/ martes 10 de noviembre de 2020

Impunidad de los ataques contra periodistas

La Organización de las Naciones Unidas nos ha convocado a dar la lucha implacable contra los asesinatos de periodistas en México, y contra todo género de ataques a su integridad, porque un atentado contra ellos significa no solo una agresión contra el derecho a la libre manifestación de las ideas, sino un retraso en la libertad y la cultura de toda la nación.

La Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de la organización mundial (UNESCO) ha programado para los días 9 y 10 de diciembre del presente, una jornada mundial contra la impunidad de los ataques contra los periodistas, ya que es un fenómeno que se ha venido incrementando especialmente en México, tomando en cuenta que los reporteros se encuentran en primera línea de fuego en la denuncia de las actividades del crimen organizado y los funcionarios corruptos.

De 30 años a la fecha, se han podido enlistar 339 asesinatos de periodistas, de los cuales 289 se han perpetrado directamente contra ellos; también han sido muertos 4 locutores, 12 trabajadores de la prensa, 15 familiares y amigos, 2 civiles y 2 escoltas de periodistas.

Los atentados más recientes costaron la vida a la periodista Miroslava Breach, corresponsal del periódico “La Jornada” en Chihuahua, por un grupo de sicarios, a causa de sus trabajos de investigación de actividades de los criminales en la sierra de Chihuahua. Este juicio se desarrolla actualmente en la capital chihuahuense.

También fue ultimado en fecha reciente Javier Valdez, fundador y co-director del semanario Ríodoce, de Culiacán, Sinaloa, por un comando de sicarios enviados por el Cártel de Sinaloa. Estos hechos se produjeron después de que el periodista publicó una investigación que se refería específicamente a las actividades de dicho cártel.

Hay que agregar que actualmente se presenta en los medios nacionales una recreación de la figura y la voz de Javier Valdez, llamando a los mexicanos a no olvidar los crímenes contra periodistas, y al gobierno para que se aplique en la prevención de tales delitos y en reactivar las indagatorias judiciales para que dichos ilícitos no queden impunes.

La lista de periodistas muertos o lesionados en México es interminable. Baste señalar algunos nombres:

Jesús Blancornelas, director del semanario ZETA de Tijuana, Baja California, fue atacado en 1997 por un comando de sicarios que lo atacó con armas de fuego y lo dejó semiparalizado. El gobierno le asignó una guardia personal de 11 soldados de la agrupación GAFE (Grupo Aéreo de Fuerzas Especiales). Blancornelas murió en 2006 víctima de los efectos de un cáncer estomacal.

Héctor Félix Miranda (El Gato Félix) murió en 1988. También trabajaba para ZETA. Criticaba duramente a Jorge Hank Rohn, empresario de Tijuana. Félix Miranda hacía investigaciones sobre corrupción de funcionarios.

Hay una lista documentada de al menos 133 periodistas asesinados en el cumplimiento de su oficio. En especial, una lista publicada por Linalóe R. Flores en el Diario Digital, Sin Embargo.

En Morelos han muerto muchos periodistas. Podemos citar los casos de Rogelio Barragán, asesinado en abril, en Zacatepec, y Samir Flores, quien dirigía Radio Amilcingo, cuyo homicidio aún sigue en la impunidad.

México es el país más peligroso de América Latina para quienes ejercen el periodismo, y uno de los más peligrosos del mundo, incluso por encima de países que oficialmente se encuentran en guerra, como en el caso de Siria. México es solo superado en muertes de periodistas por Irak.

Los periodistas mexicanos –hombres y mujeres-- han continuado con sus investigaciones y han seguido publicando en sus medios, en todo México, a pesar de la amenaza latente que pesa sobre sus vidas y las de sus familias. “Informar para vivir, y morir por informar” ha sido el lema inexorable que ha alumbrado su camino y los ha llevado a la muerte.

De las 32 entidades del país, hay 11 estados que tienen leyes que contemplan mecanismos de protección a periodistas; 2 entidades más tienen convenios con el mecanismo federal de protección; en 11 estados hay iniciativas para proteger a periodistas, y el resto (8 estados) no tiene nada. Morelos cuenta con un mecanismo legal de protección, pero igual siguen muriendo periodistas y también sus muertes siguen en la impunidad.

Es el momento de exigir de manera enérgica al gobierno federal y a los gobiernos de los estados, el pronto esclarecimiento de los crímenes contra periodistas, así como la creación y aplicación práctica de mecanismos de protección que realmente sirvan al valioso objetivo de proteger la vida e integridad física de las personas que ejercen el periodismo, una función vital para el funcionamiento de una sociedad democrática.

Solo los regímenes fascistas acallan las voces del periodismo crítico e independiente, y pueden florecer atropellando los derechos de una sociedad callada, sujeta al terror de la represión.

