/ martes 3 de julio de 2018

Color esperanza

“Saber que se puede, querer que se pueda; quitarse los miedos, sacarlos afuera (sic) pintarse la cara color esperanza. Tentar al futuro con el corazón”. Este es un fragmento y estribillo de la canción de la autoría de Diego Torres, considerada el himno, el canto de guerra y oda inspiracional de Andrés Manuel López Obrador. Se ha entonado con plazas llenas, en mítines multitudinarios, en los lugares más remotos y seguro, también, en momentos de intimidad y adversidad.


Hoy, tiene un nuevo significado, pues luego de su tercera campaña, el político tabasqueño (como Lula da Silva en Brasil) ha alcanzado el triunfo electoral que lo convertirá en presidente de México. El Sr. López tendrá la oportunidad de transformar nuestro caótico y surrealista país en su casi utópica aspiración: que sea una república amorosa. Así lo esbozó en el histórico mensaje que dirigió a la nación, luego de su inédito triunfo, arrasando en toda la geografía electoral. Sus palabras, emocionadas y emocionantes lo mostraron como el líder que desde el día uno de su cruzada ha sido. Y punto por punto, dijo que lo muchos querían escuchar y lo que muchos otros nunca imaginaron oír de su boca.


Habló de disciplina fiscal y financiera (para tranquilizar los mercados), ratificando la economía del Banco de México, además de que no habrá ni expropiaciones ni confiscación de bienes. Dijo que se conducirá siempre por la vía legal, sin aumentar impuestos, sin gasolinazos, ni endeudamientos y sí con ahorro y un bajo gasto corriente. La parte medular: desterrar la corrupción para terminar con la desigualdad, que genera violencia. Otra vez, afirmó tener el combate a la impunidad como prioridad y que tanto amigos, como familiares o funcionarios, serán castigados. Sobre aviso no hay engaño.


Aseguró que fortalecerá el marcado interno, que el Estado dejará de ser un comité y el país será incluyente con la diversidad sexual, escuchando atendiendo y respetando a todos, especialmente los pueblos indígenas. Su mantra: por el bien de todos, primero los pobres y que será el Mando Único (made in Morelos) el esquema de seguridad que echará a andar.


Todos los calificativos de su impresionante triunfo, salen sobrando. Nadie en la historia de nuestra vida democrática había recibido tal cantidad de sufragios, y con ello, el voto de confianza para sanar lo que parecería que no tiene remedio: la corrupción e impunidad sistémica que por encima del imperio de la ley, ha podrido a nuestro estado de derecho, degradándolo a un estado fallido. Pero ojo: el reto es del tamaño de la expectativa que esta transición y alternancia política representan.


Ya en el 2000 vimos crecer al candidato Vicente Fox, encabezar la ola del cambio, la ola azul, sacar al PRI de Los Pinos…y luego desdibujarse como dirigente nacional. Cierto, tuvo todo en contra, incluidos los coletazos del dinosaurio tricolor, un congreso que no estuvo a la altura y una torpeza que al final de su mandato lo convirtieron en una caricatura de sí mismo y la figura presidencial. Cierto. AMLO no es FOX ni los mexicanos somos los mismos que hace 18 años.


Mucho hemos evolucionado como sociedad y lo jóvenes vienen empujando un nuevo ritmo que, acompañado por las benditas redes sociales (AMLO dixit) han mutado del hartazgo, del mal humor social, de los indignados, a la acción y participación activas en la construcción de un mejor país. Ojalá que el bono inmenso, la casi carta blanca, la mayoría legislativa y en los gobiernos estatales que le hemos otorgado a López Obrador (me incluyo) no sea dilapidado ni nos decepcione. Y ya de paso, que Dios lo libre de la tentación del autoritarismo y otros demonios que vienen junto con el poder casi absoluto. Otro pendientito: la relación con los Estados Unidos y su presidente Donald Trump.

Nuestro vecino, que hoy conmemora su independencia, será un reto constante para el titular del Poder Ejecutivo, por el talante del hombre con pelos de escobeta que gobierna a través de tuitazos y bullying global.


Andrés Manuel anunció un Plan de Reconciliación y Paz para México y que todo se atenderá, nada por la fuerza y si todo por la razón, reconociendo la pluralidad y aportación de la prensa en este proceso. Esperamos algo similar para Morelos con Cuauhtémoc Blanco. Por lo pronto, Olga Sánchez Cordero (la muy seguramente próxima secretaria de Gobernación) llamó a Graco Ramírez la misma noche del 1 de julio, para expresarle a nombre del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, su interés por reunirse para establecer los puentes necesarios para el diálogo y la reconciliación en este país. El gobernador aplaudió esa intención y dijo que la revancha es estéril.


López Obrador se comprometió a no defraudar la confianza del pueblo, a no fallar, a no decepcionar ni traicionar sus ideales, sobre todo el de pasar a la historia como un buen presidente. Que así sea y esto sea imitado por quienes ganaron por él y con él. Así que, a pintarse la cara.


Lo dijo muy bien Carlomagno: “¿Cual es el sueño de los que están despiertos? La esperanza.”



Hasta la próxima entrega, donde podrán seguir leyendo lo que hay en mi mente.


