/ lunes 20 de mayo de 2019

¿Fe o Ciencia?

Ana Patricia Navidad Lara, conocida en el mundo del espectáculo como Paty Navidad, es una artista destacada y con una importante apreciación entre los mexicanos y la razón por la que hoy la menciono obedece no a su carrera sino a una polémica declaración suya difundida por redes sociales esta semana y cito textual “No tengo temores, el cambio climático es una mentira…

Casi todas las destrucciones naturales son provocadas por el hombre, SI, pero no por nosotros sino por los que utilizan armas nucleares, experimentos químicos y el arma HAARP que causa terremotos, huracanes, incendios etc.”.

El nutrido intercambio de opiniones desatado por la actriz en redes sociales ha develado algo que sabíamos y que por desgracia no hemos podido remediar, la pobre educación científica de la mayoría de los mexicanos. La más reciente Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México 2017 revela que mientras que los mexicanos tienen una buena apreciación de la ciencia y de los científicos en lo general cuando se confronta con las creencias encontramos evidencias que merecen una profunda reflexión.

Ante la pregunta concreta que confronta la fe con el conocimiento científico, más de la mitad de los encuestados afirmó confiar más en la religión que en la ciencia mientras que 22% respondió que confía igualmente en ambas y solamente 16% de los encuestados declaró confiar más en la ciencia. Mientras que la fe es un fenómeno individual basado en la creencia, la ciencia está basada en evidencia por lo que es imposible compararlas entre ellas, lo que es cierto es que los científicos hemos fallado en transmitir de manera clara y contundente los beneficios que ofrece el conocimiento científico a la población.

Esta confrontación conceptual tiene consecuencias prácticas ya que el 61% de los encuestados considera que existen medios adecuados para el tratamiento de enfermedades que la ciencia no reconoce fomentando el desapego de los enfermos, sobre todo de los que sufren enfermedades graves, a los tratamientos médicos.

Por otro lado, 42% de los encuestados perciben al desarrollo tecnológico como el causante de un estilo de vida artificial y deshumanizado sin reconocer que la actual calidad de vida de las personas comparada con apenas 100 años corresponde fundamentalmente a la aplicación del conocimiento científico en áreas como la salud y la alimentación.

Este pensamiento sencillo y poco informado, que explota la desconfianza en lo que no entendemos y en quienes ejercen el poder, ha existido desde siempre, sin embargo la penetración de las redes sociales que amplifican el mensaje proveniente de celebridades comienza a influir de manera peligrosa.

Con respecto al cambio climático, la humanidad había superado ya el reconocimiento del impacto de las actividades humanas en la modificación del clima. Huracanes devastadores, sequías prolongadas, inundaciones incontrolables, desaparición de insectos benéficos como las abejas, menor producción de alimentos, infestación de nuevas y más agresivas enfermedades como el zika, son todos productos del cambio climático antropogénico.

El consenso mundial había comenzado un esfuerzo coordinado para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, los principales generadores del cambio climático, sin embargo en los últimos años hemos visto una reversión a este esfuerzo cuando, de manera desconcertante, hemos regresado a prácticas profundamente dañinas que ponen en riesgo lo avanzado. Hemos dejado de invertir en la generación de energías limpias para regresar al carbón, desalentamos el uso de movilidad eléctrica fomentando el consumo de gasolina y diesel, menospreciamos el gran beneficio de la eficiencia energética provocando despilfarro.

El cambio climático es una realidad, creamos en él o no. La solución está en nuestras manos. Si queremos un mejor futuro para nosotros y para nuestros herederos tenemos que comenzar hoy dando el primer paso que es discriminar, de manera responsable y reflexiva, los mensajes a nuestro alrededor, no importa de quién provengan.

Información adicional de éste y otros temas de interés http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

Ana Patricia Navidad Lara, conocida en el mundo del espectáculo como Paty Navidad, es una artista destacada y con una importante apreciación entre los mexicanos y la razón por la que hoy la menciono obedece no a su carrera sino a una polémica declaración suya difundida por redes sociales esta semana y cito textual “No tengo temores, el cambio climático es una mentira…

Casi todas las destrucciones naturales son provocadas por el hombre, SI, pero no por nosotros sino por los que utilizan armas nucleares, experimentos químicos y el arma HAARP que causa terremotos, huracanes, incendios etc.”.

El nutrido intercambio de opiniones desatado por la actriz en redes sociales ha develado algo que sabíamos y que por desgracia no hemos podido remediar, la pobre educación científica de la mayoría de los mexicanos. La más reciente Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México 2017 revela que mientras que los mexicanos tienen una buena apreciación de la ciencia y de los científicos en lo general cuando se confronta con las creencias encontramos evidencias que merecen una profunda reflexión.

Ante la pregunta concreta que confronta la fe con el conocimiento científico, más de la mitad de los encuestados afirmó confiar más en la religión que en la ciencia mientras que 22% respondió que confía igualmente en ambas y solamente 16% de los encuestados declaró confiar más en la ciencia. Mientras que la fe es un fenómeno individual basado en la creencia, la ciencia está basada en evidencia por lo que es imposible compararlas entre ellas, lo que es cierto es que los científicos hemos fallado en transmitir de manera clara y contundente los beneficios que ofrece el conocimiento científico a la población.

Esta confrontación conceptual tiene consecuencias prácticas ya que el 61% de los encuestados considera que existen medios adecuados para el tratamiento de enfermedades que la ciencia no reconoce fomentando el desapego de los enfermos, sobre todo de los que sufren enfermedades graves, a los tratamientos médicos.

Por otro lado, 42% de los encuestados perciben al desarrollo tecnológico como el causante de un estilo de vida artificial y deshumanizado sin reconocer que la actual calidad de vida de las personas comparada con apenas 100 años corresponde fundamentalmente a la aplicación del conocimiento científico en áreas como la salud y la alimentación.

Este pensamiento sencillo y poco informado, que explota la desconfianza en lo que no entendemos y en quienes ejercen el poder, ha existido desde siempre, sin embargo la penetración de las redes sociales que amplifican el mensaje proveniente de celebridades comienza a influir de manera peligrosa.

Con respecto al cambio climático, la humanidad había superado ya el reconocimiento del impacto de las actividades humanas en la modificación del clima. Huracanes devastadores, sequías prolongadas, inundaciones incontrolables, desaparición de insectos benéficos como las abejas, menor producción de alimentos, infestación de nuevas y más agresivas enfermedades como el zika, son todos productos del cambio climático antropogénico.

El consenso mundial había comenzado un esfuerzo coordinado para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, los principales generadores del cambio climático, sin embargo en los últimos años hemos visto una reversión a este esfuerzo cuando, de manera desconcertante, hemos regresado a prácticas profundamente dañinas que ponen en riesgo lo avanzado. Hemos dejado de invertir en la generación de energías limpias para regresar al carbón, desalentamos el uso de movilidad eléctrica fomentando el consumo de gasolina y diesel, menospreciamos el gran beneficio de la eficiencia energética provocando despilfarro.

El cambio climático es una realidad, creamos en él o no. La solución está en nuestras manos. Si queremos un mejor futuro para nosotros y para nuestros herederos tenemos que comenzar hoy dando el primer paso que es discriminar, de manera responsable y reflexiva, los mensajes a nuestro alrededor, no importa de quién provengan.

Información adicional de éste y otros temas de interés http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

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