/ miércoles 23 de diciembre de 2020

Dos tragedias: semáforo y precampañas

El estado volvió a semáforo rojo. Ya se esperaba, las modificaciones que las autoridades sanitarias hicieron a las restricciones por color naranja, junto con la incapacidad manifiesta por los ayuntamientos y el estado por imponer las restricciones y la irresponsabilidad de miles de morelenses que decidieron ignorar las indicaciones sanitarias, provocaron un incremento dramático de los contagios por Covid-19, los casos activos y las camas ocupadas en los hospitales, obligando a la entidad a imponer de nueva cuenta el cierre casi total de las actividades económicas, políticas y sociales.

La medida llega tarde en tanto el centro poblacional de la Megalópolis, CDMX y Valle de México, había impuesto ya la mayor restricción hace una semana, provocando una sensible migración de residentes en la zona a los estados vecinos y zonas turísticas. Morelos tiene las dos normalmente virtudes pero que en medio de la pandemia se convierten en defectos graves, está cerca de la CDMX, y tiene vocación turística; así que el incremento de casos locales era bastante previsible.

Para quienes simpatizan con el gobernador, éste habría actuado bien, procurando evitar un mayor daño económico; para sus adversarios, se habrá actuado por cálculo político, por una cautela excesiva que impidió tomar la determinación mucho antes y reforzar las medidas de contención del virus. Lo cierto es que seguramente fue parte de ambas, o probablemente las dos posiciones sean meras interpretaciones de un mismo hecho, las medidas restrictivas se retrasaron en un período que las volvía de urgencia, los contagios siguen aumentando, y la ocupación hospitalaria ha crecido a niveles peligrosos.

Por si ello fuera poco, la Secretaría de Economía ya había anunciado que sería difícil volver a apoyar a los negocios locales (con todo y los magros estímulos que se dieron durante el año), porque los recursos para el efecto casi se habían acabado.

En este contexto, hablar del inicio de las precampañas y la sarta de diatribas y groserías con que han iniciado parece en sí mismo de mal gusto, así que reduciremos el necesario comentario a un mínimo llamado a la prudencia, a la decencia, a la inteligencia. Es inconcebible que en medio de una emergencia como la que padecemos, los políticos decidan encaminar sus esfuerzos, y los recursos públicos con que se mantienen, en imbecilidades como los spots de Morena contra el PRIAN, o de la reciente alianza entre PRI, PAN, PRD y Sí por México contra el gobierno federal. Si hubo un momento en que la unidad nacional se volvió necesaria es justo en este. Y no se trata de unidad en torno de un gobierno sino para fortalecer a la ciudadanía que padece la pandemia, la crisis económica, y ahora hasta las payasadas de los políticos incapaces de comprender el delicado momento.

Y precisamente por todo esto deseamos que estas fiestas sirvan para la reflexión de lo que realmente vale y que el Año Nuevo nos encuentre con la fuerza de enfrentar y sobreponernos a las desgracias, que aprendamos de ellas y nos unamos más con nuestras familias y la comunidad para construir algo mejor. Quédate en casa.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

El estado volvió a semáforo rojo. Ya se esperaba, las modificaciones que las autoridades sanitarias hicieron a las restricciones por color naranja, junto con la incapacidad manifiesta por los ayuntamientos y el estado por imponer las restricciones y la irresponsabilidad de miles de morelenses que decidieron ignorar las indicaciones sanitarias, provocaron un incremento dramático de los contagios por Covid-19, los casos activos y las camas ocupadas en los hospitales, obligando a la entidad a imponer de nueva cuenta el cierre casi total de las actividades económicas, políticas y sociales.

La medida llega tarde en tanto el centro poblacional de la Megalópolis, CDMX y Valle de México, había impuesto ya la mayor restricción hace una semana, provocando una sensible migración de residentes en la zona a los estados vecinos y zonas turísticas. Morelos tiene las dos normalmente virtudes pero que en medio de la pandemia se convierten en defectos graves, está cerca de la CDMX, y tiene vocación turística; así que el incremento de casos locales era bastante previsible.

Para quienes simpatizan con el gobernador, éste habría actuado bien, procurando evitar un mayor daño económico; para sus adversarios, se habrá actuado por cálculo político, por una cautela excesiva que impidió tomar la determinación mucho antes y reforzar las medidas de contención del virus. Lo cierto es que seguramente fue parte de ambas, o probablemente las dos posiciones sean meras interpretaciones de un mismo hecho, las medidas restrictivas se retrasaron en un período que las volvía de urgencia, los contagios siguen aumentando, y la ocupación hospitalaria ha crecido a niveles peligrosos.

Por si ello fuera poco, la Secretaría de Economía ya había anunciado que sería difícil volver a apoyar a los negocios locales (con todo y los magros estímulos que se dieron durante el año), porque los recursos para el efecto casi se habían acabado.

En este contexto, hablar del inicio de las precampañas y la sarta de diatribas y groserías con que han iniciado parece en sí mismo de mal gusto, así que reduciremos el necesario comentario a un mínimo llamado a la prudencia, a la decencia, a la inteligencia. Es inconcebible que en medio de una emergencia como la que padecemos, los políticos decidan encaminar sus esfuerzos, y los recursos públicos con que se mantienen, en imbecilidades como los spots de Morena contra el PRIAN, o de la reciente alianza entre PRI, PAN, PRD y Sí por México contra el gobierno federal. Si hubo un momento en que la unidad nacional se volvió necesaria es justo en este. Y no se trata de unidad en torno de un gobierno sino para fortalecer a la ciudadanía que padece la pandemia, la crisis económica, y ahora hasta las payasadas de los políticos incapaces de comprender el delicado momento.

Y precisamente por todo esto deseamos que estas fiestas sirvan para la reflexión de lo que realmente vale y que el Año Nuevo nos encuentre con la fuerza de enfrentar y sobreponernos a las desgracias, que aprendamos de ellas y nos unamos más con nuestras familias y la comunidad para construir algo mejor. Quédate en casa.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx