/ miércoles 22 de junio de 2022

La inquietante cifra de suicidios en Japón: Una mayor amenaza que el Covid-19

Bertha Alvarado Banuet

Después de que Japón nos cautivara al presidir los Juegos Olímpicos a mediados de julio y agosto del año pasado, mismos fueron aplazados y que convirtieron a Tokio en la primera ciudad asiática en ser sede de uno de los eventos deportivos más controversiales, por llevarse a cabo en plena crisis sanitaria que hasta el momento ha dejado un saldo de alrededor de 28,000 muertes en Japón.

La nación del sol naciente siempre se ha caracterizado por ser un país ejemplar en temas de perseverancia y recuperación ante las adversidades. Para muestra un botón, durante la primera semana de noviembre del año pasado no se registró ninguna muerte de COVID-19 por primera vez en 15 meses, hito que solo pocas naciones habían logrado. En la actualidad, los contagios están decreciendo cada día, representando hasta febrero del año en curso un 42% del pico que es la media más alta.

Aunque todo pareciera ir bien, en medio de un rápido descenso de los contagios en el país, el numero de muertes por suicidios ha ido en aumento principalmente entre las mujeres y niños. De acuerdo a la Agencia Nacional de Policía de Japón, dentro del primer grupo de suicidas se dio entre los trabajadores administrativos (270 muertes, frente al promedio de cinco años de 204); otros trabajadores del sector servicios, en 194; empleados de ventas, en 133; y los trabajadores de la salud, en 174. Las autoridades estiman que este aumento se deba a la irregularidad laboral que ha traído la pandemia.

Generalmente los empleados "regulares" en Japón tienen contratos completos, un salario promedio, vacaciones, capacitaciones; entre otras prestaciones. Mientras que los trabajadores no regulares, que incluyen trabajos a tiempo parcial y no contratados, pueden hacer el mismo trabajo, pero en condiciones de trabajo mucho menos favorables y menores prestaciones lo cual genera una desestabilidad en sus vidas.

En 2003 las cifras alcanzaron su punto máximo con 34,427 suicidios, y aunque en el año 2020, el total cayó a 21,081 sigue siendo proporcionalmente uno de los más altos del mundo. Tradicionalmente, la mayoría de los suicidios todavía ocurren entre los hombres (14,055 el año pasado), pero esta tasa ha disminuido constantemente durante más de una década, debido a que la tasa laboral se ha expandido a otros campos y el gobierno ha trabajado arduamente en ello. Por lo que los grupos en aumento son las mujeres y los niños.

En el primer grupo, un elemento que ha impulsado la cifra de muertes es el avance tecnológico mismo que a su vez ha sido de gran importancia en la contención del virus, combinado con el nuevo estilo de vida post pandemia, cada día existen más usuarios en línea que consumen contenido que es difícilmente de controlar, como lo es el nuevo fenómeno denominado “celebridad” que ha ganado gran peso entre las mujeres, y que después de ver que dos actrices se quitaran la vida y lo publicarán en sus cuentas sociales, estimuló un aumento en el número de otras mujeres para hacer lo mismo.

Dentro del segundo grupo, el numero de suicidios de niños ha alcanzado un nuevo récord con la cantidad más alta que ha existido en más de 40 años. Según el Ministerio de Educación de Japón, generalmente las razones mas frecuentes detrás de estos suicidios se debe a problemas familiares, la presión al elegir su carrera estudiantil, las enfermedades mentales, y ser regañado por los padres. Se estima que esta alza se deba al cierre de escuelas y la interrupción de las clases presenciales, por lo que más estudiantes se negaron a asistir a clases debido a los cambios en su estilo de vida provocados por la pandemia. Las cifras son desalentadoras en un país que durante mucho tiempo ha luchado por reducir su tasa de suicidios inusualmente alta.

Japón solía tener la tasa de suicidios más alta del mundo desarrollado, por lo que el gobierno nipones ha trabajado para obtener una reducción de las tasas de suicidio en alrededor de un tercio. No obstante, el desempleo y los efectos provocados por la pandemia principalmente a las industrias más afectadas que son las que cuentan con mayor personal femenino, como el turismo, el comercio minorista y las industrias alimentarias han agravado la cifra en la tasa de suicidio en mujeres y niños.

Asimismo, el gobierno japonés en medio de la llamada quinta ola de infecciones de COVID-19, ha ordenado un estado de emergencia como otras medidas que incluyen el inicio del sistema de vacunación infantil, el levantamiento del estado de cuasi-emergencia en las 18 prefecturas que lo tienen, un aumento al cupo de entradas al país en 10,000 personas al día a partir de abril excluyendo el turismo y una disminución en la cuarentena de 7 días a 3 días. Dichas medidas se espera puedan tener un efecto positivo no solo en la reactivación de la economía y las cadenas de suministro pero también que impacten en una sociedad que por años se ha visto afectada por el deshonor y vergüenza arraigada en la cultura japonesa.

