/ lunes 5 de octubre de 2020

La raíz del odio

Andrés Manuel López Obrador no solo tiene el poder de convocatoria necesario para hacer marchar a la gente a su favor, también en contra, en consecuencia las diferencias entre el gran abanico de sectores ideológicos en México se va haciendo más marcada y la crisis económica y sanitaria que vivimos no ha servido de ninguna manera para amortiguar el convulso escenario que se visualiza en el país, nuestra histórica solidaridad sigue ausente.

En el diario acontecer político los ataques dirigidos hacia distintos frentes, se van recrudeciendo sin importar la distancia que guarden los tiempos electorales, en este ruta, el Presidente tuvo la ocurrencia (cuando apuestas en un simple volado la voluntad de 30,033,119 de mexicanos no se le puede llamar de otra manera) de retar al movimiento FRENAAA a reunir 100 mil manifestantes para poner en la mesa el asunto de su renuncia, en respuesta, los dirigentes del singular movimiento hicieron lo mismo que otros grupos políticos durante el presente sexenio, bailar todos los sones que toque el titular del ejecutivo, bateando a todo lo que les lanza y con esa propuesta absurda se dispusieron a llevar cabo una estrategia igualmente desquiciada, tratar de cumplir el reto de los 100 mil y sin importar las complicaciones logísticas ni las restricciones sanitarias, en medio de señalamientos de acarreos, miles de personas se dieron cita en la plancha del Zócalo el día sábado 3 de Octubre, definitivamente no se logró la meta por más intentos de magnificar cifras, pero esas 15 o 20 mil personas representan la cantidad más importante hasta ahora reunida de opositores al régimen y lo logró un frente con ideas cortas, sin propuesta coherente ni espacio para la conciliación, para rellenar la ausencia de motivos surge el resentimiento, la intolerancia, la polarización que todos los días riegan y abonan tanto AMLO como sus detractores.

En contexto y para seguir con las aportaciones negativas, en días anteriores tuvimos las declaraciones de Francisco Martín Moreno, en un claro ejemplo de lo que ya hemos señalado en anteriores ocasiones, las deficiencias de conectividad que pueden existir entre la boca y el cerebro, el escritor dijo en un programa de radio “Yo por eso propongo, que si se pudiera regresar a la época de la inquisición, yo colgaba a cada uno, no colgaba, quemaba vivo a cada uno de los morenistas en el Zócalo capitalino” rematando el disparate con el argumento de “Quien vote Morena será también un traidor a la patria” posteriormente y abrumado por su propia resaca, se disculpó por el exabrupto o manifiesto hecho bajo la influencia de lo que usted crea, pero ante lo ralo de la disculpa, la afrenta permanece, el historiador mexicano lamentó la “metáfora literaria impropia” sin aclarar la realidad que intentó figurar con semejante disparate por decirlo amablemente.

Ante los hechos y dichos era de esperarse que López Obrador no dejaría pasar la oportunidad de contestar a Moreno, con un mensaje que ampliaba el bloque de destinatarios, retomando primero un mensaje de 2017 en el que calificaba al autor de 23 libros como “un mal escritor, dedicado a explotar la ignorancia y el conservadurismo de la sociedad” y rematando con un poema atribuido a Martin Niemöller “Cuando los nazis buscaron a los comunistas me callé, porque yo no era comunista, cuando encarcelaron a los socialdemócratas me callé, porque yo no era socialdemócrata, cuando buscaron a los católicos no protesté porque yo no era católico, cuando vinieron por mí, ya no había nadie que pudiera protestar” lo anterior en claro reproche a lo que el presidente considera una falta de condena social a lo expresado por Francisco Martin Moreno, poco después, Felipe Calderón atento siempre a las oportunidades, tuiteó una modificación al texto del poema “primero vinieron” (utilizado por el Presidente) para modificarlo y revirar al ejecutivo, si ese tuit lo hubiera realizado otra persona, pudiera ser incisivamente acertado, viniendo de parte de un amnésico represor de periodistas, es cinismo a secas.

Al iniciar la semana, López Obrador ha descalificado la marcha de FRENAAA, acusando manipulación tanto en imágenes como en cifras y presumiendo una alza en su nivel de aprobación, sin duda el fuego cruzado va a continuar y la raíz del odio seguirá extendiéndose por todo el territorio mexicano, falta ver la respuesta del ejecutivo al editorial del diario británico Financial Times que lo ha calificado de “caudillo autoritario” en contraste, se anuncia ya una marcha de apoyo para la 4T, todos parecen olvidar que alguien llamado SARS-CoV-2, camina jubiloso al lado de los manifestantes sin importar ideologías, AMLO ha dicho “No coman ansias y que esperen a los comicios” ojalá también entienda que se le otorgó una responsabilidad y nunca un cheque en blanco, 100 mil o un millón de personas no son la mayoría que lo eligió, el barco atraviesa por la tormenta perfecta, no es tiempo para amotinarse.

