a sus propias confesiones. Pues a mediados del mes de agosto de 2003, admitió haber ejecutado a otras 28 personas: 23 niños y 5 adultos. Con esto, la cifra de crímenes sería de 200 personas.
// En sus orígenes está la respuesta //
Estimados lectores, desde hace un tiempo escribo e investigo sobre conductas insalubres y en la mayoría de los casos está un factor predominante: se trata de individuos que carecieron de afecto y atención por parte de sus progenitores durante la etapa de la niñez.
De acuerdo al psiquiatra, Alfredo Sosa Velásquez, los asesinos en serie “son personas que matan por lo menos en tres ocasiones con un intervalo entre cada asesinato”.
Más aún, este tipo de verdugos “están motivados por una multiplicidad de impulsos psicológicos, en especial, por ansias de poder y compulsión sexual”.
En la línea de vida de Luis Alfredo, en específico en la infancia, experimentó diversos ultrajes y ofensas.
Según cuenta el propio Garavito, sufrió maltrato físico por parte de su padre y de otras personas cercanas a él. Entre los castigos a los que era sometido está quemaduras con velas, ser cortado con navajas de afeitar, ser atado a un árbol para ser golpeado con el estuche de un machete, en su mayoría, escarmientos que duraban horas.
En suma, vivió abuso sexual cuando tenía 13 años, por una persona muy cercana a su familia.
La historia familiar marcó al pederasta. Recíprocamente, habría que agregar la circunstancia que en su país prevalecía durante la década de los 70´s. Y como muchas familias colombianas, la de Garavito fue afectada por el conflicto armado. Fueron desplazados por la violencia de la guerrilla y el ejército.
// Garavito, ha cumplido 3/5 de su condena //
A fines de 2021, la polémica se levantó tras darse a conocer que Luis Alfredo Garavito, uno de los violadores seriales más peligrosos en el mundo, podía quedar bajo libertad condicional.
Sin embargo, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) indicó que los medios de comunicación comenzaron a especular y a confundir a la ciudadanía, pues lo que en realidad hizo esta organización es tramitar la entrega de documentos ante el Juzgado Primero de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Valledupar.
Esto debido a que ya cumplió 3/5 de su condena. Lo cierto, es que Garavito aún no saldrá pues tiene más penas acumuladas y está relacionado a otros procesos.
Su condena se cumpliría hasta el año 2039, para ese entonces, Luis Alfredo tendría 82 años de edad.
// Penas más severas para estos inadaptados //
A juicio personal opino que es tremendamente difícil que un ser humano de este calibre tenga una reinserción social. Es evidente que, estos sujetos deben estar medicados y bajo supervisión permanente.
Si es verdad, que son seres carentes de cariño y enfermos mentales, y que tienen derechos humanos. Pero, en ese tenor, hay que poner en una balanza y sopesar que Garavito se robó las vidas de más de 200 personas, porque a esa lista hay que añadir, a los padres de esos pequeños, quienes jamás vuelven a tener una vida normal. El dolor de perder a un hijo es irracional. Y el trauma por la forma en cómo murieron es insuperable.
