/ lunes 25 de junio de 2018

La incongruencia histórica

El muy largo y por ende costoso proceso electoral entra en etapas finales, se van las campañas por el bien de la salud mental de la ciudadanía.

Las últimas encuestas finales mantienen resultados, a nivel nacional se acaparan todos los reflectores, Ricardo Anaya con su tardío divorcio de Peña Nieto y cargando con una alianza antinatura, parece no lograr la conexión indispensable a pesar de los enormes recursos económicos empleados y prometidos.

Jose Antonio Meade suspendido en la medianía, así, sin más; López Obrador recibiendo y aguantando los embates procurando explicar poco y pelear menos, y finalmente Jaime Rodríguez “El Bronco”, dando propuestas como las que él acostumbra, bárbaras pues.

Derivado de lo anterior, el panorama en el Estado de Morelos no está menos complejo y los inconexos también se hacen presentes; como sucede a nivel nacional, el ex rector y ahora también ex candidato al Gobierno del Estado, Alejandro Vera, después de un desangelado “abandono” durante el último debate de candidatos a gobernador organizado por el IMPEPAC, declinó el pasado domingo para unirse a Cuauhtémoc Blanco Bravo abanderado de Morena, PES y PT.

Desde hace ya hace varios meses, estos personajes de la política parecían tener ciertas cosas y objetivos en común, compartían causas, carencias y dolencias, ambos se dijeron perseguidos de Graco Ramírez, sin olvidar el apoyo moral de Vera con la clásica rueda de prensa, cuando el “Cuau” decidió levantar una huelga de hambre en protesta contra la mencionada persecución.

Hasta aquí todo iría bien, pero en auxilio a la flaca memoria que nos caracteriza a los mexicanos, existen hoy los videos y las redes conservan todo. Hace algunas semanas era precisamente el ex rector quien criticaba a Blanco Bravo por su inasistencia a un debate organizado por el sector empresarial, argumentó a los morelenses que el candidato a la gubernatura por la coalición “Juntos Haremos Historia” había faltado sencillamente para no ser evidenciado, pues según él, “Cuau” no era capaz de confrontar ideas, exponer propuestas, convencer a la ciudadanía a través del diálogo.

Incluso abundó su entonces antagonista, “se movía con 200 palabras en el mundo” y por lo tanto no tenía posibilidades de gobernar, pues bien, el escupir al cielo siempre tiene el mismo final y lo ha transformado en una oda a la incongruencia, al respaldar a un aspirante por quien recientemente pidió no votar.

Las elecciones de 2018 serán recordadas por grandes dosis de desfases ofrecidas y cuyas consecuencias saltan a la vista, alianzas bizarras, ideologías cruzadas han traído más perjuicios que beneficios para los actores políticos, o cómo se explica usted la ausencia en Morelos y el nulo apoyo de Anaya para Victor Caballero, panistas ambos; o al perredista Rodrigo Gayosso, llamando a votar por “ya saben quien” en una nueva y de moda figura, hija de la multicitada incongruencia: voto cruzado.

Esperemos pues los resultados que estos pecados cometidos por todos los partidos darán a cada uno de ellos, el día “D” y la madre de todas las batallas, está cerca.

El muy largo y por ende costoso proceso electoral entra en etapas finales, se van las campañas por el bien de la salud mental de la ciudadanía.

Las últimas encuestas finales mantienen resultados, a nivel nacional se acaparan todos los reflectores, Ricardo Anaya con su tardío divorcio de Peña Nieto y cargando con una alianza antinatura, parece no lograr la conexión indispensable a pesar de los enormes recursos económicos empleados y prometidos.

Jose Antonio Meade suspendido en la medianía, así, sin más; López Obrador recibiendo y aguantando los embates procurando explicar poco y pelear menos, y finalmente Jaime Rodríguez “El Bronco”, dando propuestas como las que él acostumbra, bárbaras pues.

Derivado de lo anterior, el panorama en el Estado de Morelos no está menos complejo y los inconexos también se hacen presentes; como sucede a nivel nacional, el ex rector y ahora también ex candidato al Gobierno del Estado, Alejandro Vera, después de un desangelado “abandono” durante el último debate de candidatos a gobernador organizado por el IMPEPAC, declinó el pasado domingo para unirse a Cuauhtémoc Blanco Bravo abanderado de Morena, PES y PT.

Desde hace ya hace varios meses, estos personajes de la política parecían tener ciertas cosas y objetivos en común, compartían causas, carencias y dolencias, ambos se dijeron perseguidos de Graco Ramírez, sin olvidar el apoyo moral de Vera con la clásica rueda de prensa, cuando el “Cuau” decidió levantar una huelga de hambre en protesta contra la mencionada persecución.

Hasta aquí todo iría bien, pero en auxilio a la flaca memoria que nos caracteriza a los mexicanos, existen hoy los videos y las redes conservan todo. Hace algunas semanas era precisamente el ex rector quien criticaba a Blanco Bravo por su inasistencia a un debate organizado por el sector empresarial, argumentó a los morelenses que el candidato a la gubernatura por la coalición “Juntos Haremos Historia” había faltado sencillamente para no ser evidenciado, pues según él, “Cuau” no era capaz de confrontar ideas, exponer propuestas, convencer a la ciudadanía a través del diálogo.

Incluso abundó su entonces antagonista, “se movía con 200 palabras en el mundo” y por lo tanto no tenía posibilidades de gobernar, pues bien, el escupir al cielo siempre tiene el mismo final y lo ha transformado en una oda a la incongruencia, al respaldar a un aspirante por quien recientemente pidió no votar.

Las elecciones de 2018 serán recordadas por grandes dosis de desfases ofrecidas y cuyas consecuencias saltan a la vista, alianzas bizarras, ideologías cruzadas han traído más perjuicios que beneficios para los actores políticos, o cómo se explica usted la ausencia en Morelos y el nulo apoyo de Anaya para Victor Caballero, panistas ambos; o al perredista Rodrigo Gayosso, llamando a votar por “ya saben quien” en una nueva y de moda figura, hija de la multicitada incongruencia: voto cruzado.

Esperemos pues los resultados que estos pecados cometidos por todos los partidos darán a cada uno de ellos, el día “D” y la madre de todas las batallas, está cerca.

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