/ miércoles 25 de agosto de 2021

El doble discurso del regreso a clases

Durante el régimen priista en el siglo XX era usual que lo que dijera el gobierno sería al revés: que no habría devaluación, la había; que si se estaba abierto al diálogo, se hacía uso de la fuerza pública; que no se daría una crisis económica, había fuga de capitales e inflación.

Entonces, eran común los dobles discursos en la política mexicana, y a pesar de que actualmente se busca cambiar el régimen de gobierno, parece que aún quedan prácticas del antiguo régimen, y en el tema del regreso a clases, no es la excepción.

Como bien se sabe, la instrucción es que a nivel de educación básica se retornará a clases presenciales el próximo 30 de agosto ante un panorama que no es el óptimo para ello. En un inicio se había dicho que “las clases presenciales serían voluntarias” y que la decisión sería de los gobiernos locales y de los padres de familia, y posteriormente se dijo que serían “híbridas”, sin embargo, hasta el día de hoy, la indicación del gobierno federal es el regreso a clases presenciales de manera inminente sin atender el color del semáforo respecto a la Covid-19, que en el caso de Morelos es color naranja, por lo que el escenario no es el idóneo, contraponiéndose así a lo expresado en el acuerdo 15/06/21 por el que se establecen los calendarios escolares, emitido por la SEP.

Y no es idóneo porque a pesar del discurso de que se tomarán las medidas sanitarias necesarias, las autoridades tanto federales como locales no han hecho su parte en el sentido de garantizar que las escuelas cuenten con los materiales e insumos de sanidad, se dijo que el gobierno estatal había hecho una “inversión histórica” para ello, pero después circuló la imagen donde se vio que habían dado 1 litro de gel antibacterial por escuela, y ante dicha polémica, la autoridad educativa dijo que eso sería en un inicio, pero vamos, 1 litro de gel no durará ni una semana. Y ante dicho panorama, es que las escuelas con las cooperaciones en dinero de los padres de familia buscarían hacerse de los insumos sanitarios necesarios, pues no hay un completo respaldo de las autoridades locales y federales. Recordemos que en el artículo 5° constitucional se establece que toda persona tiene derecho a la protección de la salud.

Ahora, en el caso de la parte sindical de los maestros, la sección 19 que corresponde a nuestra entidad federativa ha expresado que no hay condiciones para regresar a clases pidiendo que se frene dicho regreso, pero bueno, ese es su discurso, porque en los hechos, se ha percibido por parte de los maestros un silencio para construir una estrategia al respecto, y por ende quedando la salud de los agremiados a su suerte.

Tratándose del gobierno estatal, éste se ha alineado a lo que diga el gobierno federal, para no variar, entonces, en este sentido el eslogan de “Estado libre y soberano” del que tanto presumen las autoridades estatales de todo el país, es solo una bonita oración. El gobierno de nuestro “Estado” se ajusta a los lineamientos federales sin tampoco tener una estrategia integral para atender dicho escenario, recordemos que en el tema de la educación, es una materia concurrente, es decir, no es absoluta de algún nivel de gobierno, sino que en ella, intervienen los tres niveles de gobierno, donde la participación de los padres de familia es esencial.

Y bueno, no se diga de la titular de la SEP, Delfina Gómez, que a unos meses de haber tomado el puesto, ya se extraña a Esteban Moctezuma, pues observamos una falta de liderazgo y empatía hacía el gremio de profesores, pues resulta que al final, el presidente es quien le tiene que corregir la plana con eso de la famosa carta responsiva.

Y no se trata de no querer regresar a clases, pues muchos países ya lo han hecho como nuestro vecino del norte o en el país donde hace unas semanas fue la sede olímpica, sino más bien se trata de que haya una verdadera estrategia, que sea integral y bien estructurada, donde se tengan que hacer las acciones necesarias para ello. Se habla de una democracia participativa y al final resulta que no está a discusión el regreso a las clases presenciales. Por lo que vemos que en nuestro sistema de gobierno, la estructura del federalismo es una ficción, se trata de un centralismo disfrazado. Pero no hay que atribuirle todo al gobierno, también la sociedad debe hacer su parte, no por el hecho de que ya estén las brigadas de vacunación y muchos nos hayamos ya vacunado, hay que bajar la guardia al respecto. Este último fin de semana se siguió escuchando la música de fiestas por las noches, y algunos bares que reaperturaron fueron concurridos por los jóvenes como si fuese la última ceremonia por celebrar, claro, hay que disfrutar la vida pero en estos tiempos de pandemia, también se necesita que se haga con conciencia social.

En este sentido, hay muchos dobles discursos sobre este tema, decisiones que se contradicen, que se reformulan, etcétera, que caerán como empacho para muchos profesores y ciudadanos, y que incidirá en la opinión pública, que hasta este momento ha sido aprobatoria para este gobierno federal, pero que puede cambiar para las próximas elecciones presidenciales. De tal forma que, el gobierno de AMLO debe hacer ajustes para que este proyecto de nación que se nos planteó como la cuarta transformación siga.

