/ lunes 6 de abril de 2020

Desorganización

El pasado 1 de abril, la delegación federal para los programas de bienestar social en Morelos convocó a más de un millar de personas de la tercera edad para que acudieran, físicamente, a recoger los recursos correspondientes a programas de apoyo para adultos mayores y discapacitados.

Esto, a pesar de las medidas establecidas por las autoridades de salud a nivel federal que dictan, entre otras cosas, el respeto a una sana distancia de metro y medio de persona a persona; la sanitización de superficies, objetos y manos; y la cancelación de eventos masivos.

Es importante señalar que el virus obtiene su tasa de mortalidad más alta al infectar a personas con enfermedades crónicas preexistentes (como lo pueden ser la diabetes, la obesidad o la hipertensión) o cuando infecta a las personas de la tercera edad.

La entrega de apoyos de la semana pasada incumplió con las medidas de sana distancia y las medidas de sanidad recomendadas por la Secretaria de Salud, y se realizó en una jornada que, independientemente del virus, no era la adecuada para el sector poblacional asistente siendo que el tiempo de espera fue muy largo. Se puso en riesgo al sector más vulnerable frente al covid-19. Esta equivocación, de haberse cometido en presencia del coronavirus, puede cobrar vidas. Esperemos que no sea el caso.

Ahora, algo es seguro, la entrega de recursos no puede detenerse porque de este depende la seguridad económica de muchas personas; sin embargo, las autoridades encargadas de otorgar dichos apoyos deben tener una organización rayando en lo impecable. Esta debe tomar en cuenta las medidas necesarias para eliminar cualquier amenaza de contagio (para quienes entregan y para quienes recogen los recursos).

Durante la planeación de esta actividad se debieron haber establecido puntos donde colocar alcohol gel para que esté al alcance de los asistentes y organizadores. Asimismo, se debió medir los espacios con la finalidad de determinar con ello el número de personas convocadas—para que cada una mantuviera la sana distancia necesaria para reducir las posibilidades de infección— y, a partir de ello, determinar un orden de llegada y salida de personas, manteniendo así a todas y todos los presentes a salvo. Por último, se pudo haber hecho uso de mecanismos electrónicos, como las transferencias bancarias, para no hacer salir a la gente.

Cuando se organiza un evento, se debe tener en consideración la emergencia sanitaria en la que nos encontramos y comprender que, en este momento, es fundamental tomar todas las medidas necesarias para dar la mejor atención y reducir riesgos.

Hay que actuar con prudencia en estos tiempos de alto riesgo. La complejidad del contexto en el que nos hallamos nos obliga a encontrar alternativas creativas para actividades cotidianas y soluciones que tomen en consideración las amenazas preexistentes y nuevas. Seamos solidarios, prudentes y empáticos para tomar las decisiones correctas. No podemos permitirnos equivocaciones porque los errores impactan directamente en el futuro de las personas.

No bajemos la guardia

De acuerdo con el último reporte de la Secretaria de Salud Morelos consultado durante la realización de esta columna existen 12 casos confirmados, 47 sospechosos, 103 negativos y 3 defunciones causadas por covid-19 en el estado, lo que nos coloca como una de las entidades con menor cantidad de contagios confirmados; sin embargo, también nos pone en un tercer lugar nacional (de la mano de otros 3 estados) por el número de fallecimientos.

El exceso de confianza es un lujo que hoy no nos podemos permitir, a pesar de que las cifras oficiales señalen que en Morelos el brote de covid-19 no ha sucedido, hay que tener muchos aspectos presentes para tener un entendimiento más completo acerca de la situación en la que se encuentra nuestro estado.

Nuestra posición geográfica nos ubica en un punto medio entre la capital del país y la costa de Guerrero, lo que implica un tránsito (hoy disminuido, pero aun existente) entre estos dos puntos. Asimismo, la población de otros estados que cuenta con domicilios aquí —o que ha decidido pasar la cuarentena en nuestro estado— implica un riesgo adicional para los locales, más aún si se tiene en consideración que dentro de los estados colindantes está la CDMX, el Estado de México y Puebla, entidades con un alto número de contagios.

Debemos tomar las medidas de precaución necesarias para estar preparados desde este momento para hacer frente al covid-19. No podemos bajar la guardia, esto, lamentablemente, apenas comienza.

