/ martes 17 de septiembre de 2019

Con pesos y centavos

Este año, como todos los años, hemos estados atentos al paquete económico que entrega la Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados federal. Este paquete contiene información vital para los mexicanos pues describe tres elementos fundamentales para la economía de este país.

Primero, los criterios generales que consisten en la estimación que hace el gobierno de los valores esperados para el próximo año en factores clave como son la inflación, el tipo de cambio con respecto al dólar, el crecimiento económico, la tasa de interés bancaria, el precio internacional del petróleo, la producción petrolera, el techo de endeudamiento de los particulares y el superávit en el balance primario. Estos criterios surgen de una combinación de decisiones técnicas y políticas. Por ejemplo, el criterio técnico reconoce que en nuestro país la recaudación de impuestos es menor de lo que debiera y la decisión política es no crear nuevos impuestos sino ejercer mayor presión sobre los contribuyentes cautivos equiparando la falsificación de facturas a crimen organizado, elevando el impuesto que pagan quienes tengan dinero ahorrado en el banco o denunciando desde los tribunales a aquello arrendadores inmobiliarios que no emitan recibos fiscales.

Por otro lado, tenemos el presupuesto de ingresos el cual describe las fuentes de ingresos para el gobierno que son, en su gran mayoría, los impuestos y derechos que recaba de nosotros los ciudadanos. Entre estos se encuentran el IVA que se aplica a la adquisición de todos los productos excepto medicinas y alimentos básicos, el ISR con el que quienes recibimos ingresos aportamos hasta el 30% de los mismos al presupuesto de la nación, el IEPS que es el impuesto que pagamos por la adquisición de productos especiales como son las gasolinas, diesel, cigarros, bebidas alcohólicas y refrescos. Adicionalmente se consideran los ingresos no fiscales provenientes de la venta de petróleo y sus derivados así como la deuda, interna o externa, del mismo gobierno. En su totalidad, el presupuesto de ingresos para 2020 será de 6 billones de pesos, es decir, 6 millones de millones de pesos, aproximadamente 2% más que el año que termina y de esos ingresos, el 10% será por contratación de deuda.

Finalmente tenemos el presupuesto de egresos, es decir, en qué propone el gobierno federal gastar esos 6 billones de pesos En este sentido es importante comentar que el presupuesto, en su distribución general cambió muy poco con respecto al de los últimos años. El gasto programable, es decir, aquel que va dirigido a la satisfacción de necesidades sociales será 4.4 billones de pesos con una reducción en el número de programas resultando particularmente afectados los rubros de turismo, economía y desarrollo agrario, territorial y urbano. El resultado es una compactación del gasto en menos programas con un mayor presupuesto. Entre estos destacan los programas emblemáticos de la administración como son Jóvenes construyendo un futuro, Sembrando vida, Apoyo a los adultos mayores, etc.

De manera muy importante se destaca que el sector energético fue particularmente beneficiado con un incremento de prácticamente el doble de recursos que serán asignados a la construcción de la refinería de Dos Bocas. Igualmente Pemex y la CFE tendrán un incremento de 11 y 4% de su presupuesto, respectivamente. En el caso de Pemex, no solamente recibe el incremento sino que dejará de pagar impuestos por 40 mil millones de pesos. Esta es una de las razones por las que se tendrá que endurecer la recaudación entre los particulares.

Una de las voces a las que hay que dar seguimiento es la del Diputado Alfonso Ramírez Cuellar, presidente de la comisión de presupuesto del Congreso, quien ha expresado su preocupación de que el presupuesto no alcance pues se han dejado fuera de programación acciones importantes como la expansión de infraestructura hospitalaria e hídrica. Una de las notas de preocupación es la tentación ya expresada en algunos círculos de completar el presupuesto con 150 mil millones del fondo de ahorro. De concretarse, nos generaría una enorme vulnerabilidad ante situaciones imprevistas.

Ciertamente es importante tener un paquete económico austero, dirigido antes a la satisfacción de las necesidades sociales que al aparato burocrático, sin embargo también es importante invertir en infraestructura y, sobre todo, invertir de manera equilibrada. Las consecuencias del sesgo en la inversión en infraestructura en solo dos aspectos, Pemex y CFE, ha generado preocupación ya que aún en el escenario más positivo los resultados de la misma no se recibirán sino hasta finales de este sexenio. Mientras tanto, nuestra economía podría seguir la tendencia descendente que ha mostrado en los últimos meses en perjuicio de del bolsillo de nosotros los ciudadanos de a pie.