Durante el régimen priista en el siglo XX era usual que lo que dijera el gobierno sería al revés: que no habría devaluación, la había; que si se estaba abierto al diálogo, se hacía uso de la fuerza pública; que no se daría una crisis económica, había fuga de capitales e inflación.

Entonces, eran común los dobles discursos en la política mexicana, y a pesar de que actualmente se busca cambiar el régimen de gobierno, parece que aún quedan prácticas del antiguo régimen, y en el tema del regreso a clases, no es la excepción.

Como bien se sabe, la instrucción es que a nivel de educación básica se retornará a clases presenciales el próximo 30 de agosto ante un panorama que no es el óptimo para ello. En un inicio se había dicho que “las clases presenciales serían voluntarias” y que la decisión sería de los gobiernos locales y de los padres de familia, y posteriormente se dijo que serían “híbridas”, sin embargo, hasta el día de hoy, la indicación del gobierno federal es el regreso a clases presenciales de manera inminente sin atender el color del semáforo respecto a la Covid-19, que en el caso de Morelos es color naranja, por lo que el escenario no es el idóneo, contraponiéndose así a lo expresado en el acuerdo 15/06/21 por el que se establecen los calendarios escolares, emitido por la SEP.

Y no es idóneo porque a pesar del discurso de que se tomarán las medidas sanitarias necesarias, las autoridades tanto federales como locales no han hecho su parte en el sentido de garantizar que las escuelas cuenten con los materiales e insumos de sanidad, se dijo que el gobierno estatal había hecho una “inversión histórica” para ello, pero después circuló la imagen donde se vio que habían dado 1 litro de gel antibacterial por escuela, y ante dicha polémica, la autoridad educativa dijo que eso sería en un inicio, pero vamos, 1 litro de gel no durará ni una semana. Y ante dicho panorama, es que las escuelas con las cooperaciones en dinero de los padres de familia buscarían hacerse de los insumos sanitarios necesarios, pues no hay un completo respaldo de las autoridades locales y federales. Recordemos que en el artículo 5° constitucional se establece que toda persona tiene derecho a la protección de la salud.

Ahora, en el caso de la parte sindical de los maestros, la sección 19 que corresponde a nuestra entidad federativa ha expresado que no hay condiciones para regresar a clases pidiendo que se frene dicho regreso, pero bueno, ese es su discurso, porque en los hechos, se ha percibido por parte de los maestros un silencio para construir una estrategia al respecto, y por ende quedando la salud de los agremiados a su suerte.

Tratándose del gobierno estatal, éste se ha alineado a lo que diga el gobierno federal, para no variar, entonces, en este sentido el eslogan de “Estado libre y soberano” del que tanto presumen las autoridades estatales de todo el país, es solo una bonita oración. El gobierno de nuestro “Estado” se ajusta a los lineamientos federales sin tampoco tener una estrategia integral para atender dicho escenario, recordemos que en el tema de la educación, es una materia concurrente, es decir, no es absoluta de algún nivel de gobierno, sino que en ella, intervienen los tres niveles de gobierno, donde la participación de los padres de familia es esencial.

Y bueno, no se diga de la titular de la SEP, Delfina Gómez, que a unos meses de haber tomado el puesto, ya se extraña a Esteban Moctezuma, pues observamos una falta de liderazgo y empatía hacía el gremio de profesores, pues resulta que al final, el presidente es quien le tiene que corregir la plana con eso de la famosa carta responsiva.

Y no se trata de no querer regresar a clases, pues muchos países ya lo han hecho como nuestro vecino del norte o en el país donde hace unas semanas fue la sede olímpica, sino más bien se trata de que haya una verdadera estrategia, que sea integral y bien estructurada, donde se tengan que hacer las acciones necesarias para ello. Se habla de una democracia participativa y al final resulta que no está a discusión el regreso a las clases presenciales. Por lo que vemos que en nuestro sistema de gobierno, la estructura del federalismo es una ficción, se trata de un centralismo disfrazado. Pero no hay que atribuirle todo al gobierno, también la sociedad debe hacer su parte, no por el hecho de que ya estén las brigadas de vacunación y muchos nos hayamos ya vacunado, hay que bajar la guardia al respecto. Este último fin de semana se siguió escuchando la música de fiestas por las noches, y algunos bares que reaperturaron fueron concurridos por los jóvenes como si fuese la última ceremonia por celebrar, claro, hay que disfrutar la vida pero en estos tiempos de pandemia, también se necesita que se haga con conciencia social.

En este sentido, hay muchos dobles discursos sobre este tema, decisiones que se contradicen, que se reformulan, etcétera, que caerán como empacho para muchos profesores y ciudadanos, y que incidirá en la opinión pública, que hasta este momento ha sido aprobatoria para este gobierno federal, pero que puede cambiar para las próximas elecciones presidenciales. De tal forma que, el gobierno de AMLO debe hacer ajustes para que este proyecto de nación que se nos planteó como la cuarta transformación siga.