/ lunes 8 de junio de 2020

Giovanni no murió...

En México, el riesgo por no usar cubrebocas en esta pandemia, es mayor con respecto a cualquier país del orbe, aquí no solo te puede matar el virus, sino la policía.

Mientras el mundo se convulsiona por el homicidio George Floyd, en nuestro país la situación dista de ser menos complicada. En Jalisco, Entidad gobernada por Enrique Alfaro, el hartazgo y la indignación social, encontraron en el asesinato del joven albañil Giovanni un detonante ideal para lo acumulado por muchos años de abuso policíaco y represión, no hace falta ver al exterior, tenemos nuestros propios demonios: Atenco, Tlatlaya, Tanhuato, Nochixtlán y tantos oprobios más.

Giovanni López, un joven de oficio albañil, quien después de una jornada de trabajo decidió salir a cenar con su familia en el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, pero cometió un grave y mortal error, olvidó ponerse un cubrebocas, se encontró con policías mal capacitados de enorme potencial delictivo, criterio reducido y con una directriz firmemente instalada desde el populismo gubernamental: cero tolerancia a la movilidad y falta de cubrebocas.

Al igual que el caso de George Floyd, el delito existe cuando es grabado ¿o como se justifica la tardanza en la detención de 3 de los presuntos implicados en el homicidio de Giovanni? Ellos seguían trabajando de manera normal desde la tranquilidad de saberse impunes, hasta la publicación del video de la detención.

Enrique Alfaro perdió la oportunidad de abrazar a la congruencia, en un discurso inicial optó por hacer lo que mejor sabe, evadir la responsabilidad y culpar a todos antes de reconocer y rectificar, “se autoexoneró” y al terminar la primera de dos manifestaciones sucedidas entre jueves y viernes, culpó sin aportar una sola prueba al Gobierno Federal, en específico al Presidente de la República, cuando éste le exigió pruebas de sus acusaciones, reculó hasta cierta distancia para deslindar al representante del ejecutivo, pero dejó la factura endosada a nombre de MORENA y los “Sótanos del Poder”.

A pesar de las promesas del gobernador sobre el respeto a los participantes de la manifestación del viernes, hombres vestidos de civiles armados con palos y algunos infiltrados en los contingentes llevaron a cabo agresiones y detenciones arbitrarias de manifestantes.

Se vio salir a estas personas de las mismas instalaciones de la policía, en vehículos sin placas y no identificados, la sangre de jóvenes volvió a manchar las calles, los manifestantes fueron salvajemente golpeados y privados de su libertad, una estrategia represora que hasta hace recordar al “halconazo” de 1971.

Ante esto, el Gobernador de Jalisco culpó ahora a los mismos policías ministeriales, quienes en una actitud anárquica actuaron por cuenta propia, luego se apresuró a deslindar al Fiscal del Estado (devolviendo el detalle) mencionando por aberrante que parezca que las órdenes a esos policías pudieron venir del crimen organizado.

Pero entonces Alfaro miente al afirmar que no habrá más represión o abuso policiaco ¿o cómo se puede garantizar el respeto a los derechos humanos cuando la policía tiene tal grado de infiltración?

El gobernador en su acumulado de dislates, puntualizó que el motivo de la detención de Giovanni no fue el cubrebocas, aunque lo desmiente un video y el testimonio de Christian, Hermano de Giovanni, mas en el corto razonamiento del Gobernador debemos preguntarnos ¿acaso existe alguna justificación a la tortura y asesinato de cualquier persona mientras se encuentra en custodia policial?

Hoy existen personas sin entender que el mundo transita hacia la erradicación de brutales y criminales prácticas policiales; la Organización de las Naciones Unidas a través del alto comisionado, dirigió recomendaciones en materia de derechos humanos al Gobierno de Jalisco.

Enrique Alfaro tuvo que aceptar las voces exigiendo justicia, Guillermo del Toro tuiteó “a más de un mes no hay respuesta, no hay arrestos, no es abuso de Autoridad, es asesinato. El sinsentido –la locura absoluta- es que ocurra un asesinato a nombre de un asunto de salud pública”.

El alcalde de Ixtlahuacán de los Membrillos se dice incluso satisfecho con el desempeño de la policía en su municipio, veremos qué dice el curso de los acontecimientos, mientras tanto las manifestaciones siguen, llegaron a la Ciudad de México, donde hubo actos de violencia reprobable por parte de manifestantes, pero también por parte de policías, el caso de Melanie ya ha causado gran polémica e investigaciones.

Giovanni López vio ahogada su voz por los golpes de la policía, un balazo en el pie nos da una idea de sus últimos momentos, el hartazgo social es ahora quien grita por él, debe haber justicia sin importar quiénes sean los responsables, a Andrés Manuel López Obrador, Enrique Alfaro, a los gobernadores, alcaldes y a todos los representantes de los Poderes del Estado les debe quedar claro el grito de la gente, ¡Giovanni no murió, el Estado lo mató!

