/ miércoles 27 de julio de 2022

Desde la curul | Ahí sigue...

Llegamos a la última semana de julio, entramos de lleno en el segundo semestre del año. Dos asuntos ocupan la atención de los morelenses: la nueva ola de Covid que ha generado nuevamente preocupación y la activación económica.

Volvemos a ver en diversos espacios de concurrencia sean públicos o privados la insistencia de los cuidados de prevención contra la Covid-19, solo que ahora no se observa la angustia que privaba en pasadas “olas”, lo que observamos es que se comienza a tomar con calma la crisis. Hemos aprendido a vivir en medio de la posibilidad de contagio, ahora con mayor confianza debido a la vacunación que se ha ido completando en los sectores de infantes y adolescentes, por supuesto no faltan quienes desestimando los síntomas de la enfermedad dejan de observar las medidas preventivas poniendo en riesgo a las personas con quienes conviven. Nuevamente comentamos entre nuestros familiares el hecho de que fulano o zutano tiene Covid, y las historias de este tipo se multiplican conforme pasan los días, que en muchos casos se resguardan por siete días y no catorce como se hiciera en los momentos álgidos. Como quiera que sea sigue siendo un calvario el resguardo, sobre todo cuando no se tiene el espacio necesario para hacerlo, no solo para el afectado, sino también para quien tiene que cuidarlo y atenderlo, se desajusta completamente la dinámica de la vida cotidiana de la familia. Aunado a lo anterior, los noticieros ya no inundan los espacios informativos con noticias relacionadas con el condenado virus, la agenda ya no se encuentra en ese tema, sin que deje de observarse.

Así las cosas, se continúan realizando las actividades diarias de manera ordinaria, con bajo temor al contagio dada la confianza que nos ha dado haber sido vacunados o que las nuevas variantes del virus sean menos letales, incluso aquellos que no lo hicieron o se resisten a hacerlo tienen mayor confianza precisamente porque saben que hay mucha gente vacunada y por lo mismo con menos posibilidades de contraer la enfermedad.

Las llamadas “olas” de contagio se han modificado y cada vez pesa menos el que se sucedan después de temporadas de festividades o vacaciones en el año, ahora también influyen las nuevas variantes. Es propicio seguir llamando a tomar los cuidados correspondientes, sin duda, estamos cansados y fastidiados, pero más vale no descuidarnos. Un saludo cordial.

Llegamos a la última semana de julio, entramos de lleno en el segundo semestre del año. Dos asuntos ocupan la atención de los morelenses: la nueva ola de Covid que ha generado nuevamente preocupación y la activación económica.

Volvemos a ver en diversos espacios de concurrencia sean públicos o privados la insistencia de los cuidados de prevención contra la Covid-19, solo que ahora no se observa la angustia que privaba en pasadas “olas”, lo que observamos es que se comienza a tomar con calma la crisis. Hemos aprendido a vivir en medio de la posibilidad de contagio, ahora con mayor confianza debido a la vacunación que se ha ido completando en los sectores de infantes y adolescentes, por supuesto no faltan quienes desestimando los síntomas de la enfermedad dejan de observar las medidas preventivas poniendo en riesgo a las personas con quienes conviven. Nuevamente comentamos entre nuestros familiares el hecho de que fulano o zutano tiene Covid, y las historias de este tipo se multiplican conforme pasan los días, que en muchos casos se resguardan por siete días y no catorce como se hiciera en los momentos álgidos. Como quiera que sea sigue siendo un calvario el resguardo, sobre todo cuando no se tiene el espacio necesario para hacerlo, no solo para el afectado, sino también para quien tiene que cuidarlo y atenderlo, se desajusta completamente la dinámica de la vida cotidiana de la familia. Aunado a lo anterior, los noticieros ya no inundan los espacios informativos con noticias relacionadas con el condenado virus, la agenda ya no se encuentra en ese tema, sin que deje de observarse.

Así las cosas, se continúan realizando las actividades diarias de manera ordinaria, con bajo temor al contagio dada la confianza que nos ha dado haber sido vacunados o que las nuevas variantes del virus sean menos letales, incluso aquellos que no lo hicieron o se resisten a hacerlo tienen mayor confianza precisamente porque saben que hay mucha gente vacunada y por lo mismo con menos posibilidades de contraer la enfermedad.

Las llamadas “olas” de contagio se han modificado y cada vez pesa menos el que se sucedan después de temporadas de festividades o vacaciones en el año, ahora también influyen las nuevas variantes. Es propicio seguir llamando a tomar los cuidados correspondientes, sin duda, estamos cansados y fastidiados, pero más vale no descuidarnos. Un saludo cordial.