/ domingo 11 de abril de 2021

El boleto de salida

El mundo se encuentran bajo una enorme presión por la pandemia. Confinamientos masivos, decesos, secuelas de la enfermedad, afectando profundamente la economía de los países. Entre múltiples medidas paliativas, la vacunación masiva es y ha sido la única salida efecitva de la crisis.

Mientras que la mayoría de los gobernantes establecían estrategias escalonadas para la aplicación de vacunas, los de Israel decidieron a finales del año pasado proteger la totalidad de su población en un solo movimiento.

Israel se encuentra en el medio oriente, a orillas del mediterraneo y es vecino del mundo árabe. Un país pequeño comparado con México, su superficie es de solamente 20,700 km2, el equivalente al estado de Hidalgo. En población, tiene 9 millones de habitantes, más o menos lo mismo que la Ciudad de México, de los cuales el 10% es mayor de 65 años.

Para cumplir su propósito, el gobierno de Israel concentró todos sus esfuerzos en una única negociación con la empresa Pfzier para la aplicación masiva de la vacuna basada en ARN mensajero desarrollada por el laboratorio alemán BioNTech.

A diferencia de lo que ocurre en nuestro país donde los contratos se clasificaron, en Israel los términos de la negociación se hicieron del dominio público y pueden ser consultado en el sitio https://govextra.gov.il/media/30806/11221-moh-pfizer-collaboration-agreement-redacted.pdf. En este documento se observa que, con la finalidad de recibir las vacunas con la más alta prioridad, el gobierno de Israel acordó colaborar con Pfizer en lo que será el ensayo clínico más grande de la historia y que dará resultados de extraordinario valor científico.

Israel aceptó, además, pagar prácticamente el doble de lo que ofreció el gobierno de Estados Unidos por cada vacuna, así como absorber el riesgo de los efectos secundarios que pudiera tener la aplicación del producto en su población.

En total, Israel pagará a Pfizer 423 millones de dólares que equivalen a poco menos de 9 mil millones de pesos. Proteger a toda la población de México bajo las mismas condiciones de negociación le hubiera costado al gobierno federal 100 mil millones de pesos.

Parece mucho dinero pero esta cantidad es la misma que la Secretaría de Hacienda ingresó a sus arcas con la extinción de los fideicomisos para la investigación científica, del FONDEN, de los de protección a víctimas y a periodistas, así como del retiro de 33 mil millones de pesos del Fondo de Salud para el Bienestar del INSABI antes Fondo de Protección contra Gastros Catastróficos, aprobados por la cámara de Diputados el pasado 5 de noviembre. Recursos que en su momento se aseguró que iban a ser canalizados para la compra de vacunas.

Gracias a su oportuna decisión, Israel es el país con la más alta cobertura de vacunación contra COVID-19 del mundo y los primeros resultados del estudio clínico demuestran que la probabilidad de infección se redujo 92% a la semana de la aplicación de la segunda dosis. Lo mismo ocurrió con la enfermedad cuya probabilidad se redujo en un 94%, la hospitalización en un 86%, la enfermedad grave en un 92% y la muerte del paciente en, al menos, un 84%.

Mientras que en México nos preparamos para una tercera ola de la pandemia, en Israel los casos diarios de COVID-19 muestran una baja constante desde su valor máximo de 8,624 el 17 de enero hasta 249 el 10 de abril, valor que no habían registrado desde marzo del 2020, al inicio de la pandemia.

Vacunar a toda su población lo antes posible debiera ser la principal prioridad de un gobierno funcional. Cualquier cosa por debajo de eso elevará el riesgo personal y el costo económico derivado de la pandemia a niveles catastróficos. El dínero no compra la felicidad pero, en estos momentos, sí puede comprarnos el boleto de salida de la crisis sanitaria.

