/ domingo 26 de agosto de 2018

De manteconchas y cosas peores

En estos últimos días el pan ha ocupado espacios importantes en las redes sociales y no me refiero al partido político sino al alimento, aquel hecho de trigo y que nos trajeron los conquistadores españoles. Todo nace hace algunas semanas en Querétaro, donde Josué Rivera de la panadería “El Manantial” tuvo la inspiración de fusionar una mantecada con una concha para venderlo a siete pesos. Uno de los clientes tomo una foto y la subió a redes sociales volviéndose viral.

La originalidad del producto y lo ingenioso del nombre ayudó a que las manteconchas ocuparan su sitio dentro del imaginario popular al volverse un símbolo más del sincretismo que nos caracteriza. Sin embargo, el gozo de los creadores dio un giro inesperado en los últimos días ya que olvidaron que, para garantizar la exclusividad en la explotación de una invención, es necesario proteger.

Efectivamente, ante la omisión de los dueños de la panadería “El Manantial” ya existen dos solicitudes de registro de la marca Manteconchas ante el IMPI, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, que es la institución nacional que registra y patenta. La primera solicitud se recibió el 17 de agosto por la empresa Bimbo y la segunda el 20 de agosto de parte de una persona residente en Tlalnepantla. El IMPI tendrá que resolver, de acuerdo a sus facultades y a la normatividad vigente, si es procedente conferirles el uso de la marca a estos solicitantes. Injusto quizá pero legal. Los creadores de las Manteconchas no las registraron, sencillamente, porque en México no tenemos la cultura de la protección de las invenciones y consideramos que invertir en eso es una pérdida de dinero

Eso nos lleva de una manera interesante a comentar sobre la negociación del Tratado de Libre Comercio, el famoso TLC, que se está buscando renovar con Estados Unidos y Canadá. En estas negociaciones uno de los capítulos que más problemas está presentando en su conciliación es precisamente el de propiedad intelectual. En este sentido Estados Unidos considera que México no está cumpliendo a cabalidad con su compromiso de proteger la propiedad intelectual de las empresas de su país al ser permisivo con la piratería y por no tener mecanismos suficientemente fuertes para forzar el cumplimiento de las leyes respectivas. Si el Gobierno de México no genera los compromisos necesarios, esta mala costumbre nuestra de comprar piratería por ser más barata podría dar al traste con el desarrollo económico del país.

Como podemos ver, tanto la falta de una cultura de la protección en los inventores así como la liviandad con la que aceptamos a la piratería como consumidores son las dos caras de la misma moneda. Si queremos una economía fuerte que genere prosperidad tenemos que darle certeza a los inversionistas, individuales o corporativos, de que van a poder generar un retorno a su inversión. Es obligación del Gobierno reforzar mediante el ejercicio de su autoridad la protección a la propiedad privada, ya sea una vivienda, un auto o una marca. Por otro lado, también los ciudadanos tenemos el derecho de aprovechar el mismo ejercicio de autoridad para proteger lo que creamos y lo que producimos. Ese es el Estado de Derecho.

Para mayor información y para otros temas los invito a conocer mi blog http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

En estos últimos días el pan ha ocupado espacios importantes en las redes sociales y no me refiero al partido político sino al alimento, aquel hecho de trigo y que nos trajeron los conquistadores españoles. Todo nace hace algunas semanas en Querétaro, donde Josué Rivera de la panadería “El Manantial” tuvo la inspiración de fusionar una mantecada con una concha para venderlo a siete pesos. Uno de los clientes tomo una foto y la subió a redes sociales volviéndose viral.

La originalidad del producto y lo ingenioso del nombre ayudó a que las manteconchas ocuparan su sitio dentro del imaginario popular al volverse un símbolo más del sincretismo que nos caracteriza. Sin embargo, el gozo de los creadores dio un giro inesperado en los últimos días ya que olvidaron que, para garantizar la exclusividad en la explotación de una invención, es necesario proteger.

Efectivamente, ante la omisión de los dueños de la panadería “El Manantial” ya existen dos solicitudes de registro de la marca Manteconchas ante el IMPI, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, que es la institución nacional que registra y patenta. La primera solicitud se recibió el 17 de agosto por la empresa Bimbo y la segunda el 20 de agosto de parte de una persona residente en Tlalnepantla. El IMPI tendrá que resolver, de acuerdo a sus facultades y a la normatividad vigente, si es procedente conferirles el uso de la marca a estos solicitantes. Injusto quizá pero legal. Los creadores de las Manteconchas no las registraron, sencillamente, porque en México no tenemos la cultura de la protección de las invenciones y consideramos que invertir en eso es una pérdida de dinero

Eso nos lleva de una manera interesante a comentar sobre la negociación del Tratado de Libre Comercio, el famoso TLC, que se está buscando renovar con Estados Unidos y Canadá. En estas negociaciones uno de los capítulos que más problemas está presentando en su conciliación es precisamente el de propiedad intelectual. En este sentido Estados Unidos considera que México no está cumpliendo a cabalidad con su compromiso de proteger la propiedad intelectual de las empresas de su país al ser permisivo con la piratería y por no tener mecanismos suficientemente fuertes para forzar el cumplimiento de las leyes respectivas. Si el Gobierno de México no genera los compromisos necesarios, esta mala costumbre nuestra de comprar piratería por ser más barata podría dar al traste con el desarrollo económico del país.

Como podemos ver, tanto la falta de una cultura de la protección en los inventores así como la liviandad con la que aceptamos a la piratería como consumidores son las dos caras de la misma moneda. Si queremos una economía fuerte que genere prosperidad tenemos que darle certeza a los inversionistas, individuales o corporativos, de que van a poder generar un retorno a su inversión. Es obligación del Gobierno reforzar mediante el ejercicio de su autoridad la protección a la propiedad privada, ya sea una vivienda, un auto o una marca. Por otro lado, también los ciudadanos tenemos el derecho de aprovechar el mismo ejercicio de autoridad para proteger lo que creamos y lo que producimos. Ese es el Estado de Derecho.

Para mayor información y para otros temas los invito a conocer mi blog http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

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