/ miércoles 3 de noviembre de 2021

Evo Morales

“…Y las absurdas campañas exteriores en que anduvo España en aquel período (invasión de Marruecos, guerra del Pacífico, intervención en México, Conchinchina en Italia para ayudar al papa) eran, en su mayor parte, más para llevar el botijo a las grandes potencias que por interés propio. Desde la pérdida de casi todo América, España era un segundón en la mesa de los fuertes. Los éxitos del, ése sí, prestigioso general Prim (catalán que llevó consigo tropas catalanas, lo que algunos les fastidia hoy recordar) …” Arturo Pérez-Reverte. Una historia de España. Pág. 144.

Siempre he tenido una fascinación especial por lo que históricamente ha sucedido en Bolivia, me llamó poderosamente la atención el fatal desenlace de uno de los íconos revolucionarios más grandes del orbe en su etapa contemporánea me refiero al gran: Ernesto Guevara. Perenemente me han despertado muchas dudas de los porques no prendió en esos suelos fértiles la revolución agraria y el elocuente llamado a construir una América Latina unida, desde México, hasta los Andes; y todavía más curiosidad me generó la traición del partido comunista al luchador social argentino.

Pero también jaló de sobre manera mi interés la llegada al poder de un país latinoamericano de un presidente originario, me entusiasmó la idea de que se repitiera el éxito que se obtuvo en suelos de herencia azteca con el prócer de carácter mundial, el estadista Benito Juárez, uno de los liberales igualitarios más importantes y que al igual que Evo Morales tienen una nítida herencia prehispánica. Ya en los resultados es muy difícil hacer una comparación entre ambos personajes, pero el crecimiento sostenido del seis por ciento en su economía y convertir a Bolivia constitucionalmente en una nación pluriétnica son dos logros de gran calado.

Por eso cuando fui invitado especial de la embajada de Bolivia en México y de su embajador el notable José Crespo Fernández, a la gran conferencia que organizó la secretaría general de Morena y que intituló: “Mirando al Sur: México y América Latina.” Con el ex presidente boliviano Evo Morales, no dudé en asistir a tan magno evento. Desde el golpe de Estado y el atinado recibimiento en tierras aztecas que ordenó el presidente López Obrador y ejecutó el canciller Marcelo Ebrard tuve la curiosidad de conocer la posición de la izquierda en América del Sur al respecto.

Sobre el destacado evento en mención escuché una importante tesis que me enseñó hace años el ex Gobernador de Morelos, Antonio Riva Palacio, a propósito de su paso por la embajada de Ecuador, en una de esas charlas que sostuve con él, recalcó la importancia de que México sostenga el liderazgo moral y formal con los países hermanos de Latino América y mire menos al Norte de América, estrategia histórica heredada de los más grandes libertadores del continente: Simón Bolívar, Benito Juárez, José Martí, Ernesto Guevara y Fidel Castro.

Y hablando de morelenses destacados a tan importante conferencia asistió mi diputado federal por Cuernavaca, el notable joven político Jorge Toledo, hombre de sólidos principios de izquierda y por lo que me percaté goza del reconocimiento de otra gran novel la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández; y hablando de mujeres jóvenes otra que tiene un gran presente y mayor futuro en la política nacional y local es Brenda Espinosa que siempre se le ve muy activa en el trabajo social y comunitario que por cierto difunde magistralmente en redes sociales. Luchemos juntos desde Morelos, por una América Latina unida sin más.

“…Y las absurdas campañas exteriores en que anduvo España en aquel período (invasión de Marruecos, guerra del Pacífico, intervención en México, Conchinchina en Italia para ayudar al papa) eran, en su mayor parte, más para llevar el botijo a las grandes potencias que por interés propio. Desde la pérdida de casi todo América, España era un segundón en la mesa de los fuertes. Los éxitos del, ése sí, prestigioso general Prim (catalán que llevó consigo tropas catalanas, lo que algunos les fastidia hoy recordar) …” Arturo Pérez-Reverte. Una historia de España. Pág. 144.

Siempre he tenido una fascinación especial por lo que históricamente ha sucedido en Bolivia, me llamó poderosamente la atención el fatal desenlace de uno de los íconos revolucionarios más grandes del orbe en su etapa contemporánea me refiero al gran: Ernesto Guevara. Perenemente me han despertado muchas dudas de los porques no prendió en esos suelos fértiles la revolución agraria y el elocuente llamado a construir una América Latina unida, desde México, hasta los Andes; y todavía más curiosidad me generó la traición del partido comunista al luchador social argentino.

Pero también jaló de sobre manera mi interés la llegada al poder de un país latinoamericano de un presidente originario, me entusiasmó la idea de que se repitiera el éxito que se obtuvo en suelos de herencia azteca con el prócer de carácter mundial, el estadista Benito Juárez, uno de los liberales igualitarios más importantes y que al igual que Evo Morales tienen una nítida herencia prehispánica. Ya en los resultados es muy difícil hacer una comparación entre ambos personajes, pero el crecimiento sostenido del seis por ciento en su economía y convertir a Bolivia constitucionalmente en una nación pluriétnica son dos logros de gran calado.

Por eso cuando fui invitado especial de la embajada de Bolivia en México y de su embajador el notable José Crespo Fernández, a la gran conferencia que organizó la secretaría general de Morena y que intituló: “Mirando al Sur: México y América Latina.” Con el ex presidente boliviano Evo Morales, no dudé en asistir a tan magno evento. Desde el golpe de Estado y el atinado recibimiento en tierras aztecas que ordenó el presidente López Obrador y ejecutó el canciller Marcelo Ebrard tuve la curiosidad de conocer la posición de la izquierda en América del Sur al respecto.

Sobre el destacado evento en mención escuché una importante tesis que me enseñó hace años el ex Gobernador de Morelos, Antonio Riva Palacio, a propósito de su paso por la embajada de Ecuador, en una de esas charlas que sostuve con él, recalcó la importancia de que México sostenga el liderazgo moral y formal con los países hermanos de Latino América y mire menos al Norte de América, estrategia histórica heredada de los más grandes libertadores del continente: Simón Bolívar, Benito Juárez, José Martí, Ernesto Guevara y Fidel Castro.

Y hablando de morelenses destacados a tan importante conferencia asistió mi diputado federal por Cuernavaca, el notable joven político Jorge Toledo, hombre de sólidos principios de izquierda y por lo que me percaté goza del reconocimiento de otra gran novel la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández; y hablando de mujeres jóvenes otra que tiene un gran presente y mayor futuro en la política nacional y local es Brenda Espinosa que siempre se le ve muy activa en el trabajo social y comunitario que por cierto difunde magistralmente en redes sociales. Luchemos juntos desde Morelos, por una América Latina unida sin más.

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