/ sábado 18 de septiembre de 2021

¿Existe la alienación parental en México?

La respuesta es obvia. Existe no sólo en México, sino en el mundo, y juristas, legisladores, investigadores, docentes, psicólogos, padres y madres interesados en resolver esta problemática, y quien esto escribe,

Desde esta tribuna reitero los graves problemas que los sectores que he mencionado enfrentan, porque hay una falta elemental de conocimiento y razonamiento: ¿Se reconoce a nivel nacional e internacional que la alienación parental existe?. Sí. Se han hecho intentos, incluida la Suprema Corte de Justicia de la Nación del país de resolver a través de tesis aisladas, jurisprudencias obligatorias y otras ejecutorias para que se legisle y se considere que es una grave falta que cometen los progenitores en su momento anteponiendo sus intereses personales a los de los menores, para lograr en ellos una manipulación, una inducción, una provocación, un odio, un rencor, un miedo, un desprecio, que envuelven en diferentes frases y retórica para dañar, primero al menor o a la niña, y que ella sea el instrumento contra el padre o la madre.

Aquí debemos llamar a la reflexión a cuantos intervienen en esta problemática. Lo primero, desde nuestra perspectiva es reconocer que existe el problema; de ahí puede haber diversas alternativas de solución, a corto, mediano y largo plazos; si no se hace un diagnóstico con la información adecuada, no podrán formularse un pronóstico con diversas alternativas de solución, que finalmente la alienación parental se sigue practicando en México y en el mundo.

Nosotros tenemos un grave problema que es menester citar, algunos códigos locales civiles y familiares hablan de esta materia, y en su momento el Código Civil para la Ciudad de México del siglo XXI lo legisló; después vinieron las diversas opiniones invocando a Gardner que en 1985 fue el primero que utilizó esta expresión; empero, lo más importante no es si fue el primero o el último en mencionarlo, sino aceptar que es un problema, que no es una enfermedad, a pesar de que en ese sentido la Organización Mundial de la Salud dijera que sí o que no, pero tampoco se le puede llamar síndrome, porque esta palabra es para señalar las características de una enfermedad determinada; y pregúntese usted distinguido lector si las alienaciones parentales a un niño o una niña, o a una adolescente, hecha por el padre, por la madre y por su familia; obedecen a un parámetro, si esto es lo mismo, porque la respuesta es evidente, que no, porque es multifactorial, tiene tantas facetas y tantos aspectos diferentes, tantas aristas tan delicadas, que cada caso debe tener una solución única, singular y no generalizar.

Como este problema, ha sido entre otros el aborto o el feminicidio; porque todo mundo opina, propios y extraños, abogados y los que no lo son, que el aborto debe ser tratado de tal o cual manera y lo mismo el feminicidio; sin embargo hoy que el Máximo Órgano Jurisdiccional Constitucional del país lo ha resuelto, hay por ahí voces discordantes que no acaban de aceptar esta resolución.

Además en la materia de feminicidio no se puede aceptar, y esto es criticable, que comete el delito de feminicidio el que priva de la vida a una mujer; sobra decir que la mata porque es mujer, no es necesario mencionar tantas hipótesis, sino aceptar, y en ese momento podremos empezar a tener alternativas de solución.

CONCLUSIONES

Primera. La alienación parental existe en México y que es necesario estudiar, convocar a los sectores interesados y proponer leyes y soluciones que protejan, sobre todo a los menores.

Segunda. Estos intentos, o estas balbuceadas de querer resolverlo y en un momento dado ponerlo en la ley y luego quitarlo ante la inseguridad o la ignorancia, afecta en forma alarmante a quienes participan pasiva o activamente en la configuración de la alienación parental.

Tercera. Es tiempo ya de que haya, no campañas sino acciones permanentes, y convocar a los sectores más interesados a una agenda común para resolver a nivel local y federal está grave problemática, proponiendo las soluciones más adecuadas, sobre todo invocando la Convención Internacional de los Derechos de la Niñez, para que ésta quede protegida de sus propios progenitores en cuanto se plantean diferencias entre ellos y si se llega al divorcio o en un concubinato a su rompimiento, anteponen sus intereses personales a los de los menores.


Profesor de Carrera, con 54 años de Cátedra ininterrumpida en Derecho Civil y Derecho Familiar, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.

