/ lunes 10 de septiembre de 2018

De congresos nuevos y vicios antiguos

En política lo que huele a podrido está podrido, la historia nos ha enseñado una y otra vez, a quienes elegimos para representarnos en los gobiernos parecen traer un software con defecto de fábrica, llámese diputados, senadores, alcaldes, gobernadores o presidentes cuentan con una natural predisposición a fallar, no cumplir, corromperse, hacer las cosas contrarias a lo prometido.

Asuntos como la austeridad, solo es vista con buenos ojos por la ciudadanía y no por quienes deben cumplirla y hay varios; hoy comentaré sobre los congresos locales como el de San Luis potosí, aunque escándalos y rumores de compra de diputados hay también en Hidalgo, Puebla, Estado de México, Morelos, en fin una larga la lista, sin olvidar la grotesca forma de dar licencias de ausencia en el senado con evidentes arreglos “en lo obscurito”.

La historia de corruptelas en el congreso potosino no es nueva, hace más de un año quedó evidenciado en vídeo el modus operandi de los diputados locales para “sanear” las cuentas públicas de los alcaldes desfalcados que no podían demostrar la correcta y honesta aplicación de los recursos y al ser cuestionados por los congresistas, estos les ofrecían la mágica solución a sus problemas a cambio de una cantidad de dinero o mordida como usted guste llamarle.


En mayo de este año, ese congreso se hizo notar de manera negativa en el ámbito nacional ahora con un presunto desvío de fondos públicos, con robo de identidad, falsificación de firmas y todo lo requerido para consumar el atraco, fueron usadas empresas fantasmas, lo cual deja claro, la estafa maestra no es exclusiva del gobierno federal y deja ver el complejo sistema desarrollada por gobernantes para robarnos, así sin agregarle ni quitarle, para robarnos.

La cereza del pastel fue colocada en el cierre de los trabajos de la LXI legislatura potosina en donde unos activistas protestaron contra una sesión exprés así como acostumbran en Morelos cuando hay que esconder la basura bajo la alfombra.

Allá se aprobó la cuenta pública ejercida en 2017, el asunto no paró en la protesta, pues el nefasto diputado y uno de los más patéticos personajes que ha dado la política nacional, Sergio Desfassiux se encaró a los manifestantes e intentó la agresión física, siendo secundado minutos más tarde por su homólogo José Luis Romero Calzada (recordado por bailar con un burro durante su reciente y fallida campaña buscando un lugar en San Lázaro) esto es ejemplo claro de los problemas de conexión entre la lengua y el cerebro, amenazó de muerte a los activistas diciéndoles que se iba a “pintar los cachetes con su sangre” en un triste episodio para coronar un mediocre desempeño como legislador.

Desgraciadamente, unos se van y otros llegan, el presagio de congresos nuevos con vicios pasados cada día suena menos descabellado y más probable, el 1 de Julio quedó demostrado que el país espera un verdadero cambio.

Vienen meses difíciles donde sabremos más de toda la corrupción de este sexenio, pero también habrá quienes traicionen la confianza dada, sin embargo la ciudadanía está mejor informada y exigirá resultados con esa madurez que la democracia al pasar de los años, otorga.

En política lo que huele a podrido está podrido, la historia nos ha enseñado una y otra vez, a quienes elegimos para representarnos en los gobiernos parecen traer un software con defecto de fábrica, llámese diputados, senadores, alcaldes, gobernadores o presidentes cuentan con una natural predisposición a fallar, no cumplir, corromperse, hacer las cosas contrarias a lo prometido.

Asuntos como la austeridad, solo es vista con buenos ojos por la ciudadanía y no por quienes deben cumplirla y hay varios; hoy comentaré sobre los congresos locales como el de San Luis potosí, aunque escándalos y rumores de compra de diputados hay también en Hidalgo, Puebla, Estado de México, Morelos, en fin una larga la lista, sin olvidar la grotesca forma de dar licencias de ausencia en el senado con evidentes arreglos “en lo obscurito”.

La historia de corruptelas en el congreso potosino no es nueva, hace más de un año quedó evidenciado en vídeo el modus operandi de los diputados locales para “sanear” las cuentas públicas de los alcaldes desfalcados que no podían demostrar la correcta y honesta aplicación de los recursos y al ser cuestionados por los congresistas, estos les ofrecían la mágica solución a sus problemas a cambio de una cantidad de dinero o mordida como usted guste llamarle.


En mayo de este año, ese congreso se hizo notar de manera negativa en el ámbito nacional ahora con un presunto desvío de fondos públicos, con robo de identidad, falsificación de firmas y todo lo requerido para consumar el atraco, fueron usadas empresas fantasmas, lo cual deja claro, la estafa maestra no es exclusiva del gobierno federal y deja ver el complejo sistema desarrollada por gobernantes para robarnos, así sin agregarle ni quitarle, para robarnos.

La cereza del pastel fue colocada en el cierre de los trabajos de la LXI legislatura potosina en donde unos activistas protestaron contra una sesión exprés así como acostumbran en Morelos cuando hay que esconder la basura bajo la alfombra.

Allá se aprobó la cuenta pública ejercida en 2017, el asunto no paró en la protesta, pues el nefasto diputado y uno de los más patéticos personajes que ha dado la política nacional, Sergio Desfassiux se encaró a los manifestantes e intentó la agresión física, siendo secundado minutos más tarde por su homólogo José Luis Romero Calzada (recordado por bailar con un burro durante su reciente y fallida campaña buscando un lugar en San Lázaro) esto es ejemplo claro de los problemas de conexión entre la lengua y el cerebro, amenazó de muerte a los activistas diciéndoles que se iba a “pintar los cachetes con su sangre” en un triste episodio para coronar un mediocre desempeño como legislador.

Desgraciadamente, unos se van y otros llegan, el presagio de congresos nuevos con vicios pasados cada día suena menos descabellado y más probable, el 1 de Julio quedó demostrado que el país espera un verdadero cambio.

Vienen meses difíciles donde sabremos más de toda la corrupción de este sexenio, pero también habrá quienes traicionen la confianza dada, sin embargo la ciudadanía está mejor informada y exigirá resultados con esa madurez que la democracia al pasar de los años, otorga.

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