/ miércoles 9 de septiembre de 2020

La izquierda moderna

Primera Parte


Cuando la alianza PRD, PT y MC (denominada Movimiento Progresista) perdió la elección presidencial por segunda ocasión con AMLO en 2012, se inició un cambio de condiciones en la lucha electoral que hasta entonces habían conocido los partidos de izquierda: la conformación de Frentes, Coaliciones o Alianzas, alrededor del liderazgo de una persona.

El 20 de noviembre de 2012, cuando AMLO anunció en la explanada del zócalo capitalino la conformación del Movimiento de Regeneración Nacional como una asociación civil, se hizo realidad este cambio de condiciones en donde ya no importaba que el “Movimiento Progresista” creciera y que sus partidos de izquierda se desarrollaran para acumular nuevas fuerzas políticas, lo importante con esa decisión era que la gente que apoyaba a AMLO se tradujera en capital político exclusivo del MORENA y no del PRD, PT o MC.

Aunque en aquel discurso AMLO prometió mantener vínculos con los partidos de izquierda; en los hechos, lo que ocurrió fue su uso a conveniencia hasta que Morena pudo obtener su registro como partido político y participar directamente en las elecciones. La historia de competencia y triunfos aplastantes de Morena en 2015 y 2018 es por todos conocida. Como se esperaba, los resultados electorales afectaron al PRD, PT y MC. Varios perdieron su registro en distintas entidades federativas y el PT estuvo a punto de perderlo a nivel nacional.

Desde ese 2012, el PRD, PT y MC comenzaron su propia ruta y estrategias; anteponiendo por delante la defensa de sus intereses y sobrevivencia. MC por ejemplo ha buscado defender sus bastiones políticos. El PT defiende sus proyectos educativos y su bastión. Y el PRD, ha usado sus fuerzas para intentar retener posiciones políticas y ganar otras.

Los tres partidos han usado el discurso de abrirse a la ciudadanía y han sido proclives a recibir liderazgos de otros partidos o sectores para competir en mejores condiciones; también han sido más receptivos en la identificación de las necesidades ciudadanas para ganar la primicia de tomarlas como banderas. Pero esta lógica no es nueva, de hecho varios años antes el PVEM ya había “rebasado por la izquierda” a los tres partidos al lanzar propuestas de campaña (2006) que buscaban resolver los problemas públicos en materia social, de salud o inseguridad de amplios sectores ciudadanos.

Si consideramos al PRD, PT y MC como un todo, es decir, como un bloque de izquierda, podemos decir que desde 2012 a la fecha, en su afán de ser competitivos electoralmente se han aliado con todos los partidos o han incorporado como sus candidatos a personas provenientes de otros partidos o sectores. Este es un elemento que también distingue la fase en la que se encuentran los partidos, porque las alianzas ya nos son ideológicas sino pragmáticas; ya no existe ningún tabú ni sentimiento de culpa o vergüenza por no aliarse únicamente con partidos de izquierda.

Por otro lado, algo que me parece que únicamente hizo el PRD desde el 2012 fue hablar de una idea no muy vieja: la necesidad de crear una izquierda distinta que cuestionara la funcionalidad dogmática de la “vieja” izquierda revolucionaria. Era evidente que las condiciones históricas habían cambiado, pero parecía una tarea no sencilla para muchos.

Recuerdo muy bien que los líderes del PRD decían en aquel momento que era necesario crear una izquierda moderna y responsable. Sin embargo, el tono era más bien para diferenciarse de Morena (y descalificar su ruta de división), pero también había una suerte de búsqueda de identidad y justificación de lo iba a suceder: la firma del Pacto por México.

Después de ese episodio, el PRD y MC participaron juntos con el PAN en la elección de 2018 y tras los resultados adversos, los líderes del PRD volvieron a traer al debate la idea de lo que debía ser la izquierda en su nueva coyuntura: dijeron que debería ser madura y opositora.