Información adicional de éste y otros temas de interés visiten http://reivindicandoapluton.blogspot.mx o https://www.facebook.com/BValderramaB/

El mundo se encuentran bajo una enorme presión por la pandemia. Confinamientos masivos, decesos, secuelas de la enfermedad, afectando profundamente la economía de los países. Entre múltiples medidas paliativas, la vacunación masiva es y ha sido la única salida efecitva de la crisis.

Mientras que la mayoría de los gobernantes establecían estrategias escalonadas para la aplicación de vacunas, los de Israel decidieron a finales del año pasado proteger la totalidad de su población en un solo movimiento.

Israel se encuentra en el medio oriente, a orillas del mediterraneo y es vecino del mundo árabe. Un país pequeño comparado con México, su superficie es de solamente 20,700 km2, el equivalente al estado de Hidalgo. En población, tiene 9 millones de habitantes, más o menos lo mismo que la Ciudad de México, de los cuales el 10% es mayor de 65 años.

Para cumplir su propósito, el gobierno de Israel concentró todos sus esfuerzos en una única negociación con la empresa Pfzier para la aplicación masiva de la vacuna basada en ARN mensajero desarrollada por el laboratorio alemán BioNTech.

A diferencia de lo que ocurre en nuestro país donde los contratos se clasificaron, en Israel los términos de la negociación se hicieron del dominio público y pueden ser consultado en el sitio https://govextra.gov.il/media/30806/11221-moh-pfizer-collaboration-agreement-redacted.pdf. En este documento se observa que, con la finalidad de recibir las vacunas con la más alta prioridad, el gobierno de Israel acordó colaborar con Pfizer en lo que será el ensayo clínico más grande de la historia y que dará resultados de extraordinario valor científico.

Israel aceptó, además, pagar prácticamente el doble de lo que ofreció el gobierno de Estados Unidos por cada vacuna, así como absorber el riesgo de los efectos secundarios que pudiera tener la aplicación del producto en su población.

En total, Israel pagará a Pfizer 423 millones de dólares que equivalen a poco menos de 9 mil millones de pesos. Proteger a toda la población de México bajo las mismas condiciones de negociación le hubiera costado al gobierno federal 100 mil millones de pesos.

Parece mucho dinero pero esta cantidad es la misma que la Secretaría de Hacienda ingresó a sus arcas con la extinción de los fideicomisos para la investigación científica, del FONDEN, de los de protección a víctimas y a periodistas, así como del retiro de 33 mil millones de pesos del Fondo de Salud para el Bienestar del INSABI antes Fondo de Protección contra Gastros Catastróficos, aprobados por la cámara de Diputados el pasado 5 de noviembre. Recursos que en su momento se aseguró que iban a ser canalizados para la compra de vacunas.

Gracias a su oportuna decisión, Israel es el país con la más alta cobertura de vacunación contra COVID-19 del mundo y los primeros resultados del estudio clínico demuestran que la probabilidad de infección se redujo 92% a la semana de la aplicación de la segunda dosis. Lo mismo ocurrió con la enfermedad cuya probabilidad se redujo en un 94%, la hospitalización en un 86%, la enfermedad grave en un 92% y la muerte del paciente en, al menos, un 84%.

Mientras que en México nos preparamos para una tercera ola de la pandemia, en Israel los casos diarios de COVID-19 muestran una baja constante desde su valor máximo de 8,624 el 17 de enero hasta 249 el 10 de abril, valor que no habían registrado desde marzo del 2020, al inicio de la pandemia.

Vacunar a toda su población lo antes posible debiera ser la principal prioridad de un gobierno funcional. Cualquier cosa por debajo de eso elevará el riesgo personal y el costo económico derivado de la pandemia a niveles catastróficos. El dínero no compra la felicidad pero, en estos momentos, sí puede comprarnos el boleto de salida de la crisis sanitaria.

Información adicional de éste y otros temas de interés visiten http://reivindicandoapluton.blogspot.mx o https://www.facebook.com/BValderramaB/