/ martes 4 de agosto de 2020

Educación y accesibilidad

Los cursos en línea funcionan. Por lo menos las experiencias de los últimos años evidencian que la transmisión de conocimientos específicos es mucho más eficiente a través de tutoriales breves y ejercicios personales. En todo caso, el problema actual no radica en la realidad del conocimiento en línea, sino en la accesibilidad del mismo (calculada en apenas un 40% de la matrícula), un asunto que la SEP trata de resolver a través de las cadenas de televisión abierta con un pragmatismo que espanta por múltiples motivos.

En efecto, las clases por televisión revisten problemas graves, la experiencia de la transmisión de conocimientos específicos a través de la televisión es de una enorme ineficiencia, en tanto la producción de contenido educativo tiene un escaso público, mínimos recursos y en general va en contra del propósito fundamental con que cualquiera enciende el televisor: el entretenimiento puro. Adicionalmente, si los cursos en línea pueden ser señalados por deshumanizar la educación, al mantener una enorme lejanía entre el docente y los alumnos, la televisión no permite ni eso.

Tienen razón quienes critican a la televisión como centro de la escuela, pese a que suele ser una herramienta útil dentro del aula (documentales, tutoriales, películas y series comentadas por los docentes) suelen ser experiencias que potencian el aprendizaje y el interés de los alumnos por la adquisición de nuevos conocimientos específicos. Se trata de experiencias limitadas porque pocos docentes están lo bastante capacitados para aprovechar las herramientas que ofrecen los medios de comunicación tradicionales, televisión, radio y periódicos.

Augurar el fracaso rotundo del ciclo escolar por que inicie a distancia durante un tiempo indeterminado, sin embargo, es un riesgo enorme. En efecto, los trabajadores de la educación se muestran poco optimistas en general sobre el éxito que pudiera lograrse con las clases a distancia y por televisión. Para empezar, diríamos que sólo una parte de los estudiantes estarían limitados a adquirir conocimientos sólo a través de las pantallas y los libros de texto gratuito; un segmento importante de los alumnos tienen acceso a la internet, lo que favorece una mayor intervención de los docentes para conducirlos, y multiplica de forma impresionante las alternativas de adquisición de conocimientos específicos (hay 697 mil tutoriales de álgebra lineal en la web, por ejemplo).

La solución híbrida que ofrece SEP, que consiste en una suerte de mezcla entre la educación en línea y las clases por televisión, no ha sido lo bastante explicada, un problema que complica mucho la recepción sobre la estrategia del gobierno federal para garantizar la continuidad del sistema nacional de educación y la ejecución final de la misma. La tarea es enorme y ni la autoridad educativa ni el magisterio abandonado, podrán enfrentarla con éxito sin el compromiso de padres de familia, estudiantes, medios de comunicación, y en general de toda la sociedad. Involucrarse en la educación para potenciar el aprendizaje debe ser hoy una misión colectiva: accesibilidad es la clave.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Los cursos en línea funcionan. Por lo menos las experiencias de los últimos años evidencian que la transmisión de conocimientos específicos es mucho más eficiente a través de tutoriales breves y ejercicios personales. En todo caso, el problema actual no radica en la realidad del conocimiento en línea, sino en la accesibilidad del mismo (calculada en apenas un 40% de la matrícula), un asunto que la SEP trata de resolver a través de las cadenas de televisión abierta con un pragmatismo que espanta por múltiples motivos.

En efecto, las clases por televisión revisten problemas graves, la experiencia de la transmisión de conocimientos específicos a través de la televisión es de una enorme ineficiencia, en tanto la producción de contenido educativo tiene un escaso público, mínimos recursos y en general va en contra del propósito fundamental con que cualquiera enciende el televisor: el entretenimiento puro. Adicionalmente, si los cursos en línea pueden ser señalados por deshumanizar la educación, al mantener una enorme lejanía entre el docente y los alumnos, la televisión no permite ni eso.

Tienen razón quienes critican a la televisión como centro de la escuela, pese a que suele ser una herramienta útil dentro del aula (documentales, tutoriales, películas y series comentadas por los docentes) suelen ser experiencias que potencian el aprendizaje y el interés de los alumnos por la adquisición de nuevos conocimientos específicos. Se trata de experiencias limitadas porque pocos docentes están lo bastante capacitados para aprovechar las herramientas que ofrecen los medios de comunicación tradicionales, televisión, radio y periódicos.

Augurar el fracaso rotundo del ciclo escolar por que inicie a distancia durante un tiempo indeterminado, sin embargo, es un riesgo enorme. En efecto, los trabajadores de la educación se muestran poco optimistas en general sobre el éxito que pudiera lograrse con las clases a distancia y por televisión. Para empezar, diríamos que sólo una parte de los estudiantes estarían limitados a adquirir conocimientos sólo a través de las pantallas y los libros de texto gratuito; un segmento importante de los alumnos tienen acceso a la internet, lo que favorece una mayor intervención de los docentes para conducirlos, y multiplica de forma impresionante las alternativas de adquisición de conocimientos específicos (hay 697 mil tutoriales de álgebra lineal en la web, por ejemplo).

La solución híbrida que ofrece SEP, que consiste en una suerte de mezcla entre la educación en línea y las clases por televisión, no ha sido lo bastante explicada, un problema que complica mucho la recepción sobre la estrategia del gobierno federal para garantizar la continuidad del sistema nacional de educación y la ejecución final de la misma. La tarea es enorme y ni la autoridad educativa ni el magisterio abandonado, podrán enfrentarla con éxito sin el compromiso de padres de familia, estudiantes, medios de comunicación, y en general de toda la sociedad. Involucrarse en la educación para potenciar el aprendizaje debe ser hoy una misión colectiva: accesibilidad es la clave.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx