/ martes 12 de febrero de 2019

Estancias infantiles: los justos y los pecadores

Entre las acciones implementadas en la cuarta transformación, están aquellas encaminadas al combate frontal a la corrupción, el Presidente de la República, ha sido insistente en denunciar que este cáncer social, tuvo un proceso evolutivo durante años de impunidad y permeó todos las regiones de la administración pública.

Sin embargo, a la “guerra anticorrupción” le siguen faltando los ingredientes necesarios para culminar en bienestar para los mexicanos y la receta proporcionada por el mandatario en su campaña no ha sido cumplida al pie de la letra, las escaleras no se han barrido de arriba hacia abajo y los nombres de culpables no aparecen en debidos procesos judiciales que pudieran dar una señal para entender que la impunidad ha sido desterrada.

Por desgracia, lo anterior no es impedimento para la toma de decisiones que pudieran significar una terrible equivocación, el programa “Estancias Infantiles” subrogación de la ahora Secretaría de Bienestar Social, tuvo una dramática reducción del 50% al ya de por sí insuficiente presupuesto, tan insuficiente, que los padres beneficiarios aportaban una cuota adicional al apoyo federal para que la estancia pudiera cumplir sus objetivos adecuadamente.

Pero si el golpe presupuestal asestado al programa no fuera suficiente, el gobierno anunció que debido a los problemas de corrupción encontrados, el recurso destinado a las estancias sería entregado de manera directa a los padres, decisión que por muchos ha sido calificada como inadecuada y riesgosa.

Aunque exista buena intención, es claro que la medida no fomenta el crecimiento de los centros infantiles y por el contrario los pone en evidente riesgo de desaparecer, los colaboradores de López Obrador no pueden ser aplaudidores eternos de las ocurrencias que el mandatario saque de su mente y pecho, Germán Martínez apoya la medida pero habría que preguntarle si la haría extensiva a las guarderías del IMSS, la respuesta debe obviarse.

El panorama no se ve halagüeño, la película completa no parece llegar a AMLO, él menciona al fantasma de la guardería ABC dependiente del programa del IMSS, pero parece ignorar que esta terrible tragedia no trajo como consecuencia la desaparición de las guarderías, en cambio, significó el reforzamiento de todas las medidas de seguridad y de vigilancia de los centros, así como el aumento de recursos para las mismas, las estancias infantiles se están midiendo injustamente con distinta vara, a pesar de que este programa dicho sea de paso, fue premiado por la Organización de las Naciones Unidas en el año 2012.

En el mismo contexto, se deja de lado una Ley General de Prestación de Servicios para la Atención Cuidado y Desarrollo Integral Infantil promulgada en 2011 en cuyo espíritu radican las acciones para coordinar, mejorar y evaluar la prestación de servicios para el cuidado y desarrollo integral de los niños, dejando en el ejecutivo federal la responsabilidad de este cometido a través de sus dependencias y entidades, esto a pesar de que el mandatario haya mencionado que “no quiere esa responsabilidad” tal vez sus informantes y porristas no le hayan dicho la inconveniencia de arreglar los problemas del país dando dinero a todos, o pensará dar capacitación a la ciudadanía para suplir los cuidados profesionales que una estancia proporciona y que es fruto de un sistema que ha necesitado años para estructurarse? ¿No se toma en cuenta la cifra de violaciones de niños que quedan al cuidado de conocidos y familiares? Datos sobre el tema sobran.

La jaqueca y un tumor cerebral no se alivian decapitando al paciente, si en el pasado existieron problemas de corrupción en todos los programas sociales, se debe supervisar y sancionar en su caso.

Ya no deben pagar los justos por los pecadores, no se trata de dar o negar la razón a Calderón o a Josefina Vázquez, el punto es asegurar el bienestar infantil, una decisión equivocada en materia energética puede ocasionar nulo crecimiento económico, errar en Seguridad Pública podría impactar la tranquilidad de la ciudadanía, pero equivocarse en un tema tan delicado como el cuidado de nuestros infantes, sería fatal para nuestro futuro como Nación, en la guerra contra la corrupción, los niños no deben ser considerados un daño colateral.

