/ miércoles 8 de junio de 2022

La izquierda venció en la mayoría de las elecciones

La coalición de izquierda –conformada por Morena-PT-PVEM- obtuvo al triunfo en la mayoría de las elecciones de gobernador que tuvieron lugar el pasado domingo 5 de junio, algunas por amplia mayoría, en otras por márgenes más estrechos, pero en todas con claridad en los resultados.

En los hechos, de confirmarse estas tendencias, más de las dos terceras partes de las entidades federales estaría bajo el gobierno de las fuerzas democráticas, quedando bajo el dominio de la oposición de derecha solo unas 10 entidades. Entre ellas destacan los estados de Jalisco y Nuevo León, gobernados por el partido Movimiento Ciudadano (MC).

A reserva de confirmar los resultados, haremos una revisión de las cifras oficiales, que arrojaron las encuestas de salida del PREP:

Oaxaca.- El candidato Salomón Jara obtuvo más del 50 por ciento de las preferencias de los ciudadanos. Jara obtuvo cerca del 60 por ciento de los votos, con una ventaja de cerca de 30 puntos porcentuales sobre el candidato del PRI, Alejandro Avilés.

Quintana Roo.- Mara Lezama, candidata de la izquierda, también ganó la elección por una diferencia de más de 30 puntos porcentuales. Las encuestas del PREP arrojan un resultado apabullante. En esta elección, además de la alternancia de los partidos en el poder, tomará forma una nueva correlación de fuerzas políticas, ya que los grupos dominantes en el gobierno estatal hasta la fecha han provenido de Chetumal o de Cozumel. Por primera vez llegará una gobernadora procedente de Cancún.

Hidalgo.- El centenario cacicazgo, establecido en esta entidad por el PRI desde su fundación, ha llegado a su fin. Las cifras del hartazgo popular son aplastantes. Para el PRI fue un golpe tremendo, porque Carolina Viggiano, además de pertenecer al cacicazgo tradicional, ha ocupado el cargo de secretaria general del partido tricolor, y su cónyuge, Rubén Moreira, fue gobernador de Coahuila y actualmente es líder de la fracción príista de la Cámara de Diputados.

Tamaulipas.- El rechazo popular al régimen corrupto de Luis Javier García Cabeza de Vaca hizo inviable la continuidad del proyecto prianista. Asimismo, como hay numerosas posiciones alcanzadas por la izquierda en el congreso estatal y en varios municipios, será posible una lucha más efectiva contra la corrupción y la violencia. La izquierda hizo posible que el pueblo de Tamaulipas enviara al régimen prianista al lugar que le corresponde. Es probable que a partir de hoy se reúnan las condiciones políticas para que el aún gobernador panista sea llevado ante la justicia.

Durango.- En esta entidad el resultado es favorable al PRIAN. Hay una clara ventaja de la coalición prianista, que marca una diferencia de 53 puntos sobre 38 de la izquierda. Por cierto, Gonzalo Yáñez, miembro de la dirección nacional del PT, se alzó con la victoria en la capital del estado, de la que ya fue alcalde a finales del siglo pasado.

Aguascalientes.- La ventaja de la candidata prianista, Tere Jiménez, es clara. Finalmente, las preferencias electorales a su favor no se pudieron superar, a pesar de los enormes esfuerzos que desplegaron las huestes de la izquierda en toda la entidad hidrocálida.

Resumiendo: con estas victorias, la coalición de izquierda tiene hoy el predominio en 22 entidades federativas del país, las cuales representan el control en más de dos terceras partes de los estados. Ante tan aplastante derrota, es por demás divertido que hoy la oposición de derecha pretenda presentar ese resultado como una “victoria”, porque –argumentan-- la coalición de izquierda había calculado obtener “6 de 6” en relación con el número de gubernaturas en juego.

La izquierda no perdió ninguna gubernatura por la simple razón de que en ninguna de ellas tenía el control del gobierno. Por un juego de palabras, a la frase “6 de 6” hoy se le atribuyen propiedades mágicas, ya que al no cumplir con ese “slogan” -- o sea que si no ganaste en todas, entonces perdiste en 2--. Como alguien comentó al respecto: ese razonamiento no se le ocurrió ni a Peña Nieto.

Finamente el comentario general de los dirigentes de la derecha, después de los anteriores resultados, fue aseverar que para el 2024 “hay tiro”, usando la expresión popular para indicar que aún no han sido derrotados y se mantienen en la pelea. Lo cual equivale a que un manager de box no tire la toalla, a pesar de que su pupilo está recibiendo una golpiza, con la remota esperanza de revertir el resultado.

