/ lunes 21 de junio de 2021

Defensa plurinominal 2

El principio de representación proporcional hace mucho más sentido si se revisan las cifras con las que fueron electos los diputados morelenses.

Por el distrito 1, Andy Gordillo logró el 26% de los votos; en el 2, Ángel Adame obtuvo, 25.6%; Ulises Pardo, en el 3, logró 26%; Paco Sánchez Zavala, el 31% de los votos del distrito 4; Macrina Vallejo, en el 5, 24%; Ariadna Barrera, en el 6, 32%; Paola Cruz, en el 7, 27.6%; en el 8, Alberto Sánchez Ortega, 26%; Luz Dary Maldonado, en el 9, 29.7%; Verónica Anrubio, en el 10, 25.4%; en el 11, Arturo Pérez Flores,19.6%; y en el 12, Agustín Alonso, 39.6%. Ninguno de los próximos diputados locales fue votado siquiera por el 40% de los electores en sus distritos.

Más allá, salvo en Yautepec, distrito 12, en ninguna de las otras 11 demarcaciones la suma entre los votos del primero y segundo lugar alcanza la mitad de los votos emitidos; y en el caso del 12, alcanza sólo el 55%.

La abundancia de partidos políticos atomizó el voto, en efecto, pero once de las 23 opciones lograron más del 3 por ciento de los votos para diputaciones. Lo que evidencia el pluralismo morelense que debiera quedar reflejado en sus órganos de gobierno. Sin los plurinominales, Morena y sus aliados en esta elección, que recibieron el voto del 22.5% de los morelenses, tendrían la mitad de las doce diputaciones de mayoría, es decir, el 50% de un congreso sin representación proporcional, lo que les daría un 27.5% más representación de la que verdaderamente tienen.

Cierto que las plurinominales resultan, al final, representaciones más de partido que del distrito al que representan, pero lo mismo podríamos decir de las diputaciones de mayoría, como demuestra el hecho de que después de su carro completo en las elecciones anteriores, Morena sólo pudo refrendar la mitad de sus curules en esta elección, y apenas logró la reelección de una de sus diputadas.

En todo caso tendría que diseñarse un mecanismo para que la representatividad de los ciudadanos en los congresos fuera verdaderamente efectiva. Uno de ellos es la reelección, aunque es evidente que el mecanismo resulta profundamente limitado al poder ser influido por otras cosas, como las determinaciones del partido político, la calidad de los candidatos adversarios, la compra y coacción del voto, etcétera.

Los parlamentos abiertos suelen ser también buenas opciones para que los grupos de interés ciudadano se hagan escuchar. Otras formas son eficientar los sistemas de rendición de cuentas; las negociaciones abiertas sobre los temas del Congreso, que, combinadas con las anteriores pueden dar mejores resultados en la responsabilidad de los legisladores con sus distritos y con la sociedad.

Pensar en que desaparecer los diputados plurinominales, resolvería el problema de representatividad de los órganos legislativos deriva de poner muy poca atención a lo que verdaderamente ocurre en los parlamentos y a las experiencias recientes. De las que Morelos es una colección de ejemplos sobre lo que no debe hacerse nunca. Se redujo el Congreso a dos terceras partes para 2018 y el costo de la legislatura se mantuvo igual, y los trabajos legislativos se trabaron cada día por la formación de diques de contención.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

El principio de representación proporcional hace mucho más sentido si se revisan las cifras con las que fueron electos los diputados morelenses.

Por el distrito 1, Andy Gordillo logró el 26% de los votos; en el 2, Ángel Adame obtuvo, 25.6%; Ulises Pardo, en el 3, logró 26%; Paco Sánchez Zavala, el 31% de los votos del distrito 4; Macrina Vallejo, en el 5, 24%; Ariadna Barrera, en el 6, 32%; Paola Cruz, en el 7, 27.6%; en el 8, Alberto Sánchez Ortega, 26%; Luz Dary Maldonado, en el 9, 29.7%; Verónica Anrubio, en el 10, 25.4%; en el 11, Arturo Pérez Flores,19.6%; y en el 12, Agustín Alonso, 39.6%. Ninguno de los próximos diputados locales fue votado siquiera por el 40% de los electores en sus distritos.

Más allá, salvo en Yautepec, distrito 12, en ninguna de las otras 11 demarcaciones la suma entre los votos del primero y segundo lugar alcanza la mitad de los votos emitidos; y en el caso del 12, alcanza sólo el 55%.

La abundancia de partidos políticos atomizó el voto, en efecto, pero once de las 23 opciones lograron más del 3 por ciento de los votos para diputaciones. Lo que evidencia el pluralismo morelense que debiera quedar reflejado en sus órganos de gobierno. Sin los plurinominales, Morena y sus aliados en esta elección, que recibieron el voto del 22.5% de los morelenses, tendrían la mitad de las doce diputaciones de mayoría, es decir, el 50% de un congreso sin representación proporcional, lo que les daría un 27.5% más representación de la que verdaderamente tienen.

Cierto que las plurinominales resultan, al final, representaciones más de partido que del distrito al que representan, pero lo mismo podríamos decir de las diputaciones de mayoría, como demuestra el hecho de que después de su carro completo en las elecciones anteriores, Morena sólo pudo refrendar la mitad de sus curules en esta elección, y apenas logró la reelección de una de sus diputadas.

En todo caso tendría que diseñarse un mecanismo para que la representatividad de los ciudadanos en los congresos fuera verdaderamente efectiva. Uno de ellos es la reelección, aunque es evidente que el mecanismo resulta profundamente limitado al poder ser influido por otras cosas, como las determinaciones del partido político, la calidad de los candidatos adversarios, la compra y coacción del voto, etcétera.

Los parlamentos abiertos suelen ser también buenas opciones para que los grupos de interés ciudadano se hagan escuchar. Otras formas son eficientar los sistemas de rendición de cuentas; las negociaciones abiertas sobre los temas del Congreso, que, combinadas con las anteriores pueden dar mejores resultados en la responsabilidad de los legisladores con sus distritos y con la sociedad.

Pensar en que desaparecer los diputados plurinominales, resolvería el problema de representatividad de los órganos legislativos deriva de poner muy poca atención a lo que verdaderamente ocurre en los parlamentos y a las experiencias recientes. De las que Morelos es una colección de ejemplos sobre lo que no debe hacerse nunca. Se redujo el Congreso a dos terceras partes para 2018 y el costo de la legislatura se mantuvo igual, y los trabajos legislativos se trabaron cada día por la formación de diques de contención.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx