/ martes 19 de abril de 2022

Educación ambiental: El valor

Las diversas formas en las que se relaciona la sociedad y el ambiente han sido objeto de una creciente atención, la crisis ambiental es la crisis de nuestro tiempo, y es la consecuencia del pensamiento con el que hemos construido y destruido nuestro mundo

La preocupación por los asuntos ambientales y sobre la necesidad de impartir educación ambiental a las nuevas generaciones no es algo nuevo, al contrario es algo que desde hace mucho se ha tenido que implementar, y que hasta la fecha sigue siendo tema pendiente en la agenda de trabajo de muchas autoridades.

La educación ambiental constituye un pilar fundamental para el cuidado de nuestro planeta y para conducir a nuestro país sobre la senda del desarrollo sostenible.

Formar conciencias sobre los problemas ambientales que aquejan al mundo es algo que poco se ha realizado, sin embargo es importante dejar en claro que la educación es el instrumento para transformar vidas y lo es, cuando tratamos de cambiar nuestra mentalidad en torno a la naturaleza y nuestra relación con ella.

De poco nos sirve hablar de cambiar solamente la legislación, por ejemplo, si no existe una base sólida y permanente de la sociedad, en la cual, construir un nuevo modo de hacer las cosas sea nuestra prioridad.

La tierra está experimentando rápidos cambios ambientales a causa de la acción humana que ha impactado en forma desmesurada la disponibilidad de los principales nutrientes, limitando la productividad y la diversidad de los ecosistemas. En los últimos cincuenta años, los seres humanos hemos alterado la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas de manera más rápida y generalizada que en ningún otro periodo de la historia de la humanidad. El resultado ha sido una pérdida sustancial de la biodiversidad y con ello, los bienes y servicios que proporciona a la sociedad.

Muchas medidas para poner fin a los problemas que vivimos como el cambio climático, han quedado rezagados y parecen no encontrar un camino de concreción efectivo, por lo que en la práctica los problemas ambientales no sólo no disminuyen, sino que aumentan.

La educación es una de las herramientas para producir los cambios necesarios para la construcción de modelos de desarrollo alternativos y por la formación de sujetos críticos, capaces de comprender y entender la complejidad del ser y de su realidad, pero sobre todo pensar en una sociedad comprometida a la solución de problemas socioambientales con una actitud solidaria y colaborativa.

Pensemos en el escenario social en el que se encuentra nuestro estado al día de hoy, es increíble que aún nos preguntemos de dónde surge por tanto la necesidad de integrar el conocimiento del medio ambiente y la promoción de comportamientos y actitudes que contribuyan a la conservación del entorno.

Es urgente diseñar e implementar acciones con la visión de que, una sociedad educada ambientalmente será capaz de cuidar su entorno y con ello, trabajar, exigir y vigilar que los gobiernos y las empresas también lo respeten y hagan todo lo necesario para preservar nuestro planeta. Quizás sólo así nos acerquemos como sociedad a la cultura de un desarrollo sustentable tan demandado en estos días. La idea no es enseñar lo que sucede en un mundo impactado, sino trabajar en cómo disminuir este impacto.

La educación es el cimiento, sin eso, no podremos avanzar hacia un futuro mejor. Nos protegemos, pero no protegemos el futuro de los que vienen después, no cuidamos el patrimonio humano, entonces la pregunta sería: ¿Cuál es el destino de la vida humana?.

Las diversas formas en las que se relaciona la sociedad y el ambiente han sido objeto de una creciente atención, la crisis ambiental es la crisis de nuestro tiempo, y es la consecuencia del pensamiento con el que hemos construido y destruido nuestro mundo

La preocupación por los asuntos ambientales y sobre la necesidad de impartir educación ambiental a las nuevas generaciones no es algo nuevo, al contrario es algo que desde hace mucho se ha tenido que implementar, y que hasta la fecha sigue siendo tema pendiente en la agenda de trabajo de muchas autoridades.

La educación ambiental constituye un pilar fundamental para el cuidado de nuestro planeta y para conducir a nuestro país sobre la senda del desarrollo sostenible.

Formar conciencias sobre los problemas ambientales que aquejan al mundo es algo que poco se ha realizado, sin embargo es importante dejar en claro que la educación es el instrumento para transformar vidas y lo es, cuando tratamos de cambiar nuestra mentalidad en torno a la naturaleza y nuestra relación con ella.

De poco nos sirve hablar de cambiar solamente la legislación, por ejemplo, si no existe una base sólida y permanente de la sociedad, en la cual, construir un nuevo modo de hacer las cosas sea nuestra prioridad.

La tierra está experimentando rápidos cambios ambientales a causa de la acción humana que ha impactado en forma desmesurada la disponibilidad de los principales nutrientes, limitando la productividad y la diversidad de los ecosistemas. En los últimos cincuenta años, los seres humanos hemos alterado la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas de manera más rápida y generalizada que en ningún otro periodo de la historia de la humanidad. El resultado ha sido una pérdida sustancial de la biodiversidad y con ello, los bienes y servicios que proporciona a la sociedad.

Muchas medidas para poner fin a los problemas que vivimos como el cambio climático, han quedado rezagados y parecen no encontrar un camino de concreción efectivo, por lo que en la práctica los problemas ambientales no sólo no disminuyen, sino que aumentan.

La educación es una de las herramientas para producir los cambios necesarios para la construcción de modelos de desarrollo alternativos y por la formación de sujetos críticos, capaces de comprender y entender la complejidad del ser y de su realidad, pero sobre todo pensar en una sociedad comprometida a la solución de problemas socioambientales con una actitud solidaria y colaborativa.

Pensemos en el escenario social en el que se encuentra nuestro estado al día de hoy, es increíble que aún nos preguntemos de dónde surge por tanto la necesidad de integrar el conocimiento del medio ambiente y la promoción de comportamientos y actitudes que contribuyan a la conservación del entorno.

Es urgente diseñar e implementar acciones con la visión de que, una sociedad educada ambientalmente será capaz de cuidar su entorno y con ello, trabajar, exigir y vigilar que los gobiernos y las empresas también lo respeten y hagan todo lo necesario para preservar nuestro planeta. Quizás sólo así nos acerquemos como sociedad a la cultura de un desarrollo sustentable tan demandado en estos días. La idea no es enseñar lo que sucede en un mundo impactado, sino trabajar en cómo disminuir este impacto.

La educación es el cimiento, sin eso, no podremos avanzar hacia un futuro mejor. Nos protegemos, pero no protegemos el futuro de los que vienen después, no cuidamos el patrimonio humano, entonces la pregunta sería: ¿Cuál es el destino de la vida humana?.