/ martes 21 de abril de 2020

La poliarquía

La teoría empírica de la democracia fue proseguida por Robert Dahl quien, a diferencia de Schumpeter, puso énfasis en el rol de los grupos de interés más que en los líderes políticos.

Para Dahl el término democracia designaba algo inexistente en tanto los principios y prácticas de la democracia resultaban incompatibles con los grandes estados nacionales.

Las consecuencias de la formación de estas extensas unidades políticas (el gobierno representativo, la mayor diversidad de la población y el mayor número de conflictos) condujeron a la conformación de un nuevo tipo de régimen político: la poliarquía. Las instituciones políticas de la poliarquía que constituyen los elementos necesarios, aunque no suficientes, para la democracia en gran escala se pueden agrupar en dos componentes:

Uno vinculado a la presencia de elecciones limpias que deben cumplir con determinadas características (libres, imparciales, de las que pueden participar la mayoría de los adultos en igualdad de condiciones y que son un mecanismo a través del cual los representantes toman decisiones en nombre de los representados) y el otro vinculado con la existencia de determinadas libertades que Dahl denomina como “derechos políticos primarios inherentes al proceso democrático” (libertad de expresión, libertad de información, derecho a formar asociaciones).

De esta manera, el término poliarquía es utilizado por Dahl para señalar un tipo de régimen político caracterizado por la función de representación y muy diferente al de las polis griegas. El gobierno representativo no es un tipo (el indirecto) de gobierno del pueblo (democracia), sino otra cosa distinta, una forma de gobierno en la que algunos gobiernan en lugar de otros, los representan.

Nuestras actuales democracias indirectas, representativas o modernas se caracterizan por dos instituciones casi desconocidas en las democracias clásicas: los partidos políticos y las elecciones periódicas, en reemplazo de la asamblea y del sorteo.

Las oposiciones en México deben dejar de reaccionar y publicar memes y constituirse en una fuerza de cambio político que presente un plan alternativo, un programa y una línea política que haga contraste a la administración AMLO.

Por su lado, las elecciones deben seguir como un procedimiento que encauce el conflicto por el arreglo constitucional derivado en el Instituto Nacional Electoral, de lo contrario, el Presidente de la República continuará utilizando como medios de propaganda para potenciar su proyecto, los recursos de la asamblea y el sorteo.


FB: Daniel Adame Osorio.

Instagram: @danieladameosorio.

Twitter: @Danieldao1

La teoría empírica de la democracia fue proseguida por Robert Dahl quien, a diferencia de Schumpeter, puso énfasis en el rol de los grupos de interés más que en los líderes políticos.

Para Dahl el término democracia designaba algo inexistente en tanto los principios y prácticas de la democracia resultaban incompatibles con los grandes estados nacionales.

Las consecuencias de la formación de estas extensas unidades políticas (el gobierno representativo, la mayor diversidad de la población y el mayor número de conflictos) condujeron a la conformación de un nuevo tipo de régimen político: la poliarquía. Las instituciones políticas de la poliarquía que constituyen los elementos necesarios, aunque no suficientes, para la democracia en gran escala se pueden agrupar en dos componentes:

Uno vinculado a la presencia de elecciones limpias que deben cumplir con determinadas características (libres, imparciales, de las que pueden participar la mayoría de los adultos en igualdad de condiciones y que son un mecanismo a través del cual los representantes toman decisiones en nombre de los representados) y el otro vinculado con la existencia de determinadas libertades que Dahl denomina como “derechos políticos primarios inherentes al proceso democrático” (libertad de expresión, libertad de información, derecho a formar asociaciones).

De esta manera, el término poliarquía es utilizado por Dahl para señalar un tipo de régimen político caracterizado por la función de representación y muy diferente al de las polis griegas. El gobierno representativo no es un tipo (el indirecto) de gobierno del pueblo (democracia), sino otra cosa distinta, una forma de gobierno en la que algunos gobiernan en lugar de otros, los representan.

Nuestras actuales democracias indirectas, representativas o modernas se caracterizan por dos instituciones casi desconocidas en las democracias clásicas: los partidos políticos y las elecciones periódicas, en reemplazo de la asamblea y del sorteo.

Las oposiciones en México deben dejar de reaccionar y publicar memes y constituirse en una fuerza de cambio político que presente un plan alternativo, un programa y una línea política que haga contraste a la administración AMLO.

Por su lado, las elecciones deben seguir como un procedimiento que encauce el conflicto por el arreglo constitucional derivado en el Instituto Nacional Electoral, de lo contrario, el Presidente de la República continuará utilizando como medios de propaganda para potenciar su proyecto, los recursos de la asamblea y el sorteo.


FB: Daniel Adame Osorio.

Instagram: @danieladameosorio.

Twitter: @Danieldao1

ÚLTIMASCOLUMNAS
martes 24 de octubre de 2023

Inseguridad y elecciones

Daniel Adame

martes 17 de octubre de 2023

Política sin desarrollo

Daniel Adame

martes 26 de septiembre de 2023

El turno de CDMX

Daniel Adame

martes 19 de septiembre de 2023

Sociedad y elecciones

Daniel Adame

martes 12 de septiembre de 2023

Cambio político para México

Daniel Adame

Cargar Más