/ miércoles 28 de octubre de 2020

Crisis y exceso de partidos

La abundancia de partidos políticos no es, como muchos optimistas consideran, por la extraordinaria participación social que en Morelos lleva a la multiplicación de alternativas; por el contrario, tiene que ver con el fracaso reiterado de las opciones políticas y la marcada distancia que han establecido sus dirigencias y candidatos con los electores. Es decir, hay muchos partidos políticos porque ninguno representa una opción verdadera para los ciudadanos y se mantienen en el espectro los que tienen bastante estructura como para alcanzar el 2.5 o 3% de la votación para mantener el registro.

Lo cierto es que las alternativas ciudadanas no parecen existir en la oferta política morelense, nacida de escisiones de otros partidos políticos, de alianzas entre quienes fueron malqueridos en sus partidos de origen, o de grupos que parecen de la sociedad civil aunque sus vínculos con partidos o grupos de poder público son innegables. Las dos decenas de partidos que buscarán cargos de elección popular en el 2021, cumplen esta triste norma, salvo pruebas de lo contrario. Eso sí, todos se presentan como opciones cercanas a la ciudadanía que, en términos generales los rechaza cuando no los aborrece. La crisis de los partidos políticos es profunda y la multiplicación de los mismos para nada es una muestra de salud del sistema, sino de un profundo desgaste que, por cierto, tampoco parecen paliar las opciones ciudadanas, regularmente configuradas por políticos que no encontraron nichos en los partidos con registro, cerrados normalmente a acuerdos cupulares para la designación de candidaturas.

Organizado por Reconstruyendo Morelos, el foro de partidos políticos en que participaron seis de las opciones que aparecerán en las boletas locales en el 2021, resultó ilustrativo de la enorme ceguera, o el absoluto cinismo de las dirigencias partidistas. Se hizo a los partidos la pregunta de si estarían abiertos a ofrecer candidaturas a ciudadanos que cumplan con una serie de requisitos con los que algunas organizaciones sociales evaluarán a quienes pudieran postularse con el objetivo de ofrecer los mejores perfiles. Por supuesto que todos dijeron que sí, igual que lo han hecho antes, porque si hay algo de lo que los partidos presumen siempre es de su cercanía con los ciudadanos. Para todos es sabido, sin embargo, que la mayoría de los partidos han ya esbozado un primer reparto de candidaturas de acuerdo con dos matrices, lo que el partido quiere obtener en las elecciones, y lo que los presuntos candidatos podrían ofrecer, dinero, votos, presencia, popularidad, o lo que sea. Algunos fueron, incluso, creados precisamente para ofrecer candidaturas a quienes participaron en su organización y claro, tienen derecho a ello, pero difícilmente podrían decirse ciudadanos.

Y si bien en términos elementales podemos advertir que la calidad de ciudadano no se pierde por pertenecer a un partido político, es clara la distinción entre quienes se dedican primordialmente a la política y quienes la giran más en asuntos más de la esfera privada, lo que indica una separación que cada día se vuelve mayor.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

La abundancia de partidos políticos no es, como muchos optimistas consideran, por la extraordinaria participación social que en Morelos lleva a la multiplicación de alternativas; por el contrario, tiene que ver con el fracaso reiterado de las opciones políticas y la marcada distancia que han establecido sus dirigencias y candidatos con los electores. Es decir, hay muchos partidos políticos porque ninguno representa una opción verdadera para los ciudadanos y se mantienen en el espectro los que tienen bastante estructura como para alcanzar el 2.5 o 3% de la votación para mantener el registro.

Lo cierto es que las alternativas ciudadanas no parecen existir en la oferta política morelense, nacida de escisiones de otros partidos políticos, de alianzas entre quienes fueron malqueridos en sus partidos de origen, o de grupos que parecen de la sociedad civil aunque sus vínculos con partidos o grupos de poder público son innegables. Las dos decenas de partidos que buscarán cargos de elección popular en el 2021, cumplen esta triste norma, salvo pruebas de lo contrario. Eso sí, todos se presentan como opciones cercanas a la ciudadanía que, en términos generales los rechaza cuando no los aborrece. La crisis de los partidos políticos es profunda y la multiplicación de los mismos para nada es una muestra de salud del sistema, sino de un profundo desgaste que, por cierto, tampoco parecen paliar las opciones ciudadanas, regularmente configuradas por políticos que no encontraron nichos en los partidos con registro, cerrados normalmente a acuerdos cupulares para la designación de candidaturas.

Organizado por Reconstruyendo Morelos, el foro de partidos políticos en que participaron seis de las opciones que aparecerán en las boletas locales en el 2021, resultó ilustrativo de la enorme ceguera, o el absoluto cinismo de las dirigencias partidistas. Se hizo a los partidos la pregunta de si estarían abiertos a ofrecer candidaturas a ciudadanos que cumplan con una serie de requisitos con los que algunas organizaciones sociales evaluarán a quienes pudieran postularse con el objetivo de ofrecer los mejores perfiles. Por supuesto que todos dijeron que sí, igual que lo han hecho antes, porque si hay algo de lo que los partidos presumen siempre es de su cercanía con los ciudadanos. Para todos es sabido, sin embargo, que la mayoría de los partidos han ya esbozado un primer reparto de candidaturas de acuerdo con dos matrices, lo que el partido quiere obtener en las elecciones, y lo que los presuntos candidatos podrían ofrecer, dinero, votos, presencia, popularidad, o lo que sea. Algunos fueron, incluso, creados precisamente para ofrecer candidaturas a quienes participaron en su organización y claro, tienen derecho a ello, pero difícilmente podrían decirse ciudadanos.

Y si bien en términos elementales podemos advertir que la calidad de ciudadano no se pierde por pertenecer a un partido político, es clara la distinción entre quienes se dedican primordialmente a la política y quienes la giran más en asuntos más de la esfera privada, lo que indica una separación que cada día se vuelve mayor.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx