/ sábado 18 de enero de 2020

La seguridad hídrica en México

Nuestro país vive hoy un riesgo creciente en materia de Seguridad Hídrica a causa de varios factores:

Para empezar, la población que demanda agua es superior a los 120 millones de habitantes y sigue creciendo de manera exponencial, en 1950, hace apenas una décadas éramos en México 25 millones de habitantes, en 1970 ya éramos casi el doble, con 48 millones, para 1990 superamos los 81 millones y en 2010 los 112. En este año se realizará el Censo de Población 2020, y se estima que la población rondará los 125 millones. Esto significa que en los últimos 70 años la población se multiplicó por 5.

A diferencia de lo que ocurre con la población que sigue creciendo, las precipitaciones manifiestan una ligera pero significativa disminución, en la Cuenca del Balsas por ejemplo la estadística indica una disminución del 5% en los últimos 50 años.

Hoy día la precipitación media es de 740 litros por metro cuadrado de superficie (mm) al año, sin embargo, su desigual distribución espacial y temporal representa uno de los mayores retos. Por ejemplo, en zonas de Baja California apenas llueve del orden de los 43 mm al año, en tanto que en algunas zonas de Tabasco llueve más de 4,490 mm anuales. Evidentemente los problemas son muy distintos en ambos sitios del país.

Por si esto fuera poco, en solo cuatro meses del año, de junio a septiembre, se precipitan mas de dos tercios de la lluvia anual, en los ocho meses restantes solo un tercio.

Además, la distribución de la población en cuencas donde tenemos la menor disponibilidad natural de agua ha dado como consecuencia que 8 de las 13 regiones hidrológico-administrativas en que se ha dividido al país, tengan un estrés hídrico alto. Todo el centro y norte de nuestro país tiene hoy un fuerte estrés hídrico que pone en riesgo su capacidad de crecimiento y desarrollo sostenible. Una de ellas, el Valle de México, tiene un estrés hídrico que supera el 141%, un caso atípico y extremo a nivel mundial.

Esa presión sobre el agua ha traído diversas consecuencias, como la sobrexplotación de acuíferos, que ha crecido de 20 acuíferos sobrexplotados en 1975 a 105 en 2019. Además, ya 18 presentan intrusión salina y 32 el fenómeno de salinización de suelos. Es decir, en menos de 50 años se quintuplicó el numero de acuíferos sobrexplotados. Yo solo recuerdo un caso que ha sido recuperado en todos estos años, el acuífero de Tepalcingo-Axochiapan en el que trabajamos durante 10 años para revertir su sobrexplotación.

Otra consecuencia evidente de la presión sobre el recurso ha sido el incremento de la contaminación de nuestros cuerpos de agua. Rios, lagos y acuíferos contaminados son evidentes a lo largo y ancho de nuestro país.

El Derecho Humano al Agua hoy se ve seriamente amenazado ante la mayor escasez de agua, ante la mayor contaminación y la creciente demanda provocada por el aumento poblacional.

La seguridad alimentaria también sufre una elevada vulnerabilidad que se agrava por los efectos del cambio climático en la alteración de las precipitaciones y por la degradación de la calidad del agua en las fuentes y la degradación de los suelos.


Por el bien de México, se requiere de una política pública de gran visión y largo alcance. #aguaparatodos

Nuestro país vive hoy un riesgo creciente en materia de Seguridad Hídrica a causa de varios factores:

Para empezar, la población que demanda agua es superior a los 120 millones de habitantes y sigue creciendo de manera exponencial, en 1950, hace apenas una décadas éramos en México 25 millones de habitantes, en 1970 ya éramos casi el doble, con 48 millones, para 1990 superamos los 81 millones y en 2010 los 112. En este año se realizará el Censo de Población 2020, y se estima que la población rondará los 125 millones. Esto significa que en los últimos 70 años la población se multiplicó por 5.

A diferencia de lo que ocurre con la población que sigue creciendo, las precipitaciones manifiestan una ligera pero significativa disminución, en la Cuenca del Balsas por ejemplo la estadística indica una disminución del 5% en los últimos 50 años.

Hoy día la precipitación media es de 740 litros por metro cuadrado de superficie (mm) al año, sin embargo, su desigual distribución espacial y temporal representa uno de los mayores retos. Por ejemplo, en zonas de Baja California apenas llueve del orden de los 43 mm al año, en tanto que en algunas zonas de Tabasco llueve más de 4,490 mm anuales. Evidentemente los problemas son muy distintos en ambos sitios del país.

Por si esto fuera poco, en solo cuatro meses del año, de junio a septiembre, se precipitan mas de dos tercios de la lluvia anual, en los ocho meses restantes solo un tercio.

Además, la distribución de la población en cuencas donde tenemos la menor disponibilidad natural de agua ha dado como consecuencia que 8 de las 13 regiones hidrológico-administrativas en que se ha dividido al país, tengan un estrés hídrico alto. Todo el centro y norte de nuestro país tiene hoy un fuerte estrés hídrico que pone en riesgo su capacidad de crecimiento y desarrollo sostenible. Una de ellas, el Valle de México, tiene un estrés hídrico que supera el 141%, un caso atípico y extremo a nivel mundial.

Esa presión sobre el agua ha traído diversas consecuencias, como la sobrexplotación de acuíferos, que ha crecido de 20 acuíferos sobrexplotados en 1975 a 105 en 2019. Además, ya 18 presentan intrusión salina y 32 el fenómeno de salinización de suelos. Es decir, en menos de 50 años se quintuplicó el numero de acuíferos sobrexplotados. Yo solo recuerdo un caso que ha sido recuperado en todos estos años, el acuífero de Tepalcingo-Axochiapan en el que trabajamos durante 10 años para revertir su sobrexplotación.

Otra consecuencia evidente de la presión sobre el recurso ha sido el incremento de la contaminación de nuestros cuerpos de agua. Rios, lagos y acuíferos contaminados son evidentes a lo largo y ancho de nuestro país.

El Derecho Humano al Agua hoy se ve seriamente amenazado ante la mayor escasez de agua, ante la mayor contaminación y la creciente demanda provocada por el aumento poblacional.

La seguridad alimentaria también sufre una elevada vulnerabilidad que se agrava por los efectos del cambio climático en la alteración de las precipitaciones y por la degradación de la calidad del agua en las fuentes y la degradación de los suelos.


Por el bien de México, se requiere de una política pública de gran visión y largo alcance. #aguaparatodos