El SNTE y Fujiwara…

El gobierno del estado tiene a René Fujiwara como director de educación media superior y superior. El ex yerno de Elba Esther Gordillo, con quien aún tiene una relación política “la maestra” que trae de cabeza al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, se ha mantenido en un cargo discreto, y con una gestión de muy bajo perfil, como para no hacer olas; pero su sólo nombre las hace. Su hijo, René Fujiwara Montelongo, renunció al Partido Nueva Alianza, creación de Gordillo que le fue arrebatado por la actual dirigencia del SNTE, y en enero de este año se afilió al partido de Andrés Manuel López Obrador, más o menos por la misma fecha, su padre y otro ex yerno de Elba Esther, Fernando González Sánchez, también se adherían a Morena.

El problema es que para muchos en la actual dirigencia del SNTE (que ya empieza a diseñar los medios para la salida de Juan Díaz de la Torre del Comité Ejecutivo Nacional, y el relevo en casi todas las secciones sindicales del país, incluido Morelos), el espacio que ocupa Fujiwara le sirve para operar políticamente el regreso de Elba Esther Gordillo Morales a la presidencia del SNTE, y lograr la designación de Moisés Jiménez como secretario general del Comité Ejecutivo Nacional, un proceso que requiere de contar con suficientes delegados en los estados que se obtendrían de los fieles elbistas que ahora se agrupan en las siglas Maestros por México que en Morelos preside Víctor Benítez Quintero, ex dirigente seccional, con el apoyo de Ricardo Aldape Cázares, y muchos maestros que jugaron en las elecciones recientes con Morena y llevaron a la gubernatura a Cuauhtémoc Blanco Bravo.

Así que la dirigencia local del SNTE anda enojada, y se siente afrentada de alguna manera por la operación política de los elbistas y el acceso que han logrado con el primer círculo de Cuauhtémoc Blanco, aunque habría que decir que si el sindicato tiene una relación exclusivamente institucional con el gobierno del estado es porque jamás apoyó su candidatura, como si lo hicieron miles de sus agremiados. El riesgo de que la actual dirigencia sindical pierda una elección en Morelos existe, por eso las acciones propagandísticas y de legitimación que ha buscado la dirigencia los últimos días y que van subiendo poco a poco el tono de la fricción entre algunos sectores del gobierno y algunos miembros de la dirigencia sindical (porque hay que decirlo, hay otros que prefieren no meterse en broncas).

Y por supuesto que no lo dirán abiertamente, el ascenso de tono del discurso y las acciones que el SNTE está emprendiendo contra la administración de Cuauhtémoc Blanco parece una estrategia de legitimación como aquellas marchas con homologados que Gabriela Bañón echó a andar en el 2015 cuando apenas había asumido la dirigencia sindical y que levaron a que el entonces gobernador, Graco Ramírez, pagara el aguinaldo de los trabajadores justo cuando… le vino en gana, o en la fecha que ya estaba programada; pero sirvieron para que los maestros quejosos reconocieran a Bañón Estrada como su representante. La pregunta es si ahora le funcionará, porque el desgaste que ha sufrido el sindicato en los meses recientes con el triunfo del lopezobradorismo, a quien sistemáticamente se oponía la dirigencia nacional, y la liberación de Elba Esther Gordillo, mujer lo suficientemente hábil para convertirse al lopezobradorismo junto con todas sus huestes, parecen irle a pasar muy pronto la cuota a los institucionales del sindicato que, mientras tanto, tratan de endurecer sus posiciones haciendo aparentemente válida aquella máxima de que el poder se endurece cuando está a punto de extinguirse.

Es como de sombra, pero en el sistema educativo de Morelos se está boxeando fuerte.

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