Entre las acciones implementadas en la cuarta transformación, están aquellas encaminadas al combate frontal a la corrupción, el Presidente de la República, ha sido insistente en denunciar que este cáncer social, tuvo un proceso evolutivo durante años de impunidad y permeó todos las regiones de la administración pública.

Sin embargo, a la “guerra anticorrupción” le siguen faltando los ingredientes necesarios para culminar en bienestar para los mexicanos y la receta proporcionada por el mandatario en su campaña no ha sido cumplida al pie de la letra, las escaleras no se han barrido de arriba hacia abajo y los nombres de culpables no aparecen en debidos procesos judiciales que pudieran dar una señal para entender que la impunidad ha sido desterrada.

Por desgracia, lo anterior no es impedimento para la toma de decisiones que pudieran significar una terrible equivocación, el programa “Estancias Infantiles” subrogación de la ahora Secretaría de Bienestar Social, tuvo una dramática reducción del 50% al ya de por sí insuficiente presupuesto, tan insuficiente, que los padres beneficiarios aportaban una cuota adicional al apoyo federal para que la estancia pudiera cumplir sus objetivos adecuadamente.

Pero si el golpe presupuestal asestado al programa no fuera suficiente, el gobierno anunció que debido a los problemas de corrupción encontrados, el recurso destinado a las estancias sería entregado de manera directa a los padres, decisión que por muchos ha sido calificada como inadecuada y riesgosa.

Aunque exista buena intención, es claro que la medida no fomenta el crecimiento de los centros infantiles y por el contrario los pone en evidente riesgo de desaparecer, los colaboradores de López Obrador no pueden ser aplaudidores eternos de las ocurrencias que el mandatario saque de su mente y pecho, Germán Martínez apoya la medida pero habría que preguntarle si la haría extensiva a las guarderías del IMSS, la respuesta debe obviarse.

El panorama no se ve halagüeño, la película completa no parece llegar a AMLO, él menciona al fantasma de la guardería ABC dependiente del programa del IMSS, pero parece ignorar que esta terrible tragedia no trajo como consecuencia la desaparición de las guarderías, en cambio, significó el reforzamiento de todas las medidas de seguridad y de vigilancia de los centros, así como el aumento de recursos para las mismas, las estancias infantiles se están midiendo injustamente con distinta vara, a pesar de que este programa dicho sea de paso, fue premiado por la Organización de las Naciones Unidas en el año 2012.

En el mismo contexto, se deja de lado una Ley General de Prestación de Servicios para la Atención Cuidado y Desarrollo Integral Infantil promulgada en 2011 en cuyo espíritu radican las acciones para coordinar, mejorar y evaluar la prestación de servicios para el cuidado y desarrollo integral de los niños, dejando en el ejecutivo federal la responsabilidad de este cometido a través de sus dependencias y entidades, esto a pesar de que el mandatario haya mencionado que “no quiere esa responsabilidad” tal vez sus informantes y porristas no le hayan dicho la inconveniencia de arreglar los problemas del país dando dinero a todos, o pensará dar capacitación a la ciudadanía para suplir los cuidados profesionales que una estancia proporciona y que es fruto de un sistema que ha necesitado años para estructurarse? ¿No se toma en cuenta la cifra de violaciones de niños que quedan al cuidado de conocidos y familiares? Datos sobre el tema sobran.

La jaqueca y un tumor cerebral no se alivian decapitando al paciente, si en el pasado existieron problemas de corrupción en todos los programas sociales, se debe supervisar y sancionar en su caso.

Ya no deben pagar los justos por los pecadores, no se trata de dar o negar la razón a Calderón o a Josefina Vázquez, el punto es asegurar el bienestar infantil, una decisión equivocada en materia energética puede ocasionar nulo crecimiento económico, errar en Seguridad Pública podría impactar la tranquilidad de la ciudadanía, pero equivocarse en un tema tan delicado como el cuidado de nuestros infantes, sería fatal para nuestro futuro como Nación, en la guerra contra la corrupción, los niños no deben ser considerados un daño colateral.

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