Información adicional de éste y otros temas de interés: http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

Este año, como todos los años, hemos estados atentos al paquete económico que entrega la Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados federal. Este paquete contiene información vital para los mexicanos pues describe tres elementos fundamentales para la economía de este país.

Primero, los criterios generales que consisten en la estimación que hace el gobierno de los valores esperados para el próximo año en factores clave como son la inflación, el tipo de cambio con respecto al dólar, el crecimiento económico, la tasa de interés bancaria, el precio internacional del petróleo, la producción petrolera, el techo de endeudamiento de los particulares y el superávit en el balance primario. Estos criterios surgen de una combinación de decisiones técnicas y políticas. Por ejemplo, el criterio técnico reconoce que en nuestro país la recaudación de impuestos es menor de lo que debiera y la decisión política es no crear nuevos impuestos sino ejercer mayor presión sobre los contribuyentes cautivos equiparando la falsificación de facturas a crimen organizado, elevando el impuesto que pagan quienes tengan dinero ahorrado en el banco o denunciando desde los tribunales a aquello arrendadores inmobiliarios que no emitan recibos fiscales.

Por otro lado, tenemos el presupuesto de ingresos el cual describe las fuentes de ingresos para el gobierno que son, en su gran mayoría, los impuestos y derechos que recaba de nosotros los ciudadanos. Entre estos se encuentran el IVA que se aplica a la adquisición de todos los productos excepto medicinas y alimentos básicos, el ISR con el que quienes recibimos ingresos aportamos hasta el 30% de los mismos al presupuesto de la nación, el IEPS que es el impuesto que pagamos por la adquisición de productos especiales como son las gasolinas, diesel, cigarros, bebidas alcohólicas y refrescos. Adicionalmente se consideran los ingresos no fiscales provenientes de la venta de petróleo y sus derivados así como la deuda, interna o externa, del mismo gobierno. En su totalidad, el presupuesto de ingresos para 2020 será de 6 billones de pesos, es decir, 6 millones de millones de pesos, aproximadamente 2% más que el año que termina y de esos ingresos, el 10% será por contratación de deuda.

Finalmente tenemos el presupuesto de egresos, es decir, en qué propone el gobierno federal gastar esos 6 billones de pesos En este sentido es importante comentar que el presupuesto, en su distribución general cambió muy poco con respecto al de los últimos años. El gasto programable, es decir, aquel que va dirigido a la satisfacción de necesidades sociales será 4.4 billones de pesos con una reducción en el número de programas resultando particularmente afectados los rubros de turismo, economía y desarrollo agrario, territorial y urbano. El resultado es una compactación del gasto en menos programas con un mayor presupuesto. Entre estos destacan los programas emblemáticos de la administración como son Jóvenes construyendo un futuro, Sembrando vida, Apoyo a los adultos mayores, etc.

De manera muy importante se destaca que el sector energético fue particularmente beneficiado con un incremento de prácticamente el doble de recursos que serán asignados a la construcción de la refinería de Dos Bocas. Igualmente Pemex y la CFE tendrán un incremento de 11 y 4% de su presupuesto, respectivamente. En el caso de Pemex, no solamente recibe el incremento sino que dejará de pagar impuestos por 40 mil millones de pesos. Esta es una de las razones por las que se tendrá que endurecer la recaudación entre los particulares.

Una de las voces a las que hay que dar seguimiento es la del Diputado Alfonso Ramírez Cuellar, presidente de la comisión de presupuesto del Congreso, quien ha expresado su preocupación de que el presupuesto no alcance pues se han dejado fuera de programación acciones importantes como la expansión de infraestructura hospitalaria e hídrica. Una de las notas de preocupación es la tentación ya expresada en algunos círculos de completar el presupuesto con 150 mil millones del fondo de ahorro. De concretarse, nos generaría una enorme vulnerabilidad ante situaciones imprevistas.

Ciertamente es importante tener un paquete económico austero, dirigido antes a la satisfacción de las necesidades sociales que al aparato burocrático, sin embargo también es importante invertir en infraestructura y, sobre todo, invertir de manera equilibrada. Las consecuencias del sesgo en la inversión en infraestructura en solo dos aspectos, Pemex y CFE, ha generado preocupación ya que aún en el escenario más positivo los resultados de la misma no se recibirán sino hasta finales de este sexenio. Mientras tanto, nuestra economía podría seguir la tendencia descendente que ha mostrado en los últimos meses en perjuicio de del bolsillo de nosotros los ciudadanos de a pie.


Información adicional de éste y otros temas de interés: http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

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