En México, el riesgo por no usar cubrebocas en esta pandemia, es mayor con respecto a cualquier país del orbe, aquí no solo te puede matar el virus, sino la policía.

Mientras el mundo se convulsiona por el homicidio George Floyd, en nuestro país la situación dista de ser menos complicada. En Jalisco, Entidad gobernada por Enrique Alfaro, el hartazgo y la indignación social, encontraron en el asesinato del joven albañil Giovanni un detonante ideal para lo acumulado por muchos años de abuso policíaco y represión, no hace falta ver al exterior, tenemos nuestros propios demonios: Atenco, Tlatlaya, Tanhuato, Nochixtlán y tantos oprobios más.

Giovanni López, un joven de oficio albañil, quien después de una jornada de trabajo decidió salir a cenar con su familia en el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, pero cometió un grave y mortal error, olvidó ponerse un cubrebocas, se encontró con policías mal capacitados de enorme potencial delictivo, criterio reducido y con una directriz firmemente instalada desde el populismo gubernamental: cero tolerancia a la movilidad y falta de cubrebocas.

Al igual que el caso de George Floyd, el delito existe cuando es grabado ¿o como se justifica la tardanza en la detención de 3 de los presuntos implicados en el homicidio de Giovanni? Ellos seguían trabajando de manera normal desde la tranquilidad de saberse impunes, hasta la publicación del video de la detención.

Enrique Alfaro perdió la oportunidad de abrazar a la congruencia, en un discurso inicial optó por hacer lo que mejor sabe, evadir la responsabilidad y culpar a todos antes de reconocer y rectificar, “se autoexoneró” y al terminar la primera de dos manifestaciones sucedidas entre jueves y viernes, culpó sin aportar una sola prueba al Gobierno Federal, en específico al Presidente de la República, cuando éste le exigió pruebas de sus acusaciones, reculó hasta cierta distancia para deslindar al representante del ejecutivo, pero dejó la factura endosada a nombre de MORENA y los “Sótanos del Poder”.

A pesar de las promesas del gobernador sobre el respeto a los participantes de la manifestación del viernes, hombres vestidos de civiles armados con palos y algunos infiltrados en los contingentes llevaron a cabo agresiones y detenciones arbitrarias de manifestantes.

Se vio salir a estas personas de las mismas instalaciones de la policía, en vehículos sin placas y no identificados, la sangre de jóvenes volvió a manchar las calles, los manifestantes fueron salvajemente golpeados y privados de su libertad, una estrategia represora que hasta hace recordar al “halconazo” de 1971.

Ante esto, el Gobernador de Jalisco culpó ahora a los mismos policías ministeriales, quienes en una actitud anárquica actuaron por cuenta propia, luego se apresuró a deslindar al Fiscal del Estado (devolviendo el detalle) mencionando por aberrante que parezca que las órdenes a esos policías pudieron venir del crimen organizado.

Pero entonces Alfaro miente al afirmar que no habrá más represión o abuso policiaco ¿o cómo se puede garantizar el respeto a los derechos humanos cuando la policía tiene tal grado de infiltración?

El gobernador en su acumulado de dislates, puntualizó que el motivo de la detención de Giovanni no fue el cubrebocas, aunque lo desmiente un video y el testimonio de Christian, Hermano de Giovanni, mas en el corto razonamiento del Gobernador debemos preguntarnos ¿acaso existe alguna justificación a la tortura y asesinato de cualquier persona mientras se encuentra en custodia policial?

Hoy existen personas sin entender que el mundo transita hacia la erradicación de brutales y criminales prácticas policiales; la Organización de las Naciones Unidas a través del alto comisionado, dirigió recomendaciones en materia de derechos humanos al Gobierno de Jalisco.

Enrique Alfaro tuvo que aceptar las voces exigiendo justicia, Guillermo del Toro tuiteó “a más de un mes no hay respuesta, no hay arrestos, no es abuso de Autoridad, es asesinato. El sinsentido –la locura absoluta- es que ocurra un asesinato a nombre de un asunto de salud pública”.

El alcalde de Ixtlahuacán de los Membrillos se dice incluso satisfecho con el desempeño de la policía en su municipio, veremos qué dice el curso de los acontecimientos, mientras tanto las manifestaciones siguen, llegaron a la Ciudad de México, donde hubo actos de violencia reprobable por parte de manifestantes, pero también por parte de policías, el caso de Melanie ya ha causado gran polémica e investigaciones.

Giovanni López vio ahogada su voz por los golpes de la policía, un balazo en el pie nos da una idea de sus últimos momentos, el hartazgo social es ahora quien grita por él, debe haber justicia sin importar quiénes sean los responsables, a Andrés Manuel López Obrador, Enrique Alfaro, a los gobernadores, alcaldes y a todos los representantes de los Poderes del Estado les debe quedar claro el grito de la gente, ¡Giovanni no murió, el Estado lo mató!