/ martes 14 de abril de 2020

El viacrucis que viene

Una Semana Santa muy distinta en mi memoria acaba de pasar, los festejos religiosos, tiempo para visitar a la familia, la efervescente actividad turística y económica inherente a estas fechas se apagó; los días que literalmente representaban un oasis económico para prestadores de servicios se perdieron en algún lugar del calendario.

Durante la pandemia los órdenes de gobierno no siempre han tenido la cohesión deseada, no ha sido posible despolitizar un asunto tan delicado para el país y la humanidad entera, todos parecieran anteponer aspiraciones políticas, cada quien lleva agua para su molino “Alfarizando”, como se estila en Jalisco, posturas y acciones.

El virus ha mutado en México, pero el cambio ha sucedido sólo en la mente de los mexicanos, la realidad parece no ser la misma para todos y los esfuerzos comienzan a aislarse, el gobierno federal habla lo poco deseable que resultaría imponer un “toque de queda” sin embargo muchos municipios en la República Mexicana han comenzado a restringir el tránsito como medida para evitar contagios.

La percepción en algunos lugares continúa instalada en la fase 1 cuando el contagio era importado, de estos bloqueos Morelos no está exento. A pesar de los llamados del Gobierno del Estado para permitir el libre tránsito, varios municipios y comunidades sobre todo de la zona oriente han puesto puntos de restricción en Yecapixtla, Ocuituco, Tetela del Volcán, Hueyapan y Tepoztlán ante el temor de que los escasos e imprudentes turistas lleven la transmisión hacia esas localidades.

Sería bueno informarles a los actores en esta medida que lo único efectivo es el distanciamiento social y el confinamiento domiciliario; los pobladores de esos municipios son los mismos que abarrotaban el centro de Cuautla en días anteriores, poniendo en riesgo a sus propias familias en sus lugares de origen.

Toda esta confusión y posiciones encontradas entre los mexicanos que creen o no que la situación es crítica obedece a diversos factores, la enorme cantidad de datos útiles pero también falsos y contaminantes en redes sociales sin filtro, la polarización instalada desde hace varios años en nuestro país para la desinformación involuntaria o malintencionada y hasta con mezquindad del quien busca reflectores y quien realmente trata de ayudar.

El resultado de esto han sido medidas equivocadas y hasta desdén ante el riesgo; en los momentos de escribir estas líneas una manifestación y bloqueo se llevaba a cabo en Xochitepec, mototaxistas están molestos por lo que ellos consideran promesas incumplidas por parte del alcalde Beto Sánchez, por lo cual han dejado a “Susana distancia” derrotada y tendida en el crucero de Tizayuca.

La corresponsabilidad involucra a todos los mexicanos, debemos tirar todos hacia un mismo lado. El Obispo Ramón Castro Castro lanzaba un enérgico cuestionamiento a los gobiernos de todos de los niveles por las noticias sobre falta de insumos en hospitales para atender a pacientes positivos en COVID-19, el representante católico lanzó un contundente ¿Y en donde están las autoridades?

Algo válido ante la legítima preocupación por la seguridad de todos, mas en contraparte, en una iglesia muy conocida de Cuautla se llevó a cabo la tradicional celebración del “Domingo de Ramos” con muchos asistentes y el comercio informal que suele acompañar a este tipo de festividades religiosas, por eso en redes sociales también se preguntaron ¿Y en donde están las autoridades eclesiásticas?

Debemos unificar esfuerzos, las treguas políticas que se han dado en países polarizados como Francia deben replicarse en el nuestro; es momento de buscar el bienestar común.

La pandemia está a punto de rebasar los 5000 contagios y 300 decesos en territorio nacional, los mexicanos debemos escuchar a quienes se esfuerzan porque esto no se salga de control, aquí, todos somos fuerzas de contagio a pesar de dicho, la Semana Santa tan distinta de mis recuerdos parece no concluir aún, porque hay un viacrucis que apenas viene.

