/ martes 17 de diciembre de 2019

La guerra que nunca existió

Hasta hace unos años habría sido impensable la detención de un hombre poderoso que trascendió sexenios, Genaro García Luna.

Pero otra vez tuvo que ser fuera del país, donde se exhibe a quienes dirigieran estrategias de la mayor preocupación de los mexicanos en los últimos años: la seguridad.

En las últimas semanas, se ha intensificado la información sobre del gobierno de Vicente Fox y sus presuntos pactos con el crimen organizado; si bien la información viene de personas detenidas y juzgadas en el vecino país, son muy graves y no podemos omitirlas.

Sin embargo, el punto más álgido está en el periodo también panista de Felipe Calderón, cuya bandera para legitimarse era precisamente emprender la lucha contra el narcotráfico.

La “declaración de guerra” se tradujo en capital político que le ha valido para intentar tener su propio partido, así como la candidatura de su esposa Margarita Zavala en 2018.

Mas el combate parece haberse dado sólo en el discurso, porque hoy queda claro que se ha tratado de un favorecimiento a ciertos grupos y supuesto combate a otros ¿y hasta ahora nos enteramos de esto? No, en medios como The Economist, Edgardo Buscaglia, expuso desde hace doce años la protección del gobierno mexicano al Cártel de Sinaloa, pocos operativos, detenciones e incautaciones, mostraban indicios de la turbia relación.

Esta información no fue retomada por los medios de comunicación de mayor impacto en el país; por el contrario, si recordamos la relación estrecha entre García Luna y Televisa, quizá nos venga a la mente el operativo montado como escena de telenovela que desencadenó la liberación de la francesa sentenciada por secuestro Florence Cassez.

La guerra que nunca existió nos dejó desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, fosas clandestinas, un país convertido en cementerio de más de 250 mil personas, así como 40 mil desaparecidos, según las cifras oficiales.

Y más allá del jefe policiaco, las indagatorias deben alcanzar a quien en el discurso nos vendió con valentía el combate al narcotráfico, mientras se encargaba de negociar con los líderes delincuenciales protección y sobornos en plenas instalaciones de Los Pinos, según relata Anabel Hernández en su libro El Traidor.

Si el gobierno de Calderón nunca combatió a los cárteles, la mafia desde el gobierno queda manifiesta, por ello los mexicanos merecemos acceder a la información real y completa.

Esa perversidad es lo más preocupante, no se trata de “venganza” como dice querer evitar el Presidente Andrés Manuel López Obrador, sino de un verdadero intento de cambio de rumbo para dejar atrás al “narco- Estado” o lo que calificaría Fernando Solanas como la “mafiocracia” cuya existencia es clara en el Estado Mexicano.


Twitter: @michelleonofre

Hasta hace unos años habría sido impensable la detención de un hombre poderoso que trascendió sexenios, Genaro García Luna.

Pero otra vez tuvo que ser fuera del país, donde se exhibe a quienes dirigieran estrategias de la mayor preocupación de los mexicanos en los últimos años: la seguridad.

En las últimas semanas, se ha intensificado la información sobre del gobierno de Vicente Fox y sus presuntos pactos con el crimen organizado; si bien la información viene de personas detenidas y juzgadas en el vecino país, son muy graves y no podemos omitirlas.

Sin embargo, el punto más álgido está en el periodo también panista de Felipe Calderón, cuya bandera para legitimarse era precisamente emprender la lucha contra el narcotráfico.

La “declaración de guerra” se tradujo en capital político que le ha valido para intentar tener su propio partido, así como la candidatura de su esposa Margarita Zavala en 2018.

Mas el combate parece haberse dado sólo en el discurso, porque hoy queda claro que se ha tratado de un favorecimiento a ciertos grupos y supuesto combate a otros ¿y hasta ahora nos enteramos de esto? No, en medios como The Economist, Edgardo Buscaglia, expuso desde hace doce años la protección del gobierno mexicano al Cártel de Sinaloa, pocos operativos, detenciones e incautaciones, mostraban indicios de la turbia relación.

Esta información no fue retomada por los medios de comunicación de mayor impacto en el país; por el contrario, si recordamos la relación estrecha entre García Luna y Televisa, quizá nos venga a la mente el operativo montado como escena de telenovela que desencadenó la liberación de la francesa sentenciada por secuestro Florence Cassez.

La guerra que nunca existió nos dejó desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, fosas clandestinas, un país convertido en cementerio de más de 250 mil personas, así como 40 mil desaparecidos, según las cifras oficiales.

Y más allá del jefe policiaco, las indagatorias deben alcanzar a quien en el discurso nos vendió con valentía el combate al narcotráfico, mientras se encargaba de negociar con los líderes delincuenciales protección y sobornos en plenas instalaciones de Los Pinos, según relata Anabel Hernández en su libro El Traidor.

Si el gobierno de Calderón nunca combatió a los cárteles, la mafia desde el gobierno queda manifiesta, por ello los mexicanos merecemos acceder a la información real y completa.

Esa perversidad es lo más preocupante, no se trata de “venganza” como dice querer evitar el Presidente Andrés Manuel López Obrador, sino de un verdadero intento de cambio de rumbo para dejar atrás al “narco- Estado” o lo que calificaría Fernando Solanas como la “mafiocracia” cuya existencia es clara en el Estado Mexicano.


Twitter: @michelleonofre

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