/ miércoles 12 de agosto de 2020

El futuro de Morena

Según todo indica, aún con los movimientos de algunos quejosos, Gerardo Albarrán se quedará en la dirigencia estatal de Morena por una suerte de casualidad calendárica. Porque entre pandemia, lentitud procesal, y legislación electoral, si el actual dirigente del partido en el poder no es removido a las 23:59 del 31 de agosto, mediante un método validado por las autoridades electorales, podrá permanecer hasta que concluya el proceso comicial que iniciará con o sin Covid-19, el 1 de septiembre próximo.

La beligerancia de quienes buscan remover a Albarrán, por las razones que digan, se explica justamente en este problema temporal que, para bien o no, mantendría el estado de cosas como hasta ahora, es decir, el Concejo de Morena en el estado seguiría igual y la dirigencia quedaría firme hasta después de agosto del año entrante.

En todo caso, lo que convendría a quienes se oponen hoy a la dirigencia de Albarrán sería la búsqueda de acuerdos por dos razones elementales. Primero que en prácticamente todos los municipios del estado Morena lidera u ocupa un muy cercano segundo lugar en la intención de voto aún sin importar los malos resultados que entregan muchos de sus abanderados en el Congreso, algunos municipios, y hasta en el gabinete estatal (los pocos que había fueron extirpados definitivamente). Segundo, que para obtener buenos resultados no requiere de una dirigencia sino más bien de un set de candidatos que no sean tan malos como para hacer crecer el rechazo ciudadano, y de que el resto de los partidos sigan la tendencia el desvanecimiento que hasta ahora han mostrado.

La apuesta correcta en algunos casos como Jiutepec, Jojutla y Cuernavaca es la reelección de los alcaldes, en otros como Cuautla es la selección de otros contendientes, pero podría creerse que si Morena postulara un ganso, el palmípedo ganaría en Morelos en la mayoría de los municipios, o arrastraría votos suficientes como para lograr algunas regidurías.

Desde una perspectiva pragmática, Morena deberá ver qué candidatos le resultan más redituables en cada plaza porque no se trata sólo de lograr alcaldías y diputaciones, sino de conseguir el control de los cabildos donde gane presidencias municipales y lograr una mayoría clara y compacta en el Congreso del estado. Pero el partido no se ha caracterizado por el pragmatismo electoral, del que ha tenido destellos apenas. Los grupos internos buscan candidaturas a como dé lugar a pesar de que los índices de votación que obtendrían sus postulantes serían mucho menores a las opciones obvias. El problema no es alcanzar los cargos, sino transitarlos con márgenes de gobernanza que permitan operar a los alcaldes y diputados; y ello no lo podrían garantizar los palmípedos, aunque ganaran por la marca Morena, aún fuerte en Morelos.

Si la preocupación de los políticos está en la posibilidad de trabajar por la gente, de generar progreso para el estado, en enfoque tenderá a buscar los candidatos que garanticen más votos; si se trata sólo de obtener becas trienales, Morena postulará gansos, el riesgo es que otros partidos nominen a eventuales ganadores.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Según todo indica, aún con los movimientos de algunos quejosos, Gerardo Albarrán se quedará en la dirigencia estatal de Morena por una suerte de casualidad calendárica. Porque entre pandemia, lentitud procesal, y legislación electoral, si el actual dirigente del partido en el poder no es removido a las 23:59 del 31 de agosto, mediante un método validado por las autoridades electorales, podrá permanecer hasta que concluya el proceso comicial que iniciará con o sin Covid-19, el 1 de septiembre próximo.

La beligerancia de quienes buscan remover a Albarrán, por las razones que digan, se explica justamente en este problema temporal que, para bien o no, mantendría el estado de cosas como hasta ahora, es decir, el Concejo de Morena en el estado seguiría igual y la dirigencia quedaría firme hasta después de agosto del año entrante.

En todo caso, lo que convendría a quienes se oponen hoy a la dirigencia de Albarrán sería la búsqueda de acuerdos por dos razones elementales. Primero que en prácticamente todos los municipios del estado Morena lidera u ocupa un muy cercano segundo lugar en la intención de voto aún sin importar los malos resultados que entregan muchos de sus abanderados en el Congreso, algunos municipios, y hasta en el gabinete estatal (los pocos que había fueron extirpados definitivamente). Segundo, que para obtener buenos resultados no requiere de una dirigencia sino más bien de un set de candidatos que no sean tan malos como para hacer crecer el rechazo ciudadano, y de que el resto de los partidos sigan la tendencia el desvanecimiento que hasta ahora han mostrado.

La apuesta correcta en algunos casos como Jiutepec, Jojutla y Cuernavaca es la reelección de los alcaldes, en otros como Cuautla es la selección de otros contendientes, pero podría creerse que si Morena postulara un ganso, el palmípedo ganaría en Morelos en la mayoría de los municipios, o arrastraría votos suficientes como para lograr algunas regidurías.

Desde una perspectiva pragmática, Morena deberá ver qué candidatos le resultan más redituables en cada plaza porque no se trata sólo de lograr alcaldías y diputaciones, sino de conseguir el control de los cabildos donde gane presidencias municipales y lograr una mayoría clara y compacta en el Congreso del estado. Pero el partido no se ha caracterizado por el pragmatismo electoral, del que ha tenido destellos apenas. Los grupos internos buscan candidaturas a como dé lugar a pesar de que los índices de votación que obtendrían sus postulantes serían mucho menores a las opciones obvias. El problema no es alcanzar los cargos, sino transitarlos con márgenes de gobernanza que permitan operar a los alcaldes y diputados; y ello no lo podrían garantizar los palmípedos, aunque ganaran por la marca Morena, aún fuerte en Morelos.

Si la preocupación de los políticos está en la posibilidad de trabajar por la gente, de generar progreso para el estado, en enfoque tenderá a buscar los candidatos que garanticen más votos; si se trata sólo de obtener becas trienales, Morena postulará gansos, el riesgo es que otros partidos nominen a eventuales ganadores.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx