/ domingo 5 de agosto de 2018

Hipotecando el futuro

Todos los seres vivos explotamos los recursos naturales para nuestra subsistencia. Este principio se aplica por igual a las bacterias que a las ballenas y, por supuesto, a los humanos. La diferencia fundamental de nuestra especie a diferencia de todas las demás que existen o han existido es que desarrollamos tecnología y que esa tecnología nos permite aprovechar de manera más intensiva los recursos naturales, extendiendo y profundizando su explotación.

Los recursos naturales se dividen en dos grandes grupos: renovables y no renovables. Entre los no renovables se encuentra el gas helio que desperdiciamos en globos inflables, algunos minerales como las tierras raras que se usan en dispositivos electrónicos y, por supuesto, el petróleo que, aunque en el sentido más estricto es recuperable, su ciclo tarda millones de años. Entre los renovables tenemos los bosques, el agua y también nuestros alimentos.

La tierra tiene un presupuesto anual de recursos naturales, esto es, su ciclo natural permite que se renueven cada año. Por ejemplo, un lago recuperará su nivel al final del ciclo de lluvias o un bosque recuperará su biomasa al final del invierno. Sin embargo, la explotación egoísta y desconsiderada que hacemos los humanos del medio ambiente nos lleva a que desde 1971 nos terminemos el presupuesto antes del 31 de diciembre. Para el 2018 nuestro crédito con el planeta se agotó el 1o de agosto pasado, es decir, que a partir de ese día estamos viviendo de los recursos del próximo año y, como lo hemos venido haciendo sin corregir desde 1972, eso significa que ya nos agotamos lo que resta del siglo XXI.

La situación es extremadamente grave porque el fondo del asunto es que no estamos tomando hoy las decisiones correctas para que nuestros herederos puedan gozar de una vida próspera y saludable. Así como nos preocupamos de asegurarles a nuestros hijos un terreno, una parcela, un negocio o simplemente una cuenta de banco para que no tengan que comenzar de cero como nosotros también deberíamos de considerar que el agua, los bosques y los alimentos son parte del futuro al que tienen derecho y por lo tanto actuar en consecuencia.

La solución es fácil y difícil al mismo tiempo: consumir menos. Fácil porque basta con preguntarnos antes de comprar un artículo si realmente lo necesitamos, si podemos caminar a algún lado en lugar de usar un auto, si no podemos reutilizar un objeto en lugar de generar basura con plástico de un solo uso, si podemos incorporar a nuestra dieta más alimentos crudos en lugar de procesados, si podemos sustituir un objeto importado por uno local. Difícil porque estamos inmersos en una sociedad de consumo donde la publicidad nos seduce y nos convence que nos merecemos todo ahora y que no importa el futuro.

Escribo esto hoy para generar conciencia entre quienes tenemos edad para tomar decisiones pero si por ahí lo leen niños o jóvenes, pues también es para ustedes, para que sepan que los adultos les estamos fallando y que les estamos entregando un futuro comprometido, endeudado, y que a nombre de mi generación les pido perdón.


Para mayor información y para otros temas los invito a conocer mi blog http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

Todos los seres vivos explotamos los recursos naturales para nuestra subsistencia. Este principio se aplica por igual a las bacterias que a las ballenas y, por supuesto, a los humanos. La diferencia fundamental de nuestra especie a diferencia de todas las demás que existen o han existido es que desarrollamos tecnología y que esa tecnología nos permite aprovechar de manera más intensiva los recursos naturales, extendiendo y profundizando su explotación.

Los recursos naturales se dividen en dos grandes grupos: renovables y no renovables. Entre los no renovables se encuentra el gas helio que desperdiciamos en globos inflables, algunos minerales como las tierras raras que se usan en dispositivos electrónicos y, por supuesto, el petróleo que, aunque en el sentido más estricto es recuperable, su ciclo tarda millones de años. Entre los renovables tenemos los bosques, el agua y también nuestros alimentos.

La tierra tiene un presupuesto anual de recursos naturales, esto es, su ciclo natural permite que se renueven cada año. Por ejemplo, un lago recuperará su nivel al final del ciclo de lluvias o un bosque recuperará su biomasa al final del invierno. Sin embargo, la explotación egoísta y desconsiderada que hacemos los humanos del medio ambiente nos lleva a que desde 1971 nos terminemos el presupuesto antes del 31 de diciembre. Para el 2018 nuestro crédito con el planeta se agotó el 1o de agosto pasado, es decir, que a partir de ese día estamos viviendo de los recursos del próximo año y, como lo hemos venido haciendo sin corregir desde 1972, eso significa que ya nos agotamos lo que resta del siglo XXI.

La situación es extremadamente grave porque el fondo del asunto es que no estamos tomando hoy las decisiones correctas para que nuestros herederos puedan gozar de una vida próspera y saludable. Así como nos preocupamos de asegurarles a nuestros hijos un terreno, una parcela, un negocio o simplemente una cuenta de banco para que no tengan que comenzar de cero como nosotros también deberíamos de considerar que el agua, los bosques y los alimentos son parte del futuro al que tienen derecho y por lo tanto actuar en consecuencia.

La solución es fácil y difícil al mismo tiempo: consumir menos. Fácil porque basta con preguntarnos antes de comprar un artículo si realmente lo necesitamos, si podemos caminar a algún lado en lugar de usar un auto, si no podemos reutilizar un objeto en lugar de generar basura con plástico de un solo uso, si podemos incorporar a nuestra dieta más alimentos crudos en lugar de procesados, si podemos sustituir un objeto importado por uno local. Difícil porque estamos inmersos en una sociedad de consumo donde la publicidad nos seduce y nos convence que nos merecemos todo ahora y que no importa el futuro.

Escribo esto hoy para generar conciencia entre quienes tenemos edad para tomar decisiones pero si por ahí lo leen niños o jóvenes, pues también es para ustedes, para que sepan que los adultos les estamos fallando y que les estamos entregando un futuro comprometido, endeudado, y que a nombre de mi generación les pido perdón.


Para mayor información y para otros temas los invito a conocer mi blog http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

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