/ jueves 14 de julio de 2022

La gran oxidación y la crisis de oxígeno

Alguna vez se han preguntado qué ocurriría si no existiera suficiente oxígeno en nuestro planeta. Pues hoy quiero platicarles de una catástrofe que sucedió hace aproximadamente dos mil 500 millones de años, es decir, en la primera fase de la formación de la Tierra.

Lo que esto se traduce en que la atmósfera terrestre de esa época contaba con muy poco oxígeno.

La ciencia lo describe como un cambio medio ambiental muy importante que pasó a comienzos de la era paleoproterozoica, la cual tuvo como consecuencia el depósito de una gran cantidad de hierro oxidado que hasta entonces había permanecido disuelto en las aguas oceánicas.

Dada la importancia del oxígeno, a este cambio medio ambiental, también se le conoce como crisis del oxígeno, revolución del oxígeno o catástrofe del oxígeno.

Los primeros organismos fotosintéticos que existieron realizaban la fotosíntesis anoxigénica, en la cual no se desprende oxígeno, tal y como lo hacen en la actualidad las bacterias verdes del azufre.

Pero cuando surgieron los primeros organismos capaces de realizar la fotosíntesis oxigénica como las cianobacterias, productoras de los estromatolitos, hace unos dos mil 800 millones de años, se empezó a producir oxígeno molecular O2 en grandes cantidades, que fue lentamente invadiendo la atmósfera y los océanos.

La emisión de tal exceso de oxígeno al medio ambiente provocó una crisis ecológica para la biodiversidad de la época. Pues el oxígeno era tóxico para los microorganismos anaerobios dominantes, de aquel entonces.

El agua que hasta en ese momento había sido de color verde debido al hierro disuelto en ella, empezó a perderlo, lo que llevaría a adoptar su coloración azulada.

La prueba de este fenómeno se encuentra en las antiguas rocas que contienen enormes formaciones de hierro bandeado procedentes de la oxidación del hierro presente en el océano, y que en la actualidad constituyen los principales yacimientos de hierro, explotados comercialmente.

Así fue como de pronto, de un día a otro, comenzó a incrementar el porcentaje de oxígeno, cuya teoría enuncia que fueron los microorganismos que habitaban en los mares los que comenzaron a reproducir este vital elemento, hasta llegar al 21 por ciento de la masa total de la atmósfera, mismo porcentaje que se mantiene hasta el día de hoy.

Océanos y mares, principal pulmón de nuestro planeta

Desde que vamos a la escuela, se nos ha revelado que la mayor parte de oxígeno que respiramos procede de las plantas. Sin embargo, temo informales que esta idea debemos ampliarla. Porque la mayor cantidad de oxígeno viene de los mares y océanos.

Concretamente lo produce el llamado fitoplancton, un subconjunto de organismos acuáticos que utiliza la fotosíntesis para darnos una bocanada de oxígeno. Por lo tanto, el verdadero pulmón del planeta, son los océanos.

Las grandes extensiones boscosas como la taiga siberiana o selváticas como El Amazonas, son los principales productores del oxígeno, indispensable para respirar.

Aunque lo que realmente ocurre es que esas toneladas de oxígeno que producen las plantas durante el día, la mayor parte la consumen durante la noche cuando ellas respiran, así podríamos considerar que la relación entre su producción y su consumo está equilibrada. De esta forma no quedaría oxígeno suficiente para los demás seres vivos del planeta.

Por lo que las moléculas de oxígeno que en este momento están dentro de nuestros pulmones muy seguramente tuvieron su origen en el mar.

En el mar existen organismos que elaboran su propio alimento (autótrofos), entre ellas bacterias y algunas algas que se encuentran en la base de la cadena alimenticia.

Por lo que, insisto, los mares y océanos, merecen la categoría honrosa, del pulmón del planeta Tierra. Aún por encima, de las selvas y bosques.

Sí bien las selvas y bosques no son las principales fuentes de oxígeno del planeta para todos los seres vivos, no significa que debamos talarlos y destruirlos de manera indiscriminada. Pues poseen un papel fundamental para el equilibrio ecológico.

Oxígeno, elemento indispensable para vivir

En el mundo hay 57 mares que se reparten alrededor de los 5 continentes. La repartición de los mares es la siguiente: en el continente europeo hay 18, en América 14, en Asia 21, en África 4 y 8 en Oceanía.

Como hemos entendido, el oxígeno es un elemento químico, un gas que nuestro cuerpo necesita para funcionar bien, nuestros pulmones absorben el oxígeno del aire que respiramos cada día.

Ahora que sabemos que la mayor cantidad de oxígeno la proveen mares y océanos, debemos reflexionar para cuidar de nuestros recursos naturales. Tomar conciencia de que está en nuestras manos poner un alto a la grave contaminación que afecta la vida silvestre de los hábitats oceánicos, e indirectamente a la salud humana.