La respuesta es obvia. Existe no sólo en México, sino en el mundo, y juristas, legisladores, investigadores, docentes, psicólogos, padres y madres interesados en resolver esta problemática, y quien esto escribe,

Desde esta tribuna reitero los graves problemas que los sectores que he mencionado enfrentan, porque hay una falta elemental de conocimiento y razonamiento: ¿Se reconoce a nivel nacional e internacional que la alienación parental existe?. Sí. Se han hecho intentos, incluida la Suprema Corte de Justicia de la Nación del país de resolver a través de tesis aisladas, jurisprudencias obligatorias y otras ejecutorias para que se legisle y se considere que es una grave falta que cometen los progenitores en su momento anteponiendo sus intereses personales a los de los menores, para lograr en ellos una manipulación, una inducción, una provocación, un odio, un rencor, un miedo, un desprecio, que envuelven en diferentes frases y retórica para dañar, primero al menor o a la niña, y que ella sea el instrumento contra el padre o la madre.

Aquí debemos llamar a la reflexión a cuantos intervienen en esta problemática. Lo primero, desde nuestra perspectiva es reconocer que existe el problema; de ahí puede haber diversas alternativas de solución, a corto, mediano y largo plazos; si no se hace un diagnóstico con la información adecuada, no podrán formularse un pronóstico con diversas alternativas de solución, que finalmente la alienación parental se sigue practicando en México y en el mundo.

Nosotros tenemos un grave problema que es menester citar, algunos códigos locales civiles y familiares hablan de esta materia, y en su momento el Código Civil para la Ciudad de México del siglo XXI lo legisló; después vinieron las diversas opiniones invocando a Gardner que en 1985 fue el primero que utilizó esta expresión; empero, lo más importante no es si fue el primero o el último en mencionarlo, sino aceptar que es un problema, que no es una enfermedad, a pesar de que en ese sentido la Organización Mundial de la Salud dijera que sí o que no, pero tampoco se le puede llamar síndrome, porque esta palabra es para señalar las características de una enfermedad determinada; y pregúntese usted distinguido lector si las alienaciones parentales a un niño o una niña, o a una adolescente, hecha por el padre, por la madre y por su familia; obedecen a un parámetro, si esto es lo mismo, porque la respuesta es evidente, que no, porque es multifactorial, tiene tantas facetas y tantos aspectos diferentes, tantas aristas tan delicadas, que cada caso debe tener una solución única, singular y no generalizar.

Como este problema, ha sido entre otros el aborto o el feminicidio; porque todo mundo opina, propios y extraños, abogados y los que no lo son, que el aborto debe ser tratado de tal o cual manera y lo mismo el feminicidio; sin embargo hoy que el Máximo Órgano Jurisdiccional Constitucional del país lo ha resuelto, hay por ahí voces discordantes que no acaban de aceptar esta resolución.

Además en la materia de feminicidio no se puede aceptar, y esto es criticable, que comete el delito de feminicidio el que priva de la vida a una mujer; sobra decir que la mata porque es mujer, no es necesario mencionar tantas hipótesis, sino aceptar, y en ese momento podremos empezar a tener alternativas de solución.

CONCLUSIONES

Primera. La alienación parental existe en México y que es necesario estudiar, convocar a los sectores interesados y proponer leyes y soluciones que protejan, sobre todo a los menores.

Segunda. Estos intentos, o estas balbuceadas de querer resolverlo y en un momento dado ponerlo en la ley y luego quitarlo ante la inseguridad o la ignorancia, afecta en forma alarmante a quienes participan pasiva o activamente en la configuración de la alienación parental.

Tercera. Es tiempo ya de que haya, no campañas sino acciones permanentes, y convocar a los sectores más interesados a una agenda común para resolver a nivel local y federal está grave problemática, proponiendo las soluciones más adecuadas, sobre todo invocando la Convención Internacional de los Derechos de la Niñez, para que ésta quede protegida de sus propios progenitores en cuanto se plantean diferencias entre ellos y si se llega al divorcio o en un concubinato a su rompimiento, anteponen sus intereses personales a los de los menores.


Profesor de Carrera, con 54 años de Cátedra ininterrumpida en Derecho Civil y Derecho Familiar, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.