/ jueves 14 de septiembre de 2023

Ilustre químico mexicano descubrió la píldora anticonceptiva

Queridos lectores, estamos en el mes patrio y pienso que es una ocasión muy oportuna para hablar de grandes hombres y mujeres mexicanos y mexicanas que han puesto su amor, empeño y pasión por su oficio, arte o profesión.

Hay mucho talento del cual sentirnos orgullosos. Y hoy precisamente hablaré de un hombre que revolucionó al mundo. Solo que su descubrimiento ocurrió en una etapa complicada para la humanidad. Pues una franja del globo terráqueo estaba colapsando tras el término de la Segunda Guerra Mundial.

Además de que la sociedad estaba golpeada por las consecuencias bélicas, en muchas esferas sociales prevalecía una mentalidad religiosa y conservadora muy acentuada, la cual no concebía prácticas sexuales que previnieran el embarazo.

De hecho, las familias mexicanas de los años 60´s estaban predispuestas a tener los hijos que Dios les mandara.

Luego, Luis Ernesto Miramontes, ingeniero químico nayarita, se dio a la tarea de crear un anticonceptivo oral que previniera el embarazo no deseado.

Este hombre se encontraba realizando un doctorado en el Instituto de Química cuando se instituyó la empresa Syntex, en un momento en el cual estaba subiendo como espuma el empleo de plantas medicinales. Realmente nuestra nación estaba viviendo un boom en la industria farmacéutica.

Este grupo científico sabía que había tubérculos o yucas que no eran comestibles pero que tenían compuestos medicinales y por ello, había comenzado a investigar el efecto de ellos.

Y fue precisamente ese instinto de acertar en lo que estaban indagando, lo que los llevó a acercarse al Instituto de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para contratar a doctores e investigadores. Entre ellos, a Luis Ernesto.

Solo tenía 26 años. Y con esa humildad que lo destacaba, de manera considerada él afirmó que no era el inventor de la píldora anticonceptiva, que el creador fue el doctor Gregory Pinckus, a quien conoció y lo distinguió con su amistad, así que que Luis solo era el descubridor del compuesto químico que originó la mencionada píldora.

Luis Ernesto Miramontes, un gran académico e investigador que mantuvo la humildad a pesar de todo el cúmulo de conocimientos e inteligencia. Nunca buscó la fama. Tampoco iba tras el objetivo de enriquecerse.

Y paradójicamente, es el único científico mexicano que aparece en los salones de la fama de grandes inventores de los Estados Unidos, al lado de Graham Bell, Luis Pasteur, Thomas Alva Ediso, entre otros.

¡Qué gran aportación nos dejaste, Luis Ernesto Miramontes!

Queridos lectores, estamos en el mes patrio y pienso que es una ocasión muy oportuna para hablar de grandes hombres y mujeres mexicanos y mexicanas que han puesto su amor, empeño y pasión por su oficio, arte o profesión.

Hay mucho talento del cual sentirnos orgullosos. Y hoy precisamente hablaré de un hombre que revolucionó al mundo. Solo que su descubrimiento ocurrió en una etapa complicada para la humanidad. Pues una franja del globo terráqueo estaba colapsando tras el término de la Segunda Guerra Mundial.

Además de que la sociedad estaba golpeada por las consecuencias bélicas, en muchas esferas sociales prevalecía una mentalidad religiosa y conservadora muy acentuada, la cual no concebía prácticas sexuales que previnieran el embarazo.

De hecho, las familias mexicanas de los años 60´s estaban predispuestas a tener los hijos que Dios les mandara.

Luego, Luis Ernesto Miramontes, ingeniero químico nayarita, se dio a la tarea de crear un anticonceptivo oral que previniera el embarazo no deseado.

Este hombre se encontraba realizando un doctorado en el Instituto de Química cuando se instituyó la empresa Syntex, en un momento en el cual estaba subiendo como espuma el empleo de plantas medicinales. Realmente nuestra nación estaba viviendo un boom en la industria farmacéutica.

Este grupo científico sabía que había tubérculos o yucas que no eran comestibles pero que tenían compuestos medicinales y por ello, había comenzado a investigar el efecto de ellos.

Y fue precisamente ese instinto de acertar en lo que estaban indagando, lo que los llevó a acercarse al Instituto de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para contratar a doctores e investigadores. Entre ellos, a Luis Ernesto.

Solo tenía 26 años. Y con esa humildad que lo destacaba, de manera considerada él afirmó que no era el inventor de la píldora anticonceptiva, que el creador fue el doctor Gregory Pinckus, a quien conoció y lo distinguió con su amistad, así que que Luis solo era el descubridor del compuesto químico que originó la mencionada píldora.

Luis Ernesto Miramontes, un gran académico e investigador que mantuvo la humildad a pesar de todo el cúmulo de conocimientos e inteligencia. Nunca buscó la fama. Tampoco iba tras el objetivo de enriquecerse.

Y paradójicamente, es el único científico mexicano que aparece en los salones de la fama de grandes inventores de los Estados Unidos, al lado de Graham Bell, Luis Pasteur, Thomas Alva Ediso, entre otros.

¡Qué gran aportación nos dejaste, Luis Ernesto Miramontes!