/ sábado 25 de abril de 2020

El exhorto a la CFE por Covid-19

A través de su Presidente, el Ingeniero Arturo Palma Carro, la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México, A.C. (ANEAS), me hizo llegar un documento que refleja la situación extremadamente delicada que viven los sistemas de agua potable del país y que ya he planteado en columnas anteriores.

La ANEAS agrupa a más de 650 sistemas de agua potable, que dan servicio a mas de 100 millones de mexicanos a lo largo y ancho del país. En las últimas semanas, estos organismos han enfrentado una serie de circunstancias que los ponen al borde de la quiebra.

Por un lado, la recomendación para el lavado frecuente de manos y el #quédateencasa declarado por la pandemia originada por el #coronavirus, ha generado un incremento en la demanda promedio nacional de un 30%, es decir, hoy tienen que abastecer un tercio más de agua de lo que en promedio abastecían antes de la pandemia.

Por otro lado, la lastimada capacidad económica de los mexicanos y el paro de empresas, comercios, negocios y actividades productivas en general, se ha reflejado negativamente en la recaudación de los servicios de agua potable, ésta ha disminuido hasta en un 50%, de acuerdo con la cifras de la ANEAS.

Ante la presente contingencia, la prestación de los servicios básicos de agua son indispensables para la salud y el bienestar de la población, y además, son un Derecho Humano consagrado en el artículo cuarto de la Constitución, por ello, los miembros de la Asociación se han comprometido con los mexicanos a no cortar al servicio de agua potable por falta de pago.

Sin embargo, recientemente la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en voz de su director, manifestó que a pesar de la contingencia no habría ningún tratamiento especial para los usuarios, argumentando que la CFE, como cualquier empresa, debe pagar salarios e insumos para producir la electricidad. Es decir, al que no pague se le cortará el servicio.

¿Es justo este trato hacia los sistemas de agua que brindan un servicio vital, más vital ahora que nunca? Por un lado se les pide solidaridad para brindar el servicio y no cortarlo por falta de pago, de ello depende en gran medida el control de la pandemia en esta Fase 3 ¿Pero no se les da ninguna facilidad para hacerlo?

Es una incongruencia que si no se corrige llevará al levantamiento social contra la CFE en muchos puntos, basta que los sistemas de agua informen a la población que no pueden abastecerles de agua porque la CFE cortó (o va a cortar) el servicio de energía eléctrica a un pozo o a la fuente de agua, el resto lo harán ellos.

No es un trato justo y hay que decirlo. Los ya de por sí escasos ingresos se han visto disminuidos, y los precios de la energía han aumentado por las recientes modificaciones legales. Esto ha colocado a la enorme mayoría de los sistemas de agua potable en México ante la disyuntiva de tener que decidir entre pagar energía eléctrica o pagar sueldos del personal operativo.

Por ello, esta semana, la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados en el Congreso de la Unión, exhortó a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a que evite el corte y además a que ajuste la tarifa aplicable a los organismos de agua potable del país, “para que se garantice el abasto de agua durante la presente contingencia por Covid-19”.

Pero vivimos hoy en un país en el que la división de poderes no existe, el Congreso obedece las decisiones que toma un solo hombre, alguien debe convencer al Presidente de atender esta urgente necesidad. Alguien debe tener el valor de decirle que no hacerlo, afectará a aquellos a quienes debemos proteger, a los mas pobres, a los mas vulnerables.

A través de su Presidente, el Ingeniero Arturo Palma Carro, la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México, A.C. (ANEAS), me hizo llegar un documento que refleja la situación extremadamente delicada que viven los sistemas de agua potable del país y que ya he planteado en columnas anteriores.

La ANEAS agrupa a más de 650 sistemas de agua potable, que dan servicio a mas de 100 millones de mexicanos a lo largo y ancho del país. En las últimas semanas, estos organismos han enfrentado una serie de circunstancias que los ponen al borde de la quiebra.

Por un lado, la recomendación para el lavado frecuente de manos y el #quédateencasa declarado por la pandemia originada por el #coronavirus, ha generado un incremento en la demanda promedio nacional de un 30%, es decir, hoy tienen que abastecer un tercio más de agua de lo que en promedio abastecían antes de la pandemia.

Por otro lado, la lastimada capacidad económica de los mexicanos y el paro de empresas, comercios, negocios y actividades productivas en general, se ha reflejado negativamente en la recaudación de los servicios de agua potable, ésta ha disminuido hasta en un 50%, de acuerdo con la cifras de la ANEAS.

Ante la presente contingencia, la prestación de los servicios básicos de agua son indispensables para la salud y el bienestar de la población, y además, son un Derecho Humano consagrado en el artículo cuarto de la Constitución, por ello, los miembros de la Asociación se han comprometido con los mexicanos a no cortar al servicio de agua potable por falta de pago.

Sin embargo, recientemente la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en voz de su director, manifestó que a pesar de la contingencia no habría ningún tratamiento especial para los usuarios, argumentando que la CFE, como cualquier empresa, debe pagar salarios e insumos para producir la electricidad. Es decir, al que no pague se le cortará el servicio.

¿Es justo este trato hacia los sistemas de agua que brindan un servicio vital, más vital ahora que nunca? Por un lado se les pide solidaridad para brindar el servicio y no cortarlo por falta de pago, de ello depende en gran medida el control de la pandemia en esta Fase 3 ¿Pero no se les da ninguna facilidad para hacerlo?

Es una incongruencia que si no se corrige llevará al levantamiento social contra la CFE en muchos puntos, basta que los sistemas de agua informen a la población que no pueden abastecerles de agua porque la CFE cortó (o va a cortar) el servicio de energía eléctrica a un pozo o a la fuente de agua, el resto lo harán ellos.

No es un trato justo y hay que decirlo. Los ya de por sí escasos ingresos se han visto disminuidos, y los precios de la energía han aumentado por las recientes modificaciones legales. Esto ha colocado a la enorme mayoría de los sistemas de agua potable en México ante la disyuntiva de tener que decidir entre pagar energía eléctrica o pagar sueldos del personal operativo.

Por ello, esta semana, la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados en el Congreso de la Unión, exhortó a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a que evite el corte y además a que ajuste la tarifa aplicable a los organismos de agua potable del país, “para que se garantice el abasto de agua durante la presente contingencia por Covid-19”.

Pero vivimos hoy en un país en el que la división de poderes no existe, el Congreso obedece las decisiones que toma un solo hombre, alguien debe convencer al Presidente de atender esta urgente necesidad. Alguien debe tener el valor de decirle que no hacerlo, afectará a aquellos a quienes debemos proteger, a los mas pobres, a los mas vulnerables.