/ martes 19 de enero de 2021

Falta política de salud

La movilidad en el estado de Morelos mantiene muy alto el riesgo de contagios de Covid-19, en esto coinciden los científicos y gobiernos municipales, estatal y federal. Uno pensaría que el aumento exponencial de casos detectados (gracias a la ampliación de pruebas recomendada por la ciencia desde el inicio de la pandemia), se traduciría en un cambio real en las políticas sanitaria, económica y social con que se ha tratado la pandemia en el estado. No ha sido así, por el contrario, el incremento se trata de ubicar en una suerte de “naturalidad”, derivada de las reuniones familiares decembrinas, y acaso se considera la idea de reforzar las brigadas que llaman a la gente a quedarse en casa, guardar el distanciamiento, es decir, fortalecer lo que ha funcionado poco porque ha sido definitivamente inútil en amplios sectores de la sociedad.

En Morelos los gobiernos federal, estatal y municipales, han narrado los efectos de la pandemia, han señalado sus causas, han emitido recomendaciones, han contado enfermos, muertos y camas de hospital; pero han sido incapaces de contener la ola pandémica, los efectos de la crisis que han desembocado en la pérdida de más de diez mil empleos y la quiebra de cientos de negocios; han visto pasar la muerte, la enfermedad, la pobreza, el hambre y se han quedado impávidos, haciendo lo que cualquier ciudadano con algo de racionalidad hace todos los días, llamar a cuidarse, quedarse en casa, usar cubrebocas, lavarse las manos, evitar las aglomeraciones. Ni siquiera podríamos hablar de que lo hacen en toda la extensión de lo necesario porque el alcance de sus mensajes, comparados con el costo que representan, es mínimo.

No existe un diseño de políticas integrales de salud que permitan enfrentar la pandemia más allá de la emisión de esos mensajes. La autoridad ha sido incapaz de forzar el uso de los cubrebocas tercerizando la responsabilidad a dueños y encargados de negocios, ha ofrecido pocos e insuficientes fondos para evitar la quiebra de negocios, ha seguido con el cobro de impuestos y tarifas tanto a empresas como a particulares, ha retenido información útil para la población como el índice de contagios por colonias (liberado incompleto apenas hace unas semanas) y la probabilidad de infección real por lugares y actividades; y mucho más, ha sido notablemente incapaz de establecer una coordinación entre niveles de gobierno y regiones geográficas suficiente para paliar de alguna forma los efectos del virus.

Cierto que gran parte de lo que ocurre hoy con la pandemia en Morelos es responsabilidad directa de la ignorancia de grandes segmentos de la ciudadanía que los lleva a desatender o descreer la importancia del autocuidado. Pero también lo es que los ayuntamientos, los Ejecutivo y Legislativo estatal, y la representación del gobierno federal en Morelos, sólo han visto pasar la pandemia esperando, como cualquier hijo de vecino que las cosas mejoren. Si sólo pueden hacer eso ¿para qué están en el poder?

Si a la colección de ineptitudes sumamos los errores en el proceso de vacunación, a los morelenses nos espera un encierro muy largo.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

La movilidad en el estado de Morelos mantiene muy alto el riesgo de contagios de Covid-19, en esto coinciden los científicos y gobiernos municipales, estatal y federal. Uno pensaría que el aumento exponencial de casos detectados (gracias a la ampliación de pruebas recomendada por la ciencia desde el inicio de la pandemia), se traduciría en un cambio real en las políticas sanitaria, económica y social con que se ha tratado la pandemia en el estado. No ha sido así, por el contrario, el incremento se trata de ubicar en una suerte de “naturalidad”, derivada de las reuniones familiares decembrinas, y acaso se considera la idea de reforzar las brigadas que llaman a la gente a quedarse en casa, guardar el distanciamiento, es decir, fortalecer lo que ha funcionado poco porque ha sido definitivamente inútil en amplios sectores de la sociedad.

En Morelos los gobiernos federal, estatal y municipales, han narrado los efectos de la pandemia, han señalado sus causas, han emitido recomendaciones, han contado enfermos, muertos y camas de hospital; pero han sido incapaces de contener la ola pandémica, los efectos de la crisis que han desembocado en la pérdida de más de diez mil empleos y la quiebra de cientos de negocios; han visto pasar la muerte, la enfermedad, la pobreza, el hambre y se han quedado impávidos, haciendo lo que cualquier ciudadano con algo de racionalidad hace todos los días, llamar a cuidarse, quedarse en casa, usar cubrebocas, lavarse las manos, evitar las aglomeraciones. Ni siquiera podríamos hablar de que lo hacen en toda la extensión de lo necesario porque el alcance de sus mensajes, comparados con el costo que representan, es mínimo.

No existe un diseño de políticas integrales de salud que permitan enfrentar la pandemia más allá de la emisión de esos mensajes. La autoridad ha sido incapaz de forzar el uso de los cubrebocas tercerizando la responsabilidad a dueños y encargados de negocios, ha ofrecido pocos e insuficientes fondos para evitar la quiebra de negocios, ha seguido con el cobro de impuestos y tarifas tanto a empresas como a particulares, ha retenido información útil para la población como el índice de contagios por colonias (liberado incompleto apenas hace unas semanas) y la probabilidad de infección real por lugares y actividades; y mucho más, ha sido notablemente incapaz de establecer una coordinación entre niveles de gobierno y regiones geográficas suficiente para paliar de alguna forma los efectos del virus.

Cierto que gran parte de lo que ocurre hoy con la pandemia en Morelos es responsabilidad directa de la ignorancia de grandes segmentos de la ciudadanía que los lleva a desatender o descreer la importancia del autocuidado. Pero también lo es que los ayuntamientos, los Ejecutivo y Legislativo estatal, y la representación del gobierno federal en Morelos, sólo han visto pasar la pandemia esperando, como cualquier hijo de vecino que las cosas mejoren. Si sólo pueden hacer eso ¿para qué están en el poder?

Si a la colección de ineptitudes sumamos los errores en el proceso de vacunación, a los morelenses nos espera un encierro muy largo.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx