/ lunes 14 de junio de 2021

La dimensión de la victoria

La tormenta amainó y después de una semana de jaloneos el aire parece limpiarse al menos temporalmente lo cual nos permite observar los cambios en la topografía política, el PAN y el PRI festejan pírricos triunfos que se reducen a la CDMX, logros que parece utilizan como pretexto para desviar la atención del evidente fracaso por no haber conseguido el principal objetivo de la alianza: apoderarse del congreso.

Todos los dirigentes partidistas sin excepción no tienen cabida en el cerebro para la autocrítica, no existe posibilidad de la aceptación de la realidad, así tenemos un Mario Delgado que se asume como principal factor de la aplanadora morenista en los resultados de la contienda en cuanto a gubernaturas se refiere, 12 entidades obtenidas por Morena o sus aliados no es poca cosa cuando solo 3 escaparon a la influencia lopezobradorista, esto a pesar de la pésima dirigencia y mecánica de selección de candidatos.

Mesurados han resultado personajes panistas de la talla de Gustavo Madero y Javier Corral quienes ante los petulantes discursos de sus correligionarios han planteado un escenario más cercano a la realidad, Madero mencionó “Alianza PAN-PRI-PRD recibió una paliza de Morena y en 2024 puede ser similar” resulta que el senador y ex dirigente panista dijo que se engañan quienes afirman que le arrebataron la mayoría calificada a López Obrador y a los morenistas, abundó diciendo “Aunque nos duela reconocer, Morena y sus aliados seguirán aprobando el presupuesto, todas la iniciativas y cambios legales que quieran, con sus propios votos, también podrán modificar la constitución y los nombramientos si convencen a unos cuantos legisladores del PRI o del MC”.

En ese contexto, el Presidente agitó el avispero (como suele suceder) al mencionar que para obtener mayoría calificada le bastaría con pactar con algunos legisladores del PRI o de cualquier otro partido, esto tuvo una generalizada y colérica reacción por parte de sus adversarios que no alcanzan a digerir que AMLO llame a las cosas por su nombre, el consenso es común en el quehacer legislativo, mucho más de lo que todos imaginamos y a eso sumo un “sospechosismo” a título personal, la victoria de Layda Sansores en Campeche pone en situación de vulnerabilidad extrema a Alejandro “Alito” Moreno, los escándalos de corrupción por presuntos desvíos a través de un esquema de empresas fantasma y “factureras” durante la gestión del líder priista como gobernador de aquel Estado no son pocos, la presión podría iniciar ahí, quien al interior del partido pide la cabeza de Alito por los resultados electorales sin duda debe tener entre sus motivaciones dicha situación.

El INE ha confirmado ya lo que se veía venir, Morena tiene mayoría en el congreso no hay vuelta de hoja, además domina con sus aliados 18 congresos locales, entre los que se encuentra el de Tamaulipas, algo que podrá en jaque al actual gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca quien hasta el momento goza del favor de su congreso y algunos jueces, el diputado Mier Velazco se adelanta a afirmar que la mayoría morenista de la nueva legislatura local separará del cargo a Cabeza de Vaca, sobre quien pesa una orden de aprehensión por los delitos de delincuencia organizada y operación con recursos de procedencia ilícita, los amparos llueven y la plaza se calienta.

Parece que el beneficio en su relación con el costo no cumple las expectativas que las cúpulas empresariales lideradas por Claudio X. González y Gustavo de Hoyos esperaban, el Presidente se ha reunido con el CMN (Consejo Mexicano de Negocios) en una especie de ceremonia para fumar la pipa de la paz, tomar en cuenta a ese sector empresarial es tarea obligatoria, sin embargo en esta batalla nadie salió bien librado, López Obrador en realidad lamenta el golpe que su orgullo sufrió en casa, la CDMX se dividió, cierto democráticamente pero eso no es consuelo suficiente para el mandatario quien arremetió de forma equivocada contra la “clase media” calificándola peyorativamente como “aspiracionistas” en un intento por cerrar el perímetro alrededor de sus simpatizantes “los pobres”, tal vez olvida el Presidente de México que él mismo fue un joven “aspiracionista” razón que lo llevó de un pueblito del sureste mexicano a Palacio Nacional, este acto de polarización costará como todas las pifias del ejecutivo, la línea 12 del Metro y las filtraciones al NYT será el parque a utilizar en las batallas que vienen, pero pasado el fragor de la contienda algo resulta evidente, la dimensión de la victoria sin duda es menor de lo que se cacarea, nadie ganó todo lo que esperaba, simplemente unos perdieron mucho y otros perdieron menos.