[Continuará…]

Primera Parte


Cuando la alianza PRD, PT y MC (denominada Movimiento Progresista) perdió la elección presidencial por segunda ocasión con AMLO en 2012, se inició un cambio de condiciones en la lucha electoral que hasta entonces habían conocido los partidos de izquierda: la conformación de Frentes, Coaliciones o Alianzas, alrededor del liderazgo de una persona.

El 20 de noviembre de 2012, cuando AMLO anunció en la explanada del zócalo capitalino la conformación del Movimiento de Regeneración Nacional como una asociación civil, se hizo realidad este cambio de condiciones en donde ya no importaba que el “Movimiento Progresista” creciera y que sus partidos de izquierda se desarrollaran para acumular nuevas fuerzas políticas, lo importante con esa decisión era que la gente que apoyaba a AMLO se tradujera en capital político exclusivo del MORENA y no del PRD, PT o MC.

Aunque en aquel discurso AMLO prometió mantener vínculos con los partidos de izquierda; en los hechos, lo que ocurrió fue su uso a conveniencia hasta que Morena pudo obtener su registro como partido político y participar directamente en las elecciones. La historia de competencia y triunfos aplastantes de Morena en 2015 y 2018 es por todos conocida. Como se esperaba, los resultados electorales afectaron al PRD, PT y MC. Varios perdieron su registro en distintas entidades federativas y el PT estuvo a punto de perderlo a nivel nacional.

Desde ese 2012, el PRD, PT y MC comenzaron su propia ruta y estrategias; anteponiendo por delante la defensa de sus intereses y sobrevivencia. MC por ejemplo ha buscado defender sus bastiones políticos. El PT defiende sus proyectos educativos y su bastión. Y el PRD, ha usado sus fuerzas para intentar retener posiciones políticas y ganar otras.

Los tres partidos han usado el discurso de abrirse a la ciudadanía y han sido proclives a recibir liderazgos de otros partidos o sectores para competir en mejores condiciones; también han sido más receptivos en la identificación de las necesidades ciudadanas para ganar la primicia de tomarlas como banderas. Pero esta lógica no es nueva, de hecho varios años antes el PVEM ya había “rebasado por la izquierda” a los tres partidos al lanzar propuestas de campaña (2006) que buscaban resolver los problemas públicos en materia social, de salud o inseguridad de amplios sectores ciudadanos.

Si consideramos al PRD, PT y MC como un todo, es decir, como un bloque de izquierda, podemos decir que desde 2012 a la fecha, en su afán de ser competitivos electoralmente se han aliado con todos los partidos o han incorporado como sus candidatos a personas provenientes de otros partidos o sectores. Este es un elemento que también distingue la fase en la que se encuentran los partidos, porque las alianzas ya nos son ideológicas sino pragmáticas; ya no existe ningún tabú ni sentimiento de culpa o vergüenza por no aliarse únicamente con partidos de izquierda.

Por otro lado, algo que me parece que únicamente hizo el PRD desde el 2012 fue hablar de una idea no muy vieja: la necesidad de crear una izquierda distinta que cuestionara la funcionalidad dogmática de la “vieja” izquierda revolucionaria. Era evidente que las condiciones históricas habían cambiado, pero parecía una tarea no sencilla para muchos.

Recuerdo muy bien que los líderes del PRD decían en aquel momento que era necesario crear una izquierda moderna y responsable. Sin embargo, el tono era más bien para diferenciarse de Morena (y descalificar su ruta de división), pero también había una suerte de búsqueda de identidad y justificación de lo iba a suceder: la firma del Pacto por México.

Después de ese episodio, el PRD y MC participaron juntos con el PAN en la elección de 2018 y tras los resultados adversos, los líderes del PRD volvieron a traer al debate la idea de lo que debía ser la izquierda en su nueva coyuntura: dijeron que debería ser madura y opositora.

[Continuará…]