/ miércoles 14 de julio de 2021

La consulta popular

En la actualidad la mayoría de los países han adoptado a la democracia como su forma de gobierno, sin embargo, es menester entender lo que implica la democracia y su desarrollo en el pensamiento político mexicano.

Si bien es cierto etimológicamente democracia deriva de dos vocablos griegos, demos que significa pueblo, y kratos que se refiere a poder o gobierno, por lo que democracia es el poder o gobierno del pueblo, en México no ha terminado por consolidarse, ya que a la democracia no solo debemos concebirla desde un aspecto formal-procedimental para la elección de representantes sino como un tipo de Estado donde la legitimidad del poder político es su fundamento en las diferentes etapas de la fenomenología del poder político.

En virtud de ello, la consulta popular resulta ser un mecanismo de participación ciudadana propio de un régimen de democracia semidirecta, algo que en México no ha sido lo suficientemente desarrollado a nivel institucional ni como parte de la cultura política, pues a pesar de que a nivel local hay legislación al respecto, no ha sido una constante su ejercicio.

Hay que tener presente que después de la Revolución Mexicana, el sistema político mexicano se sustentó en dos pilares: el presidencialismo y el partido oficial. Durante casi 50 años, el sistema político se caracterizó por una rigidez política que fue objeto de crítica por sus tintes de autoritarismo, no había una pluralidad en el Poder Legislativo, la oposición que caía en el Partido Acción Nacional era opaca e incluso desempeñaba un papel de acompañamiento y legitimación del régimen político, por lo que a partir de la década de los años setenta se han suscitado una serie de reformas político-electorales que han permitido poco a poco penetrar en ese hermetismo político propio del sistema mexicano. En 2014 se dio la última gran reforma en la materia a nivel federal donde se instituyeron constitucionalmente dos mecanismo de democracia indirecta: la iniciativa ciudadana y la consulta popular, sin embargo, en el caso de la consulta, se confeccionó con muchos candados para que no se llevase a la práctica, pues lo importante era que estuviese como figura de ornato en el texto constitucional pues al gobierno en turno no le interesaba que se llevase a la práctica, era más que nada un formalismo cumplido como muchas otras reformas que han carecido de eficacia.

Ahora, con el cambio de régimen, se busca construir esa cultura de participación ciudadana que en México aún falta mucho por desarrollar, por lo que el 1° de agosto se efectuará la primera consulta popular a nivel federal sobre “enjuiciar” a los ex presidentes de México bajo la siguiente pregunta: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”.

Dicha consulta ha sido objeto de controversia, sin embargo, lo que hay que resaltar es la importancia de que la ciudadanía se vaya involucrando cada vez más en la toma de decisiones para legitimar el ejercicio del poder político, algo que en México no se ha dado debidamente.

En la actualidad la mayoría de los países han adoptado a la democracia como su forma de gobierno, sin embargo, es menester entender lo que implica la democracia y su desarrollo en el pensamiento político mexicano.

Si bien es cierto etimológicamente democracia deriva de dos vocablos griegos, demos que significa pueblo, y kratos que se refiere a poder o gobierno, por lo que democracia es el poder o gobierno del pueblo, en México no ha terminado por consolidarse, ya que a la democracia no solo debemos concebirla desde un aspecto formal-procedimental para la elección de representantes sino como un tipo de Estado donde la legitimidad del poder político es su fundamento en las diferentes etapas de la fenomenología del poder político.

En virtud de ello, la consulta popular resulta ser un mecanismo de participación ciudadana propio de un régimen de democracia semidirecta, algo que en México no ha sido lo suficientemente desarrollado a nivel institucional ni como parte de la cultura política, pues a pesar de que a nivel local hay legislación al respecto, no ha sido una constante su ejercicio.

Hay que tener presente que después de la Revolución Mexicana, el sistema político mexicano se sustentó en dos pilares: el presidencialismo y el partido oficial. Durante casi 50 años, el sistema político se caracterizó por una rigidez política que fue objeto de crítica por sus tintes de autoritarismo, no había una pluralidad en el Poder Legislativo, la oposición que caía en el Partido Acción Nacional era opaca e incluso desempeñaba un papel de acompañamiento y legitimación del régimen político, por lo que a partir de la década de los años setenta se han suscitado una serie de reformas político-electorales que han permitido poco a poco penetrar en ese hermetismo político propio del sistema mexicano. En 2014 se dio la última gran reforma en la materia a nivel federal donde se instituyeron constitucionalmente dos mecanismo de democracia indirecta: la iniciativa ciudadana y la consulta popular, sin embargo, en el caso de la consulta, se confeccionó con muchos candados para que no se llevase a la práctica, pues lo importante era que estuviese como figura de ornato en el texto constitucional pues al gobierno en turno no le interesaba que se llevase a la práctica, era más que nada un formalismo cumplido como muchas otras reformas que han carecido de eficacia.

Ahora, con el cambio de régimen, se busca construir esa cultura de participación ciudadana que en México aún falta mucho por desarrollar, por lo que el 1° de agosto se efectuará la primera consulta popular a nivel federal sobre “enjuiciar” a los ex presidentes de México bajo la siguiente pregunta: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”.

Dicha consulta ha sido objeto de controversia, sin embargo, lo que hay que resaltar es la importancia de que la ciudadanía se vaya involucrando cada vez más en la toma de decisiones para legitimar el ejercicio del poder político, algo que en México no se ha dado debidamente.