/ jueves 29 de agosto de 2019

¿Hacia dónde va la izquierda partidista?

En estas semanas hemos sido testigos de un par de episodios de la izquierda partidista nacional que sin duda comenzarán a delinear su futuro próximo.

Por un lado, los senadores de Morena protagonizaron una abierta confrontación por un cargo al interior de la cámara alta y han demostrado con ello, que la próxima renovación de su dirigencia no será un día de campo. Luego, varios políticos que en su momento fueron importantes protagonistas del PRD finalmente hicieron pública su renuncia al partido tras la realización de la primera asamblea de Futuro 21.

Ambos sucesos sólo describen una cosa: miopía política, pero ¿qué lecciones podría darnos la historia para comprender mejor este momento?

Recordemos que a mediados de los setentas, el Partido Revolucionario de los Trabajadores se creó al fusionarse la Liga Comunista Internacional y la Liga Socialista. Muchos sus fundadores contaban con una orientación política de izquierda y habían participado en los movimientos estudiantiles, luchas sindicales y campesinas.

Iniciando los ochentas, la fusión del Partido Comunista y otras organizaciones de izquierda permite la constitución del PSUM. Este partido también contaba con una ideología política de izquierda y logró alcanzar triunfos a partir de sus alianzas con movimientos sociales y ciudadanos a nivel local en varios puntos del país.

En 1987, distintos partidos y organizaciones dan vida al Partido Mexicano Socialista (PMS), el cual es considerado como el más ambicioso proyecto unificador de la izquierda mexicana al integrar en un solo partido al PSUM, al PMT y varias otras organizaciones de izquierda. Dos años más tarde, el PMS permitió usar su registro para la fundación del PRD y en 1991 surge el PT tras la fusión de diversas organizaciones sociales populares, campesinas y de trabajadores.

Con este brevísimo recuento podemos identificar 2 elementos que están fuera del proceso actual de Morena y de Futuro 21. El primero y más importante es que no surge de la gente, de la resistencia ciudadana, de los movimientos ni las organizaciones sociales, esto va a generar un vacío que ningún personaje ni declaración de principios podrá llenar y será el origen de su fin. Por su parte, Morena está alejándose de la gente cada vez más, por mucho que el Presidente esté en gira permanente.

Como segundo elemento está la ausencia de una ideología de izquierda que permita dar orientación a prácticas y posturas políticas correctas. Para muchos, entrar a este tema es incómodo y hasta innecesario, pero nunca pasará de moda conocer las necesidades de la gente y trabajar para defenderlas, promover conjuntamente su desarrollo o mejorar su calidad de vida sin protagonismos.

Futuro 21 está muy concentrado en la lógica partidista, se preocupa por ser el contrapeso de AMLO y tener diputados en las elecciones intermedias. Y Morena está pensando en acumular su poder institucional, pero nada más. Ambos han evitado manifestarse ideológicamente desde una posición de izquierda, como si fuera un lastre o una vergüenza.

La izquierda mexicana siempre ha buscado la transformación de la sociedad, siguiendo las ideas justas de la gente y aprovechando de la experiencia de las luchas populares. Todas las banderas sociales que defendieron los partidos históricos de la izquierda ahí siguen.

Mientras las personas no participen de manera consciente y organizada en la transformación de su propia realidad, la izquierda mexicana tiene razón de existir, dentro o fuera de Morena o de Futuro 21.


Twitter / Facebook: @CzarArenas

En estas semanas hemos sido testigos de un par de episodios de la izquierda partidista nacional que sin duda comenzarán a delinear su futuro próximo.

Por un lado, los senadores de Morena protagonizaron una abierta confrontación por un cargo al interior de la cámara alta y han demostrado con ello, que la próxima renovación de su dirigencia no será un día de campo. Luego, varios políticos que en su momento fueron importantes protagonistas del PRD finalmente hicieron pública su renuncia al partido tras la realización de la primera asamblea de Futuro 21.

Ambos sucesos sólo describen una cosa: miopía política, pero ¿qué lecciones podría darnos la historia para comprender mejor este momento?

Recordemos que a mediados de los setentas, el Partido Revolucionario de los Trabajadores se creó al fusionarse la Liga Comunista Internacional y la Liga Socialista. Muchos sus fundadores contaban con una orientación política de izquierda y habían participado en los movimientos estudiantiles, luchas sindicales y campesinas.

Iniciando los ochentas, la fusión del Partido Comunista y otras organizaciones de izquierda permite la constitución del PSUM. Este partido también contaba con una ideología política de izquierda y logró alcanzar triunfos a partir de sus alianzas con movimientos sociales y ciudadanos a nivel local en varios puntos del país.

En 1987, distintos partidos y organizaciones dan vida al Partido Mexicano Socialista (PMS), el cual es considerado como el más ambicioso proyecto unificador de la izquierda mexicana al integrar en un solo partido al PSUM, al PMT y varias otras organizaciones de izquierda. Dos años más tarde, el PMS permitió usar su registro para la fundación del PRD y en 1991 surge el PT tras la fusión de diversas organizaciones sociales populares, campesinas y de trabajadores.

Con este brevísimo recuento podemos identificar 2 elementos que están fuera del proceso actual de Morena y de Futuro 21. El primero y más importante es que no surge de la gente, de la resistencia ciudadana, de los movimientos ni las organizaciones sociales, esto va a generar un vacío que ningún personaje ni declaración de principios podrá llenar y será el origen de su fin. Por su parte, Morena está alejándose de la gente cada vez más, por mucho que el Presidente esté en gira permanente.

Como segundo elemento está la ausencia de una ideología de izquierda que permita dar orientación a prácticas y posturas políticas correctas. Para muchos, entrar a este tema es incómodo y hasta innecesario, pero nunca pasará de moda conocer las necesidades de la gente y trabajar para defenderlas, promover conjuntamente su desarrollo o mejorar su calidad de vida sin protagonismos.

Futuro 21 está muy concentrado en la lógica partidista, se preocupa por ser el contrapeso de AMLO y tener diputados en las elecciones intermedias. Y Morena está pensando en acumular su poder institucional, pero nada más. Ambos han evitado manifestarse ideológicamente desde una posición de izquierda, como si fuera un lastre o una vergüenza.

La izquierda mexicana siempre ha buscado la transformación de la sociedad, siguiendo las ideas justas de la gente y aprovechando de la experiencia de las luchas populares. Todas las banderas sociales que defendieron los partidos históricos de la izquierda ahí siguen.

Mientras las personas no participen de manera consciente y organizada en la transformación de su propia realidad, la izquierda mexicana tiene razón de existir, dentro o fuera de Morena o de Futuro 21.


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