/ martes 2 de octubre de 2018

Expectativa y realidad

Comienza un nuevo gobierno en Morelos, con una alta legitimidad, tal y como ocurre con todos los integrantes de la ola Morena a nivel nacional; también inicia con grandes expectativas, la pregunta es ¿cuánto tiempo le daremos a los nuevos servidores públicos para cumplirla?

Al primer minuto de su mandato, Cuauhtémoc Blanco tomó el control de seguridad y acudió a dar un mensaje a la Policía Morelos. Esto marca el mayor reto para el nuevo mandatario, nuestro Estado ha sido azotado en los últimos ocho años por la violencia extrema.

Su discurso acertó en llamar al fortalecimiento en las relaciones entre los tres poderes y órdenes de gobierno, lo cual es fundamental para caminar en prevención del delito, policía mejor capacitada y equipada, procuración de justicia, combate a la impunidad, sistema penitenciario y un marco de normas acordes a las necesidades actuales.

Los morelenses no podemos normalizar la inseguridad, una de las críticas sostenidas por el nuevo mandatario al ex gobernador Graco Ramírez fue su estrategia del Mando Único; está claro que no podrá cambiar el esquema de la noche a la mañana, pero tampoco nos ha dicho en cuánto tiempo tendremos las anheladas disminuciones de índices de delincuencia.

Para el segundo acto, el estado laico quedó en entredicho, Cuauhtémoc Blanco puede decirse católico, pero la convocatoria a acudir a misa no debería formar parte de su orden del día.

El ex futbolista no ha sido ajeno a los actos en la Iglesia, recordemos cuando se declaró en huelga de hambre por algunas horas al interior de la Catedral o el apoyo del Obispo Ramón Castro patente en diversos pronunciamientos.

Durante su tercer acto, rindió protesta ante un Congreso con el mismo objetivo, llevar ante la justicia a los antecesores, una promesa que es “música para los oídos” de los morelenses.

En ese primer discurso como Gobernador, habló sobre las mujeres, quienes representamos más del 50% de la población y exigimos terminar con la violencia cuyos altos números nos han llevado a la declaratoria de la violencia de género; mas el tema tampoco es nuevo para Blanco Bravo, pues Cuernavaca está en los municipios con esa problemática y desde el Ayuntamiento faltaron resultados para revertirlos; o qué decir del gabinete en retroceso por cuanto a la paridad de género, donde sólo 3 de las 11 posiciones más importantes serán ocupadas por mujeres.

Por todo esto, tal y como hizo votos el Vicario Tomás Toral en la homilía, que “la sabiduría, prudencia, sensatez y diálogo” sean los ejes del comportamiento y trabajo de Cuauhtémoc Blanco, los morelenses ya hemos padecido demasiado.

Quienes vivimos en la Entidad deseamos que la realidad supere incluso nuestras expectativas. El voto de confianza está, pero no se trata de un cheque en blanco.

Comienza un nuevo gobierno en Morelos, con una alta legitimidad, tal y como ocurre con todos los integrantes de la ola Morena a nivel nacional; también inicia con grandes expectativas, la pregunta es ¿cuánto tiempo le daremos a los nuevos servidores públicos para cumplirla?

Al primer minuto de su mandato, Cuauhtémoc Blanco tomó el control de seguridad y acudió a dar un mensaje a la Policía Morelos. Esto marca el mayor reto para el nuevo mandatario, nuestro Estado ha sido azotado en los últimos ocho años por la violencia extrema.

Su discurso acertó en llamar al fortalecimiento en las relaciones entre los tres poderes y órdenes de gobierno, lo cual es fundamental para caminar en prevención del delito, policía mejor capacitada y equipada, procuración de justicia, combate a la impunidad, sistema penitenciario y un marco de normas acordes a las necesidades actuales.

Los morelenses no podemos normalizar la inseguridad, una de las críticas sostenidas por el nuevo mandatario al ex gobernador Graco Ramírez fue su estrategia del Mando Único; está claro que no podrá cambiar el esquema de la noche a la mañana, pero tampoco nos ha dicho en cuánto tiempo tendremos las anheladas disminuciones de índices de delincuencia.

Para el segundo acto, el estado laico quedó en entredicho, Cuauhtémoc Blanco puede decirse católico, pero la convocatoria a acudir a misa no debería formar parte de su orden del día.

El ex futbolista no ha sido ajeno a los actos en la Iglesia, recordemos cuando se declaró en huelga de hambre por algunas horas al interior de la Catedral o el apoyo del Obispo Ramón Castro patente en diversos pronunciamientos.

Durante su tercer acto, rindió protesta ante un Congreso con el mismo objetivo, llevar ante la justicia a los antecesores, una promesa que es “música para los oídos” de los morelenses.

En ese primer discurso como Gobernador, habló sobre las mujeres, quienes representamos más del 50% de la población y exigimos terminar con la violencia cuyos altos números nos han llevado a la declaratoria de la violencia de género; mas el tema tampoco es nuevo para Blanco Bravo, pues Cuernavaca está en los municipios con esa problemática y desde el Ayuntamiento faltaron resultados para revertirlos; o qué decir del gabinete en retroceso por cuanto a la paridad de género, donde sólo 3 de las 11 posiciones más importantes serán ocupadas por mujeres.

Por todo esto, tal y como hizo votos el Vicario Tomás Toral en la homilía, que “la sabiduría, prudencia, sensatez y diálogo” sean los ejes del comportamiento y trabajo de Cuauhtémoc Blanco, los morelenses ya hemos padecido demasiado.

Quienes vivimos en la Entidad deseamos que la realidad supere incluso nuestras expectativas. El voto de confianza está, pero no se trata de un cheque en blanco.

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