Comentarios: cfelix7@hotmail.com

Twitter: @CarlosFelix1

“Saber que se puede, querer que se pueda; quitarse los miedos, sacarlos afuera (sic) pintarse la cara color esperanza. Tentar al futuro con el corazón”. Este es un fragmento y estribillo de la canción de la autoría de Diego Torres, considerada el himno, el canto de guerra y oda inspiracional de Andrés Manuel López Obrador. Se ha entonado con plazas llenas, en mítines multitudinarios, en los lugares más remotos y seguro, también, en momentos de intimidad y adversidad.


Hoy, tiene un nuevo significado, pues luego de su tercera campaña, el político tabasqueño (como Lula da Silva en Brasil) ha alcanzado el triunfo electoral que lo convertirá en presidente de México. El Sr. López tendrá la oportunidad de transformar nuestro caótico y surrealista país en su casi utópica aspiración: que sea una república amorosa. Así lo esbozó en el histórico mensaje que dirigió a la nación, luego de su inédito triunfo, arrasando en toda la geografía electoral. Sus palabras, emocionadas y emocionantes lo mostraron como el líder que desde el día uno de su cruzada ha sido. Y punto por punto, dijo que lo muchos querían escuchar y lo que muchos otros nunca imaginaron oír de su boca.


Habló de disciplina fiscal y financiera (para tranquilizar los mercados), ratificando la economía del Banco de México, además de que no habrá ni expropiaciones ni confiscación de bienes. Dijo que se conducirá siempre por la vía legal, sin aumentar impuestos, sin gasolinazos, ni endeudamientos y sí con ahorro y un bajo gasto corriente. La parte medular: desterrar la corrupción para terminar con la desigualdad, que genera violencia. Otra vez, afirmó tener el combate a la impunidad como prioridad y que tanto amigos, como familiares o funcionarios, serán castigados. Sobre aviso no hay engaño.


Aseguró que fortalecerá el marcado interno, que el Estado dejará de ser un comité y el país será incluyente con la diversidad sexual, escuchando atendiendo y respetando a todos, especialmente los pueblos indígenas. Su mantra: por el bien de todos, primero los pobres y que será el Mando Único (made in Morelos) el esquema de seguridad que echará a andar.


Todos los calificativos de su impresionante triunfo, salen sobrando. Nadie en la historia de nuestra vida democrática había recibido tal cantidad de sufragios, y con ello, el voto de confianza para sanar lo que parecería que no tiene remedio: la corrupción e impunidad sistémica que por encima del imperio de la ley, ha podrido a nuestro estado de derecho, degradándolo a un estado fallido. Pero ojo: el reto es del tamaño de la expectativa que esta transición y alternancia política representan.


Ya en el 2000 vimos crecer al candidato Vicente Fox, encabezar la ola del cambio, la ola azul, sacar al PRI de Los Pinos…y luego desdibujarse como dirigente nacional. Cierto, tuvo todo en contra, incluidos los coletazos del dinosaurio tricolor, un congreso que no estuvo a la altura y una torpeza que al final de su mandato lo convirtieron en una caricatura de sí mismo y la figura presidencial. Cierto. AMLO no es FOX ni los mexicanos somos los mismos que hace 18 años.


Mucho hemos evolucionado como sociedad y lo jóvenes vienen empujando un nuevo ritmo que, acompañado por las benditas redes sociales (AMLO dixit) han mutado del hartazgo, del mal humor social, de los indignados, a la acción y participación activas en la construcción de un mejor país. Ojalá que el bono inmenso, la casi carta blanca, la mayoría legislativa y en los gobiernos estatales que le hemos otorgado a López Obrador (me incluyo) no sea dilapidado ni nos decepcione. Y ya de paso, que Dios lo libre de la tentación del autoritarismo y otros demonios que vienen junto con el poder casi absoluto. Otro pendientito: la relación con los Estados Unidos y su presidente Donald Trump.

Nuestro vecino, que hoy conmemora su independencia, será un reto constante para el titular del Poder Ejecutivo, por el talante del hombre con pelos de escobeta que gobierna a través de tuitazos y bullying global.


Andrés Manuel anunció un Plan de Reconciliación y Paz para México y que todo se atenderá, nada por la fuerza y si todo por la razón, reconociendo la pluralidad y aportación de la prensa en este proceso. Esperamos algo similar para Morelos con Cuauhtémoc Blanco. Por lo pronto, Olga Sánchez Cordero (la muy seguramente próxima secretaria de Gobernación) llamó a Graco Ramírez la misma noche del 1 de julio, para expresarle a nombre del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, su interés por reunirse para establecer los puentes necesarios para el diálogo y la reconciliación en este país. El gobernador aplaudió esa intención y dijo que la revancha es estéril.


López Obrador se comprometió a no defraudar la confianza del pueblo, a no fallar, a no decepcionar ni traicionar sus ideales, sobre todo el de pasar a la historia como un buen presidente. Que así sea y esto sea imitado por quienes ganaron por él y con él. Así que, a pintarse la cara.


Lo dijo muy bien Carlomagno: “¿Cual es el sueño de los que están despiertos? La esperanza.”



Hasta la próxima entrega, donde podrán seguir leyendo lo que hay en mi mente.


Comentarios: cfelix7@hotmail.com

Twitter: @CarlosFelix1

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