/ jueves 16 de agosto de 2018

El gabinete y la Iglesia con Cuauh…

Si algo hay que aprender del estilo de Cuauhtémoc Blanco Bravo, es su capacidad para administrar las verdades y declaraciones de forma que siempre aparezcan frases atractivas a las audiencias pero se tarde varios días en integrar una propuesta. Con el ensamble de su gabinete ha sido así, hasta hoy sabemos que hay cuatro seguros (no dijo sus nombres) dos hombres y dos mujeres, y abre el terreno a la especulación, o casi, porque lo cierto es que las señales están más que claras. Los cuatro confirmados en el gabinete de Blanco Bravo son, Mirna Zavala Zúñiga, Margarita González Saravia, Samuel Sotelo Salgado y Alejandro Villarreal Gasca. José Manuel Sanz Rivera se da por un hecho desde el principio pues de alguna manera fue el primer anuncio de Blanco Bravo en torno a su gente de confianza.

En lo demás hay algo de misterio aunque ya muchos se mueven para aparecer en la primera lista de miembros del gabinete del ex futbolista, luego alcalde y en pocos días gobernador que, sólo por esos datos tendría que ser un asunto digno de la historia. Pero el Cuauh no se amilana ni suelta prenda, sonríe siempre que le preguntan hace movimientos con las manos, gesticula y a final de cuentas lanza alguna frase equivalente a “luego les digo”, mientras el tiempo se acorta.

Parte del misterio se debe a la desconfianza que tiene Cuauhtémoc Blanco sobre la clase política tradicional, a la que declaró la guerra hace mucho, y apenas prometió extinguir. La encrucijada es, ¿de dónde sacar cuadros capaces en la política si no se mira a la clase política? Y pues hay que buscar no sólo a quienes han colaborado con él en el Ayuntamiento, una burocracia más pequeña que el gobierno estatal, sino también a quienes le ayudaron en la campaña, a quienes le recomiendan muchos expertos, y así. Algo que parece claro es que Blanco Bravo no cede a presiones y que el filtro que le significa José Manuel Sanz para muchas de esas recomendaciones es lo bastante férreo para que se cumplan los requisitos que impone Cuauhtémoc siempre que refiere al tema, que sean leales a su figura, comprometidos con el trabajo, honestos y que no hayan fallado en la función pública antes.

Mientras hay muchos que trabajan, cabildean, mandan propuestas y hasta presumen que serán pronto ungidos por la gracia del gobernador electo que lo mismo habla con unos que con otros y se mantiene igual, hay cuatro nombres definidos y los demás aún se revisan; por más que ya estén repartiendo posiciones y prometiendo favores a sus cercanos. Tampoco es que falte mucho para la definición que ha prometido el gobernador electo para los próximos días, pero igual podría esperar hasta horas antes de asumir el cargo el 1 de octubre próximo.

Por cierto que en una de las reuniones que destacó el equipo de Cuauhtémoc Blanco, que empieza a demostrar bastante sensibilidad política, el gobernador electo estuvo con el Obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, y sacerdotes católicos con quienes dialogó de política y de la contribución que la Iglesia puede hacer a la construcción de una mejor sociedad por la vía de la paz.

Muchos pondrán el grito en el jacobino cielo y empezarán a barruntar sobre la relación entre Estado e Iglesia, echarán una perorata medio juarista y dirán de los valores del estado laico. Uno que está en plan optimista considera, en cambio, que la aportación de la iglesia católica, y de los católicos como grupo social a la construcción de la sociedad es inaplazable en materia de educación para la paz. Si se mantienen en ese círculo, sus aportes resultan invaluables.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Si algo hay que aprender del estilo de Cuauhtémoc Blanco Bravo, es su capacidad para administrar las verdades y declaraciones de forma que siempre aparezcan frases atractivas a las audiencias pero se tarde varios días en integrar una propuesta. Con el ensamble de su gabinete ha sido así, hasta hoy sabemos que hay cuatro seguros (no dijo sus nombres) dos hombres y dos mujeres, y abre el terreno a la especulación, o casi, porque lo cierto es que las señales están más que claras. Los cuatro confirmados en el gabinete de Blanco Bravo son, Mirna Zavala Zúñiga, Margarita González Saravia, Samuel Sotelo Salgado y Alejandro Villarreal Gasca. José Manuel Sanz Rivera se da por un hecho desde el principio pues de alguna manera fue el primer anuncio de Blanco Bravo en torno a su gente de confianza.

En lo demás hay algo de misterio aunque ya muchos se mueven para aparecer en la primera lista de miembros del gabinete del ex futbolista, luego alcalde y en pocos días gobernador que, sólo por esos datos tendría que ser un asunto digno de la historia. Pero el Cuauh no se amilana ni suelta prenda, sonríe siempre que le preguntan hace movimientos con las manos, gesticula y a final de cuentas lanza alguna frase equivalente a “luego les digo”, mientras el tiempo se acorta.

Parte del misterio se debe a la desconfianza que tiene Cuauhtémoc Blanco sobre la clase política tradicional, a la que declaró la guerra hace mucho, y apenas prometió extinguir. La encrucijada es, ¿de dónde sacar cuadros capaces en la política si no se mira a la clase política? Y pues hay que buscar no sólo a quienes han colaborado con él en el Ayuntamiento, una burocracia más pequeña que el gobierno estatal, sino también a quienes le ayudaron en la campaña, a quienes le recomiendan muchos expertos, y así. Algo que parece claro es que Blanco Bravo no cede a presiones y que el filtro que le significa José Manuel Sanz para muchas de esas recomendaciones es lo bastante férreo para que se cumplan los requisitos que impone Cuauhtémoc siempre que refiere al tema, que sean leales a su figura, comprometidos con el trabajo, honestos y que no hayan fallado en la función pública antes.

Mientras hay muchos que trabajan, cabildean, mandan propuestas y hasta presumen que serán pronto ungidos por la gracia del gobernador electo que lo mismo habla con unos que con otros y se mantiene igual, hay cuatro nombres definidos y los demás aún se revisan; por más que ya estén repartiendo posiciones y prometiendo favores a sus cercanos. Tampoco es que falte mucho para la definición que ha prometido el gobernador electo para los próximos días, pero igual podría esperar hasta horas antes de asumir el cargo el 1 de octubre próximo.

Por cierto que en una de las reuniones que destacó el equipo de Cuauhtémoc Blanco, que empieza a demostrar bastante sensibilidad política, el gobernador electo estuvo con el Obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, y sacerdotes católicos con quienes dialogó de política y de la contribución que la Iglesia puede hacer a la construcción de una mejor sociedad por la vía de la paz.

Muchos pondrán el grito en el jacobino cielo y empezarán a barruntar sobre la relación entre Estado e Iglesia, echarán una perorata medio juarista y dirán de los valores del estado laico. Uno que está en plan optimista considera, en cambio, que la aportación de la iglesia católica, y de los católicos como grupo social a la construcción de la sociedad es inaplazable en materia de educación para la paz. Si se mantienen en ese círculo, sus aportes resultan invaluables.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

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