Con el debate de esta semana concluyó la fase para que los candidatos a gobernador pudieran exponer y confrontar sus ideas, respecto al tipo de gobierno que proponen para los próximos seis años.
Lo que veremos en los siguientes días será la preparación de las estructuras electorales de partidos y candidatos, para promover y defender el voto. Esta última fase quedóenmarcada con la publicación de dos encuestas criticadas por distintos actores políticos (Reforma y Heraldo de México) que señalan a un puntero, una cerrada competencia en el centro y varios en el sótano sin posibilidad alguna.
Al parecer, será hasta el primero de julio cuando sepamos oficialmente qué candidato recibió con la confianza de los morelenses.Mientras tanto, no podemos perder de vista que no estamos en cualquier elección; lo que está en juego es la posibilidad de romper con una inercia institucional que no logra detener los altos índices delictivos,corrupción, impunidad, informalidad laboral, pobreza, desigualdad, entre otros.
El futuro gobernador, porque es un hecho que será hombre, tendrá frente a sí problemas y retos, pero también oportunidades. En este sentido, un servidor junto con Álvaro Urreta, hemos compartido algunas reflexiones en varios espacios respecto a lo que debería implicarel desarrollo socialen el corto plazo.He aquí algunos aspectos:
En primer lugar, consideramos necesario que la próxima política social debe partir de un enfoque integral de derechos,a fin de asegurar el acceso oportuno de los niveles mínimos esenciales que establecen los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.
Para ello, se sugiere evitar la dispersión analítica utilizando los datos oficiales y académicos para orientar las políticas públicas.
En segundo lugar, creemos que se deberá continuar con las acciones de reconstrucciónde manera conjunta con la ciudadanía, como una forma de contribuir a la gobernanza desde lo social; lo que implica promover una reconstrucción incluyendo el tejido social.
Por otro lado, reconocemos la importancia de sostener mecanismos de coordinación institucional entre los distintos órdenes y niveles de gobierno, como una forma probada para alcanzar mejores resultados sociales. Así como, promover el uso eficiente de los recursos, la rendición de cuentas, la disponibilidad de información y la transparencia proactiva.
Toda vez que las estrategias de desarrollo social deben contar con un respaldo institucional, será necesario revisar y fortalecer el marco jurídico para mejorar los instrumentos de operación, control y evaluación de las políticas públicas.
De igual modo, será vital continuar el proceso de adopción de buenas prácticas en medición, monitoreo, evaluación y generación de datos sociales. Al igual que los procesos para mejorar el diseño depolíticas públicas conenfoques transversales de derechos humanos, igualdad de género, seguridad humana y sustentabilidad.
Al asumir el nuevo gobierno, se detonarán múltiples procesos de transición;como, por ejemplo, la renovación deinstancias colegiadas o consejos en los que participan ciudadanos y organizaciones sociales existentes.
Las oportunidades existen, pero debe haber plena consciencia de su existencia para aprovecharlas en su justo momento. Por el bienestar de Morelos, deseamos que así sea…