La tormenta amainó y después de una semana de jaloneos el aire parece limpiarse al menos temporalmente lo cual nos permite observar los cambios en la topografía política, el PAN y el PRI festejan pírricos triunfos que se reducen a la CDMX, logros que parece utilizan como pretexto para desviar la atención del evidente fracaso por no haber conseguido el principal objetivo de la alianza: apoderarse del congreso.

Todos los dirigentes partidistas sin excepción no tienen cabida en el cerebro para la autocrítica, no existe posibilidad de la aceptación de la realidad, así tenemos un Mario Delgado que se asume como principal factor de la aplanadora morenista en los resultados de la contienda en cuanto a gubernaturas se refiere, 12 entidades obtenidas por Morena o sus aliados no es poca cosa cuando solo 3 escaparon a la influencia lopezobradorista, esto a pesar de la pésima dirigencia y mecánica de selección de candidatos.

Mesurados han resultado personajes panistas de la talla de Gustavo Madero y Javier Corral quienes ante los petulantes discursos de sus correligionarios han planteado un escenario más cercano a la realidad, Madero mencionó “Alianza PAN-PRI-PRD recibió una paliza de Morena y en 2024 puede ser similar” resulta que el senador y ex dirigente panista dijo que se engañan quienes afirman que le arrebataron la mayoría calificada a López Obrador y a los morenistas, abundó diciendo “Aunque nos duela reconocer, Morena y sus aliados seguirán aprobando el presupuesto, todas la iniciativas y cambios legales que quieran, con sus propios votos, también podrán modificar la constitución y los nombramientos si convencen a unos cuantos legisladores del PRI o del MC”.

En ese contexto, el Presidente agitó el avispero (como suele suceder) al mencionar que para obtener mayoría calificada le bastaría con pactar con algunos legisladores del PRI o de cualquier otro partido, esto tuvo una generalizada y colérica reacción por parte de sus adversarios que no alcanzan a digerir que AMLO llame a las cosas por su nombre, el consenso es común en el quehacer legislativo, mucho más de lo que todos imaginamos y a eso sumo un “sospechosismo” a título personal, la victoria de Layda Sansores en Campeche pone en situación de vulnerabilidad extrema a Alejandro “Alito” Moreno, los escándalos de corrupción por presuntos desvíos a través de un esquema de empresas fantasma y “factureras” durante la gestión del líder priista como gobernador de aquel Estado no son pocos, la presión podría iniciar ahí, quien al interior del partido pide la cabeza de Alito por los resultados electorales sin duda debe tener entre sus motivaciones dicha situación.

El INE ha confirmado ya lo que se veía venir, Morena tiene mayoría en el congreso no hay vuelta de hoja, además domina con sus aliados 18 congresos locales, entre los que se encuentra el de Tamaulipas, algo que podrá en jaque al actual gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca quien hasta el momento goza del favor de su congreso y algunos jueces, el diputado Mier Velazco se adelanta a afirmar que la mayoría morenista de la nueva legislatura local separará del cargo a Cabeza de Vaca, sobre quien pesa una orden de aprehensión por los delitos de delincuencia organizada y operación con recursos de procedencia ilícita, los amparos llueven y la plaza se calienta.

Parece que el beneficio en su relación con el costo no cumple las expectativas que las cúpulas empresariales lideradas por Claudio X. González y Gustavo de Hoyos esperaban, el Presidente se ha reunido con el CMN (Consejo Mexicano de Negocios) en una especie de ceremonia para fumar la pipa de la paz, tomar en cuenta a ese sector empresarial es tarea obligatoria, sin embargo en esta batalla nadie salió bien librado, López Obrador en realidad lamenta el golpe que su orgullo sufrió en casa, la CDMX se dividió, cierto democráticamente pero eso no es consuelo suficiente para el mandatario quien arremetió de forma equivocada contra la “clase media” calificándola peyorativamente como “aspiracionistas” en un intento por cerrar el perímetro alrededor de sus simpatizantes “los pobres”, tal vez olvida el Presidente de México que él mismo fue un joven “aspiracionista” razón que lo llevó de un pueblito del sureste mexicano a Palacio Nacional, este acto de polarización costará como todas las pifias del ejecutivo, la línea 12 del Metro y las filtraciones al NYT será el parque a utilizar en las batallas que vienen, pero pasado el fragor de la contienda algo resulta evidente, la dimensión de la victoria sin duda es menor de lo que se cacarea, nadie ganó todo lo que esperaba, simplemente unos perdieron mucho y otros perdieron menos.