De este momento en adelante, lo importante, para ellos es mantener la llama de la esperanza como su motivación principal, porque saben que si no lo hacen quedarían de inmediato descalificados. Y sus patrocinadores empresariales les retirarían todos los apoyos. Básicamente, los comentarios de la derecha tienden a mantener en pie su colección de membretes, y usan toda expresión –retorciendo las palabras—para obtener triunfos verbales ahí donde hubo un diluvio de votos en su contra.

La expectativa de la izquierda, en cambio, consiste en agrupar sus fuerzas para presentar duras batallas en 2023, principalmente en las elecciones de Estado de México y Coahuila. En ambas entidades, al igual que en Hidalgo, el PRI nunca ha perdido el control desde que fue fundado en 1929.

El estado de México es, con mucho, la entidad más dinámica en la economía del país, tan solo después de la Ciudad de México. La tradición priísta se basa en el control que el Grupo “Atlacomulco” –corrupto y antidemocrático-- ha mantenido sobre toda la política en la entidad. Alfredo del Mazo pudo sobrevivir y llegar a gobernador en 2017, solo después del apoyo abierto del INE, que cubrió todos sus fraudes y trapacerías.

En el 2023 ese INE cambiará. Lorenzo Córdova abandonará el cargo en abril, y las elecciones estatales tendrán lugar después de esa fecha. Si el INE pudiera llegar a tener un poco de equilibrio en sus funciones, el grupo “Atlacomulco” seré exhibido, y las elecciones serán más competidas que en el 2017.

En resumen: de 2018 a la fecha, el PRIAN ha perdido las 22 gubernaturas que hoy están en manos de la izquierda; la mayoría en ambas cámaras del congreso federal y una enorme cantidad de municipios y legisladores locales. La derecha está por completo acorralada, sobre todo bajo el embate de miles de acusaciones por corrupción que mantienen a muchos exgobernadores en prisión, y otros huyendo de la justicia.

Cuando los líderes de la derecha aseguran que para el 2024 “hay tiro”, se debe interpretar como que habrá tiro de gracia, no como una batalla por la victoria, sino por la sobrevivencia.


La coalición de izquierda –conformada por Morena-PT-PVEM- obtuvo al triunfo en la mayoría de las elecciones de gobernador que tuvieron lugar el pasado domingo 5 de junio, algunas por amplia mayoría, en otras por márgenes más estrechos, pero en todas con claridad en los resultados.

En los hechos, de confirmarse estas tendencias, más de las dos terceras partes de las entidades federales estaría bajo el gobierno de las fuerzas democráticas, quedando bajo el dominio de la oposición de derecha solo unas 10 entidades. Entre ellas destacan los estados de Jalisco y Nuevo León, gobernados por el partido Movimiento Ciudadano (MC).

A reserva de confirmar los resultados, haremos una revisión de las cifras oficiales, que arrojaron las encuestas de salida del PREP:

Oaxaca.- El candidato Salomón Jara obtuvo más del 50 por ciento de las preferencias de los ciudadanos. Jara obtuvo cerca del 60 por ciento de los votos, con una ventaja de cerca de 30 puntos porcentuales sobre el candidato del PRI, Alejandro Avilés.

Quintana Roo.- Mara Lezama, candidata de la izquierda, también ganó la elección por una diferencia de más de 30 puntos porcentuales. Las encuestas del PREP arrojan un resultado apabullante. En esta elección, además de la alternancia de los partidos en el poder, tomará forma una nueva correlación de fuerzas políticas, ya que los grupos dominantes en el gobierno estatal hasta la fecha han provenido de Chetumal o de Cozumel. Por primera vez llegará una gobernadora procedente de Cancún.

Hidalgo.- El centenario cacicazgo, establecido en esta entidad por el PRI desde su fundación, ha llegado a su fin. Las cifras del hartazgo popular son aplastantes. Para el PRI fue un golpe tremendo, porque Carolina Viggiano, además de pertenecer al cacicazgo tradicional, ha ocupado el cargo de secretaria general del partido tricolor, y su cónyuge, Rubén Moreira, fue gobernador de Coahuila y actualmente es líder de la fracción príista de la Cámara de Diputados.