Twitter: @berthabanuet

Bertha Alvarado Banuet

Después de que Japón nos cautivara al presidir los Juegos Olímpicos a mediados de julio y agosto del año pasado, mismos fueron aplazados y que convirtieron a Tokio en la primera ciudad asiática en ser sede de uno de los eventos deportivos más controversiales, por llevarse a cabo en plena crisis sanitaria que hasta el momento ha dejado un saldo de alrededor de 28,000 muertes en Japón.

La nación del sol naciente siempre se ha caracterizado por ser un país ejemplar en temas de perseverancia y recuperación ante las adversidades. Para muestra un botón, durante la primera semana de noviembre del año pasado no se registró ninguna muerte de COVID-19 por primera vez en 15 meses, hito que solo pocas naciones habían logrado. En la actualidad, los contagios están decreciendo cada día, representando hasta febrero del año en curso un 42% del pico que es la media más alta.

Aunque todo pareciera ir bien, en medio de un rápido descenso de los contagios en el país, el numero de muertes por suicidios ha ido en aumento principalmente entre las mujeres y niños. De acuerdo a la Agencia Nacional de Policía de Japón, dentro del primer grupo de suicidas se dio entre los trabajadores administrativos (270 muertes, frente al promedio de cinco años de 204); otros trabajadores del sector servicios, en 194; empleados de ventas, en 133; y los trabajadores de la salud, en 174. Las autoridades estiman que este aumento se deba a la irregularidad laboral que ha traído la pandemia.

Generalmente los empleados "regulares" en Japón tienen contratos completos, un salario promedio, vacaciones, capacitaciones; entre otras prestaciones. Mientras que los trabajadores no regulares, que incluyen trabajos a tiempo parcial y no contratados, pueden hacer el mismo trabajo, pero en condiciones de trabajo mucho menos favorables y menores prestaciones lo cual genera una desestabilidad en sus vidas.

En 2003 las cifras alcanzaron su punto máximo con 34,427 suicidios, y aunque en el año 2020, el total cayó a 21,081 sigue siendo proporcionalmente uno de los más altos del mundo. Tradicionalmente, la mayoría de los suicidios todavía ocurren entre los hombres (14,055 el año pasado), pero esta tasa ha disminuido constantemente durante más de una década, debido a que la tasa laboral se ha expandido a otros campos y el gobierno ha trabajado arduamente en ello. Por lo que los grupos en aumento son las mujeres y los niños.

En el primer grupo, un elemento que ha impulsado la cifra de muertes es el avance tecnológico mismo que a su vez ha sido de gran importancia en la contención del virus, combinado con el nuevo estilo de vida post pandemia, cada día existen más usuarios en línea que consumen contenido que es difícilmente de controlar, como lo es el nuevo fenómeno denominado “celebridad” que ha ganado gran peso entre las mujeres, y que después de ver que dos actrices se quitaran la vida y lo publicarán en sus cuentas sociales, estimuló un aumento en el número de otras mujeres para hacer lo mismo.

Dentro del segundo grupo, el numero de suicidios de niños ha alcanzado un nuevo récord con la cantidad más alta que ha existido en más de 40 años. Según el Ministerio de Educación de Japón, generalmente las razones mas frecuentes detrás de estos suicidios se debe a problemas familiares, la presión al elegir su carrera estudiantil, las enfermedades mentales, y ser regañado por los padres. Se estima que esta alza se deba al cierre de escuelas y la interrupción de las clases presenciales, por lo que más estudiantes se negaron a asistir a clases debido a los cambios en su estilo de vida provocados por la pandemia. Las cifras son desalentadoras en un país que durante mucho tiempo ha luchado por reducir su tasa de suicidios inusualmente alta.

Japón solía tener la tasa de suicidios más alta del mundo desarrollado, por lo que el gobierno nipones ha trabajado para obtener una reducción de las tasas de suicidio en alrededor de un tercio. No obstante, el desempleo y los efectos provocados por la pandemia principalmente a las industrias más afectadas que son las que cuentan con mayor personal femenino, como el turismo, el comercio minorista y las industrias alimentarias han agravado la cifra en la tasa de suicidio en mujeres y niños.

Asimismo, el gobierno japonés en medio de la llamada quinta ola de infecciones de COVID-19, ha ordenado un estado de emergencia como otras medidas que incluyen el inicio del sistema de vacunación infantil, el levantamiento del estado de cuasi-emergencia en las 18 prefecturas que lo tienen, un aumento al cupo de entradas al país en 10,000 personas al día a partir de abril excluyendo el turismo y una disminución en la cuarentena de 7 días a 3 días. Dichas medidas se espera puedan tener un efecto positivo no solo en la reactivación de la economía y las cadenas de suministro pero también que impacten en una sociedad que por años se ha visto afectada por el deshonor y vergüenza arraigada en la cultura japonesa.

Twitter: @berthabanuet