Andrés Manuel López Obrador no solo tiene el poder de convocatoria necesario para hacer marchar a la gente a su favor, también en contra, en consecuencia las diferencias entre el gran abanico de sectores ideológicos en México se va haciendo más marcada y la crisis económica y sanitaria que vivimos no ha servido de ninguna manera para amortiguar el convulso escenario que se visualiza en el país, nuestra histórica solidaridad sigue ausente.

En el diario acontecer político los ataques dirigidos hacia distintos frentes, se van recrudeciendo sin importar la distancia que guarden los tiempos electorales, en este ruta, el Presidente tuvo la ocurrencia (cuando apuestas en un simple volado la voluntad de 30,033,119 de mexicanos no se le puede llamar de otra manera) de retar al movimiento FRENAAA a reunir 100 mil manifestantes para poner en la mesa el asunto de su renuncia, en respuesta, los dirigentes del singular movimiento hicieron lo mismo que otros grupos políticos durante el presente sexenio, bailar todos los sones que toque el titular del ejecutivo, bateando a todo lo que les lanza y con esa propuesta absurda se dispusieron a llevar cabo una estrategia igualmente desquiciada, tratar de cumplir el reto de los 100 mil y sin importar las complicaciones logísticas ni las restricciones sanitarias, en medio de señalamientos de acarreos, miles de personas se dieron cita en la plancha del Zócalo el día sábado 3 de Octubre, definitivamente no se logró la meta por más intentos de magnificar cifras, pero esas 15 o 20 mil personas representan la cantidad más importante hasta ahora reunida de opositores al régimen y lo logró un frente con ideas cortas, sin propuesta coherente ni espacio para la conciliación, para rellenar la ausencia de motivos surge el resentimiento, la intolerancia, la polarización que todos los días riegan y abonan tanto AMLO como sus detractores.

En contexto y para seguir con las aportaciones negativas, en días anteriores tuvimos las declaraciones de Francisco Martín Moreno, en un claro ejemplo de lo que ya hemos señalado en anteriores ocasiones, las deficiencias de conectividad que pueden existir entre la boca y el cerebro, el escritor dijo en un programa de radio “Yo por eso propongo, que si se pudiera regresar a la época de la inquisición, yo colgaba a cada uno, no colgaba, quemaba vivo a cada uno de los morenistas en el Zócalo capitalino” rematando el disparate con el argumento de “Quien vote Morena será también un traidor a la patria” posteriormente y abrumado por su propia resaca, se disculpó por el exabrupto o manifiesto hecho bajo la influencia de lo que usted crea, pero ante lo ralo de la disculpa, la afrenta permanece, el historiador mexicano lamentó la “metáfora literaria impropia” sin aclarar la realidad que intentó figurar con semejante disparate por decirlo amablemente.

Ante los hechos y dichos era de esperarse que López Obrador no dejaría pasar la oportunidad de contestar a Moreno, con un mensaje que ampliaba el bloque de destinatarios, retomando primero un mensaje de 2017 en el que calificaba al autor de 23 libros como “un mal escritor, dedicado a explotar la ignorancia y el conservadurismo de la sociedad” y rematando con un poema atribuido a Martin Niemöller “Cuando los nazis buscaron a los comunistas me callé, porque yo no era comunista, cuando encarcelaron a los socialdemócratas me callé, porque yo no era socialdemócrata, cuando buscaron a los católicos no protesté porque yo no era católico, cuando vinieron por mí, ya no había nadie que pudiera protestar” lo anterior en claro reproche a lo que el presidente considera una falta de condena social a lo expresado por Francisco Martin Moreno, poco después, Felipe Calderón atento siempre a las oportunidades, tuiteó una modificación al texto del poema “primero vinieron” (utilizado por el Presidente) para modificarlo y revirar al ejecutivo, si ese tuit lo hubiera realizado otra persona, pudiera ser incisivamente acertado, viniendo de parte de un amnésico represor de periodistas, es cinismo a secas.

Al iniciar la semana, López Obrador ha descalificado la marcha de FRENAAA, acusando manipulación tanto en imágenes como en cifras y presumiendo una alza en su nivel de aprobación, sin duda el fuego cruzado va a continuar y la raíz del odio seguirá extendiéndose por todo el territorio mexicano, falta ver la respuesta del ejecutivo al editorial del diario británico Financial Times que lo ha calificado de “caudillo autoritario” en contraste, se anuncia ya una marcha de apoyo para la 4T, todos parecen olvidar que alguien llamado SARS-CoV-2, camina jubiloso al lado de los manifestantes sin importar ideologías, AMLO ha dicho “No coman ansias y que esperen a los comicios” ojalá también entienda que se le otorgó una responsabilidad y nunca un cheque en blanco, 100 mil o un millón de personas no son la mayoría que lo eligió, el barco atraviesa por la tormenta perfecta, no es tiempo para amotinarse.