La Organización de las Naciones Unidas nos ha convocado a dar la lucha implacable contra los asesinatos de periodistas en México, y contra todo género de ataques a su integridad, porque un atentado contra ellos significa no solo una agresión contra el derecho a la libre manifestación de las ideas, sino un retraso en la libertad y la cultura de toda la nación.

La Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de la organización mundial (UNESCO) ha programado para los días 9 y 10 de diciembre del presente, una jornada mundial contra la impunidad de los ataques contra los periodistas, ya que es un fenómeno que se ha venido incrementando especialmente en México, tomando en cuenta que los reporteros se encuentran en primera línea de fuego en la denuncia de las actividades del crimen organizado y los funcionarios corruptos.

De 30 años a la fecha, se han podido enlistar 339 asesinatos de periodistas, de los cuales 289 se han perpetrado directamente contra ellos; también han sido muertos 4 locutores, 12 trabajadores de la prensa, 15 familiares y amigos, 2 civiles y 2 escoltas de periodistas.

Los atentados más recientes costaron la vida a la periodista Miroslava Breach, corresponsal del periódico “La Jornada” en Chihuahua, por un grupo de sicarios, a causa de sus trabajos de investigación de actividades de los criminales en la sierra de Chihuahua. Este juicio se desarrolla actualmente en la capital chihuahuense.

También fue ultimado en fecha reciente Javier Valdez, fundador y co-director del semanario Ríodoce, de Culiacán, Sinaloa, por un comando de sicarios enviados por el Cártel de Sinaloa. Estos hechos se produjeron después de que el periodista publicó una investigación que se refería específicamente a las actividades de dicho cártel.

Hay que agregar que actualmente se presenta en los medios nacionales una recreación de la figura y la voz de Javier Valdez, llamando a los mexicanos a no olvidar los crímenes contra periodistas, y al gobierno para que se aplique en la prevención de tales delitos y en reactivar las indagatorias judiciales para que dichos ilícitos no queden impunes.

La lista de periodistas muertos o lesionados en México es interminable. Baste señalar algunos nombres:

Jesús Blancornelas, director del semanario ZETA de Tijuana, Baja California, fue atacado en 1997 por un comando de sicarios que lo atacó con armas de fuego y lo dejó semiparalizado. El gobierno le asignó una guardia personal de 11 soldados de la agrupación GAFE (Grupo Aéreo de Fuerzas Especiales). Blancornelas murió en 2006 víctima de los efectos de un cáncer estomacal.

Héctor Félix Miranda (El Gato Félix) murió en 1988. También trabajaba para ZETA. Criticaba duramente a Jorge Hank Rohn, empresario de Tijuana. Félix Miranda hacía investigaciones sobre corrupción de funcionarios.

Hay una lista documentada de al menos 133 periodistas asesinados en el cumplimiento de su oficio. En especial, una lista publicada por Linalóe R. Flores en el Diario Digital, Sin Embargo.

En Morelos han muerto muchos periodistas. Podemos citar los casos de Rogelio Barragán, asesinado en abril, en Zacatepec, y Samir Flores, quien dirigía Radio Amilcingo, cuyo homicidio aún sigue en la impunidad.

México es el país más peligroso de América Latina para quienes ejercen el periodismo, y uno de los más peligrosos del mundo, incluso por encima de países que oficialmente se encuentran en guerra, como en el caso de Siria. México es solo superado en muertes de periodistas por Irak.

Los periodistas mexicanos –hombres y mujeres-- han continuado con sus investigaciones y han seguido publicando en sus medios, en todo México, a pesar de la amenaza latente que pesa sobre sus vidas y las de sus familias. “Informar para vivir, y morir por informar” ha sido el lema inexorable que ha alumbrado su camino y los ha llevado a la muerte.

De las 32 entidades del país, hay 11 estados que tienen leyes que contemplan mecanismos de protección a periodistas; 2 entidades más tienen convenios con el mecanismo federal de protección; en 11 estados hay iniciativas para proteger a periodistas, y el resto (8 estados) no tiene nada. Morelos cuenta con un mecanismo legal de protección, pero igual siguen muriendo periodistas y también sus muertes siguen en la impunidad.

Es el momento de exigir de manera enérgica al gobierno federal y a los gobiernos de los estados, el pronto esclarecimiento de los crímenes contra periodistas, así como la creación y aplicación práctica de mecanismos de protección que realmente sirvan al valioso objetivo de proteger la vida e integridad física de las personas que ejercen el periodismo, una función vital para el funcionamiento de una sociedad democrática.

Solo los regímenes fascistas acallan las voces del periodismo crítico e independiente, y pueden florecer atropellando los derechos de una sociedad callada, sujeta al terror de la represión.