Alguna vez se han preguntado qué ocurriría si no existiera suficiente oxígeno en nuestro planeta. Pues hoy quiero platicarles de una catástrofe que sucedió hace aproximadamente dos mil 500 millones de años, es decir, en la primera fase de la formación de la Tierra.

Lo que esto se traduce en que la atmósfera terrestre de esa época contaba con muy poco oxígeno.

La ciencia lo describe como un cambio medio ambiental muy importante que pasó a comienzos de la era paleoproterozoica, la cual tuvo como consecuencia el depósito de una gran cantidad de hierro oxidado que hasta entonces había permanecido disuelto en las aguas oceánicas.

Dada la importancia del oxígeno, a este cambio medio ambiental, también se le conoce como crisis del oxígeno, revolución del oxígeno o catástrofe del oxígeno.

Los primeros organismos fotosintéticos que existieron realizaban la fotosíntesis anoxigénica, en la cual no se desprende oxígeno, tal y como lo hacen en la actualidad las bacterias verdes del azufre.

Pero cuando surgieron los primeros organismos capaces de realizar la fotosíntesis oxigénica como las cianobacterias, productoras de los estromatolitos, hace unos dos mil 800 millones de años, se empezó a producir oxígeno molecular O2 en grandes cantidades, que fue lentamente invadiendo la atmósfera y los océanos.

La emisión de tal exceso de oxígeno al medio ambiente provocó una crisis ecológica para la biodiversidad de la época. Pues el oxígeno era tóxico para los microorganismos anaerobios dominantes, de aquel entonces.

El agua que hasta en ese momento había sido de color verde debido al hierro disuelto en ella, empezó a perderlo, lo que llevaría a adoptar su coloración azulada.

La prueba de este fenómeno se encuentra en las antiguas rocas que contienen enormes formaciones de hierro bandeado procedentes de la oxidación del hierro presente en el océano, y que en la actualidad constituyen los principales yacimientos de hierro, explotados comercialmente.

Así fue como de pronto, de un día a otro, comenzó a incrementar el porcentaje de oxígeno, cuya teoría enuncia que fueron los microorganismos que habitaban en los mares los que comenzaron a reproducir este vital elemento, hasta llegar al 21 por ciento de la masa total de la atmósfera, mismo porcentaje que se mantiene hasta el día de hoy.

Océanos y mares, principal pulmón de nuestro planeta

Desde que vamos a la escuela, se nos ha revelado que la mayor parte de oxígeno que respiramos procede de las plantas. Sin embargo, temo informales que esta idea debemos ampliarla. Porque la mayor cantidad de oxígeno viene de los mares y océanos.

Concretamente lo produce el llamado fitoplancton, un subconjunto de organismos acuáticos que utiliza la fotosíntesis para darnos una bocanada de oxígeno. Por lo tanto, el verdadero pulmón del planeta, son los océanos.

Las grandes extensiones boscosas como la taiga siberiana o selváticas como El Amazonas, son los principales productores del oxígeno, indispensable para respirar.

Aunque lo que realmente ocurre es que esas toneladas de oxígeno que producen las plantas durante el día, la mayor parte la consumen durante la noche cuando ellas respiran, así podríamos considerar que la relación entre su producción y su consumo está equilibrada. De esta forma no quedaría oxígeno suficiente para los demás seres vivos del planeta.

Por lo que las moléculas de oxígeno que en este momento están dentro de nuestros pulmones muy seguramente tuvieron su origen en el mar.

En el mar existen organismos que elaboran su propio alimento (autótrofos), entre ellas bacterias y algunas algas que se encuentran en la base de la cadena alimenticia.

Por lo que, insisto, los mares y océanos, merecen la categoría honrosa, del pulmón del planeta Tierra. Aún por encima, de las selvas y bosques.

Sí bien las selvas y bosques no son las principales fuentes de oxígeno del planeta para todos los seres vivos, no significa que debamos talarlos y destruirlos de manera indiscriminada. Pues poseen un papel fundamental para el equilibrio ecológico.

Oxígeno, elemento indispensable para vivir

En el mundo hay 57 mares que se reparten alrededor de los 5 continentes. La repartición de los mares es la siguiente: en el continente europeo hay 18, en América 14, en Asia 21, en África 4 y 8 en Oceanía.

Como hemos entendido, el oxígeno es un elemento químico, un gas que nuestro cuerpo necesita para funcionar bien, nuestros pulmones absorben el oxígeno del aire que respiramos cada día.

Ahora que sabemos que la mayor cantidad de oxígeno la proveen mares y océanos, debemos reflexionar para cuidar de nuestros recursos naturales. Tomar conciencia de que está en nuestras manos poner un alto a la grave contaminación que afecta la vida silvestre de los hábitats oceánicos, e indirectamente a la salud humana.