Tamaulipas.- El rechazo popular al régimen corrupto de Luis Javier García Cabeza de Vaca hizo inviable la continuidad del proyecto prianista. Asimismo, como hay numerosas posiciones alcanzadas por la izquierda en el congreso estatal y en varios municipios, será posible una lucha más efectiva contra la corrupción y la violencia. La izquierda hizo posible que el pueblo de Tamaulipas enviara al régimen prianista al lugar que le corresponde. Es probable que a partir de hoy se reúnan las condiciones políticas para que el aún gobernador panista sea llevado ante la justicia.

Durango.- En esta entidad el resultado es favorable al PRIAN. Hay una clara ventaja de la coalición prianista, que marca una diferencia de 53 puntos sobre 38 de la izquierda. Por cierto, Gonzalo Yáñez, miembro de la dirección nacional del PT, se alzó con la victoria en la capital del estado, de la que ya fue alcalde a finales del siglo pasado.

Aguascalientes.- La ventaja de la candidata prianista, Tere Jiménez, es clara. Finalmente, las preferencias electorales a su favor no se pudieron superar, a pesar de los enormes esfuerzos que desplegaron las huestes de la izquierda en toda la entidad hidrocálida.

Resumiendo: con estas victorias, la coalición de izquierda tiene hoy el predominio en 22 entidades federativas del país, las cuales representan el control en más de dos terceras partes de los estados. Ante tan aplastante derrota, es por demás divertido que hoy la oposición de derecha pretenda presentar ese resultado como una “victoria”, porque –argumentan-- la coalición de izquierda había calculado obtener “6 de 6” en relación con el número de gubernaturas en juego.

La izquierda no perdió ninguna gubernatura por la simple razón de que en ninguna de ellas tenía el control del gobierno. Por un juego de palabras, a la frase “6 de 6” hoy se le atribuyen propiedades mágicas, ya que al no cumplir con ese “slogan” -- o sea que si no ganaste en todas, entonces perdiste en 2--. Como alguien comentó al respecto: ese razonamiento no se le ocurrió ni a Peña Nieto.

Finamente el comentario general de los dirigentes de la derecha, después de los anteriores resultados, fue aseverar que para el 2024 “hay tiro”, usando la expresión popular para indicar que aún no han sido derrotados y se mantienen en la pelea. Lo cual equivale a que un manager de box no tire la toalla, a pesar de que su pupilo está recibiendo una golpiza, con la remota esperanza de revertir el resultado.

De este momento en adelante, lo importante, para ellos es mantener la llama de la esperanza como su motivación principal, porque saben que si no lo hacen quedarían de inmediato descalificados. Y sus patrocinadores empresariales les retirarían todos los apoyos. Básicamente, los comentarios de la derecha tienden a mantener en pie su colección de membretes, y usan toda expresión –retorciendo las palabras—para obtener triunfos verbales ahí donde hubo un diluvio de votos en su contra.

La expectativa de la izquierda, en cambio, consiste en agrupar sus fuerzas para presentar duras batallas en 2023, principalmente en las elecciones de Estado de México y Coahuila. En ambas entidades, al igual que en Hidalgo, el PRI nunca ha perdido el control desde que fue fundado en 1929.

El estado de México es, con mucho, la entidad más dinámica en la economía del país, tan solo después de la Ciudad de México. La tradición priísta se basa en el control que el Grupo “Atlacomulco” –corrupto y antidemocrático-- ha mantenido sobre toda la política en la entidad. Alfredo del Mazo pudo sobrevivir y llegar a gobernador en 2017, solo después del apoyo abierto del INE, que cubrió todos sus fraudes y trapacerías.

En el 2023 ese INE cambiará. Lorenzo Córdova abandonará el cargo en abril, y las elecciones estatales tendrán lugar después de esa fecha. Si el INE pudiera llegar a tener un poco de equilibrio en sus funciones, el grupo “Atlacomulco” seré exhibido, y las elecciones serán más competidas que en el 2017.

En resumen: de 2018 a la fecha, el PRIAN ha perdido las 22 gubernaturas que hoy están en manos de la izquierda; la mayoría en ambas cámaras del congreso federal y una enorme cantidad de municipios y legisladores locales. La derecha está por completo acorralada, sobre todo bajo el embate de miles de acusaciones por corrupción que mantienen a muchos exgobernadores en prisión, y otros huyendo de la justicia.

Cuando los líderes de la derecha aseguran que para el 2024 “hay tiro”, se debe interpretar como que habrá tiro de gracia, no como una batalla por la victoria, sino por la sobrevivencia.