El pasado 1 de abril, la delegación federal para los programas de bienestar social en Morelos convocó a más de un millar de personas de la tercera edad para que acudieran, físicamente, a recoger los recursos correspondientes a programas de apoyo para adultos mayores y discapacitados.

Esto, a pesar de las medidas establecidas por las autoridades de salud a nivel federal que dictan, entre otras cosas, el respeto a una sana distancia de metro y medio de persona a persona; la sanitización de superficies, objetos y manos; y la cancelación de eventos masivos.

Es importante señalar que el virus obtiene su tasa de mortalidad más alta al infectar a personas con enfermedades crónicas preexistentes (como lo pueden ser la diabetes, la obesidad o la hipertensión) o cuando infecta a las personas de la tercera edad.

La entrega de apoyos de la semana pasada incumplió con las medidas de sana distancia y las medidas de sanidad recomendadas por la Secretaria de Salud, y se realizó en una jornada que, independientemente del virus, no era la adecuada para el sector poblacional asistente siendo que el tiempo de espera fue muy largo. Se puso en riesgo al sector más vulnerable frente al covid-19. Esta equivocación, de haberse cometido en presencia del coronavirus, puede cobrar vidas. Esperemos que no sea el caso.

Ahora, algo es seguro, la entrega de recursos no puede detenerse porque de este depende la seguridad económica de muchas personas; sin embargo, las autoridades encargadas de otorgar dichos apoyos deben tener una organización rayando en lo impecable. Esta debe tomar en cuenta las medidas necesarias para eliminar cualquier amenaza de contagio (para quienes entregan y para quienes recogen los recursos).

Durante la planeación de esta actividad se debieron haber establecido puntos donde colocar alcohol gel para que esté al alcance de los asistentes y organizadores. Asimismo, se debió medir los espacios con la finalidad de determinar con ello el número de personas convocadas—para que cada una mantuviera la sana distancia necesaria para reducir las posibilidades de infección— y, a partir de ello, determinar un orden de llegada y salida de personas, manteniendo así a todas y todos los presentes a salvo. Por último, se pudo haber hecho uso de mecanismos electrónicos, como las transferencias bancarias, para no hacer salir a la gente.

Cuando se organiza un evento, se debe tener en consideración la emergencia sanitaria en la que nos encontramos y comprender que, en este momento, es fundamental tomar todas las medidas necesarias para dar la mejor atención y reducir riesgos.

Hay que actuar con prudencia en estos tiempos de alto riesgo. La complejidad del contexto en el que nos hallamos nos obliga a encontrar alternativas creativas para actividades cotidianas y soluciones que tomen en consideración las amenazas preexistentes y nuevas. Seamos solidarios, prudentes y empáticos para tomar las decisiones correctas. No podemos permitirnos equivocaciones porque los errores impactan directamente en el futuro de las personas.

No bajemos la guardia

De acuerdo con el último reporte de la Secretaria de Salud Morelos consultado durante la realización de esta columna existen 12 casos confirmados, 47 sospechosos, 103 negativos y 3 defunciones causadas por covid-19 en el estado, lo que nos coloca como una de las entidades con menor cantidad de contagios confirmados; sin embargo, también nos pone en un tercer lugar nacional (de la mano de otros 3 estados) por el número de fallecimientos.

El exceso de confianza es un lujo que hoy no nos podemos permitir, a pesar de que las cifras oficiales señalen que en Morelos el brote de covid-19 no ha sucedido, hay que tener muchos aspectos presentes para tener un entendimiento más completo acerca de la situación en la que se encuentra nuestro estado.

Nuestra posición geográfica nos ubica en un punto medio entre la capital del país y la costa de Guerrero, lo que implica un tránsito (hoy disminuido, pero aun existente) entre estos dos puntos. Asimismo, la población de otros estados que cuenta con domicilios aquí —o que ha decidido pasar la cuarentena en nuestro estado— implica un riesgo adicional para los locales, más aún si se tiene en consideración que dentro de los estados colindantes está la CDMX, el Estado de México y Puebla, entidades con un alto número de contagios.

Debemos tomar las medidas de precaución necesarias para estar preparados desde este momento para hacer frente al covid-19. No podemos bajar la guardia, esto, lamentablemente, apenas comienza.