/ viernes 19 de agosto de 2022

Desmantelando instituciones

En el gobierno del Dr. Marco Adame y bajo los auspicios del gobierno federal, se inició la modernización del Registro Público de la Propiedad del estado de Morelos. Se instaló una plataforma digital para agilizar procesos vía remota. Se hizo un trabajo muy serio y profesional de capacitación del personal, a tal grado que para 2012, el registro de Morelos se convirtió en el mejor del país: el número uno.

En octubre del 2012, con la llegada del nuevo gobierno encabezado por Graco Ramírez, se reformó la Ley del Registro Público y se creó el Instituto de Servicios Registrales y Catastrales del Estado de Morelos, el ISRYCEM. Con esta reforma se avanzó en la modernización del registro manteniendo el primer lugar nacional, todo un orgullo para el estado de Morelos.

Los trámites se podían hacer en muy poco tiempo y de manera sencilla, y sobre todo sin tener que tratar con ningún funcionario del Instituto, reduciendo la posibilidad de actos de corrupción.

Los usuarios del Instituto podían tramitar en línea por ejemplo, la libertad de gravamen de una propiedad de manera inmediata; los notarios del estado podían registrar e inscribir una escritura en menos de tres días, sin necesidad de acudir a la ventanilla de las oficinas.

En el 2018 al llegar la actual administración, las cosas cambiaron radicalmente. No solo se abandonó la política de modernización del ISRYCEM, también dejó de funcionar la plataforma digital para realizar los trámites en línea y se regresó al trámite en papel y en ventanilla. Un retroceso de más de dos décadas.

Nombraron funcionarios sin el perfil adecuado, se dejó de invertir en tecnología y aquella plataforma digital ya no existe. Es como si en una oficina o en su casa, usted cancelara Internet, apagara su computadora y se regresara a la máquina de escribir mecánica. De ese tamaño ha sido el desmantelamiento de una institución que por muchos años fue orgullo de los morelenses.

Los notarios públicos son los usuarios más frecuentes del Instituto, he hablado del tema con varios de ellos; todos me han dicho que el registro está peor que nunca, que no se mueve nada sin dinero, así de claro. Hoy los trámites tienen un costo por los derechos establecidos en la Ley y un costo adicional por la corrupción. Un notario me decía: “si no pagas simplemente los trámites no caminan”.

Para colmo el ISRYCEM no tiene director general, hay un encargado de despacho que según me informan, no cumple con los requisitos que marca el artículo 13 de la Ley para ocupar dicho cargo: cumplir con una residencia de diez años en el estado; acreditar conocimientos y experiencia en materia registral y notarial, contar con amplia solvencia moral y prestigio profesional. Se dice que tiene denuncias por corrupción y extorsión, que es muy cercano al Gobernador futbolista y al hermano; requisitos suficientes en los tiempos de la 4T.

Por todo lo anterior, no es casual que hoy por hoy el registro público de la propiedad de Morelos ocupe los últimos lugares del país, sino es que ocupa el último lugar en eficiencia y calidad; de lo que podemos estar seguros es que ocupa los primeros lugares en corrupción. Una vergüenza para Morelos.


En el gobierno del Dr. Marco Adame y bajo los auspicios del gobierno federal, se inició la modernización del Registro Público de la Propiedad del estado de Morelos. Se instaló una plataforma digital para agilizar procesos vía remota. Se hizo un trabajo muy serio y profesional de capacitación del personal, a tal grado que para 2012, el registro de Morelos se convirtió en el mejor del país: el número uno.

En octubre del 2012, con la llegada del nuevo gobierno encabezado por Graco Ramírez, se reformó la Ley del Registro Público y se creó el Instituto de Servicios Registrales y Catastrales del Estado de Morelos, el ISRYCEM. Con esta reforma se avanzó en la modernización del registro manteniendo el primer lugar nacional, todo un orgullo para el estado de Morelos.

Los trámites se podían hacer en muy poco tiempo y de manera sencilla, y sobre todo sin tener que tratar con ningún funcionario del Instituto, reduciendo la posibilidad de actos de corrupción.

Los usuarios del Instituto podían tramitar en línea por ejemplo, la libertad de gravamen de una propiedad de manera inmediata; los notarios del estado podían registrar e inscribir una escritura en menos de tres días, sin necesidad de acudir a la ventanilla de las oficinas.

En el 2018 al llegar la actual administración, las cosas cambiaron radicalmente. No solo se abandonó la política de modernización del ISRYCEM, también dejó de funcionar la plataforma digital para realizar los trámites en línea y se regresó al trámite en papel y en ventanilla. Un retroceso de más de dos décadas.

Nombraron funcionarios sin el perfil adecuado, se dejó de invertir en tecnología y aquella plataforma digital ya no existe. Es como si en una oficina o en su casa, usted cancelara Internet, apagara su computadora y se regresara a la máquina de escribir mecánica. De ese tamaño ha sido el desmantelamiento de una institución que por muchos años fue orgullo de los morelenses.

Los notarios públicos son los usuarios más frecuentes del Instituto, he hablado del tema con varios de ellos; todos me han dicho que el registro está peor que nunca, que no se mueve nada sin dinero, así de claro. Hoy los trámites tienen un costo por los derechos establecidos en la Ley y un costo adicional por la corrupción. Un notario me decía: “si no pagas simplemente los trámites no caminan”.

Para colmo el ISRYCEM no tiene director general, hay un encargado de despacho que según me informan, no cumple con los requisitos que marca el artículo 13 de la Ley para ocupar dicho cargo: cumplir con una residencia de diez años en el estado; acreditar conocimientos y experiencia en materia registral y notarial, contar con amplia solvencia moral y prestigio profesional. Se dice que tiene denuncias por corrupción y extorsión, que es muy cercano al Gobernador futbolista y al hermano; requisitos suficientes en los tiempos de la 4T.

Por todo lo anterior, no es casual que hoy por hoy el registro público de la propiedad de Morelos ocupe los últimos lugares del país, sino es que ocupa el último lugar en eficiencia y calidad; de lo que podemos estar seguros es que ocupa los primeros lugares en corrupción. Una vergüenza para Morelos.


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