Una Semana Santa muy distinta en mi memoria acaba de pasar, los festejos religiosos, tiempo para visitar a la familia, la efervescente actividad turística y económica inherente a estas fechas se apagó; los días que literalmente representaban un oasis económico para prestadores de servicios se perdieron en algún lugar del calendario.

Durante la pandemia los órdenes de gobierno no siempre han tenido la cohesión deseada, no ha sido posible despolitizar un asunto tan delicado para el país y la humanidad entera, todos parecieran anteponer aspiraciones políticas, cada quien lleva agua para su molino “Alfarizando”, como se estila en Jalisco, posturas y acciones.

El virus ha mutado en México, pero el cambio ha sucedido sólo en la mente de los mexicanos, la realidad parece no ser la misma para todos y los esfuerzos comienzan a aislarse, el gobierno federal habla lo poco deseable que resultaría imponer un “toque de queda” sin embargo muchos municipios en la República Mexicana han comenzado a restringir el tránsito como medida para evitar contagios.

La percepción en algunos lugares continúa instalada en la fase 1 cuando el contagio era importado, de estos bloqueos Morelos no está exento. A pesar de los llamados del Gobierno del Estado para permitir el libre tránsito, varios municipios y comunidades sobre todo de la zona oriente han puesto puntos de restricción en Yecapixtla, Ocuituco, Tetela del Volcán, Hueyapan y Tepoztlán ante el temor de que los escasos e imprudentes turistas lleven la transmisión hacia esas localidades.

Sería bueno informarles a los actores en esta medida que lo único efectivo es el distanciamiento social y el confinamiento domiciliario; los pobladores de esos municipios son los mismos que abarrotaban el centro de Cuautla en días anteriores, poniendo en riesgo a sus propias familias en sus lugares de origen.

Toda esta confusión y posiciones encontradas entre los mexicanos que creen o no que la situación es crítica obedece a diversos factores, la enorme cantidad de datos útiles pero también falsos y contaminantes en redes sociales sin filtro, la polarización instalada desde hace varios años en nuestro país para la desinformación involuntaria o malintencionada y hasta con mezquindad del quien busca reflectores y quien realmente trata de ayudar.

El resultado de esto han sido medidas equivocadas y hasta desdén ante el riesgo; en los momentos de escribir estas líneas una manifestación y bloqueo se llevaba a cabo en Xochitepec, mototaxistas están molestos por lo que ellos consideran promesas incumplidas por parte del alcalde Beto Sánchez, por lo cual han dejado a “Susana distancia” derrotada y tendida en el crucero de Tizayuca.

La corresponsabilidad involucra a todos los mexicanos, debemos tirar todos hacia un mismo lado. El Obispo Ramón Castro Castro lanzaba un enérgico cuestionamiento a los gobiernos de todos de los niveles por las noticias sobre falta de insumos en hospitales para atender a pacientes positivos en COVID-19, el representante católico lanzó un contundente ¿Y en donde están las autoridades?

Algo válido ante la legítima preocupación por la seguridad de todos, mas en contraparte, en una iglesia muy conocida de Cuautla se llevó a cabo la tradicional celebración del “Domingo de Ramos” con muchos asistentes y el comercio informal que suele acompañar a este tipo de festividades religiosas, por eso en redes sociales también se preguntaron ¿Y en donde están las autoridades eclesiásticas?

Debemos unificar esfuerzos, las treguas políticas que se han dado en países polarizados como Francia deben replicarse en el nuestro; es momento de buscar el bienestar común.

La pandemia está a punto de rebasar los 5000 contagios y 300 decesos en territorio nacional, los mexicanos debemos escuchar a quienes se esfuerzan porque esto no se salga de control, aquí, todos somos fuerzas de contagio a pesar de dicho, la Semana Santa tan distinta de mis recuerdos parece no concluir aún, porque hay un viacrucis que apenas viene.