/ lunes 1 de junio de 2020

La tormenta perfecta

Estados Unidos atraviesa por una de las pruebas más difíciles de la historia moderna, se ha hablado de una crisis económica que podría ser aún más devastadora a los albores de la tercera década del siglo pasado y la “Gran Depresión”, esto ya no suena descabellado si adicionamos otros ingredientes:

Anthony Fauci, brazo derecho de Trump hizo pronósticos a finales del mes de Marzo que por desgracia hoy van cobrando forma, ese país lidera a nivel mundial cifras negativas en la pandemia que se ha vuelto el flagelo del siglo XXI, son casi 1,800,000 positivos y cerca de 105,000 decesos, el panorama es una pesadilla aunado a los 40 millones de desempleados a partir de la emergencia sanitaria.

Sin embargo por increíble que parezca, esos números y la epidemia no son la noticia del día en el vecino país del norte, fueron mandados a un segundo plano ante la oleada de violentas protestas generadas por el homicidio del ciudadano norteamericano de raza negra George Floyd a manos del Oficial de Policía del Departamento de Seguridad de Minnesota, Derek Chauvin; la muerte sucedió mientras estaba sometido y con la rodilla de Chauvin en su cuello por espacio de 10 minutos, las suplicas del hoy occiso gritando “no puedo respirar” fueron registradas en video por algunos testigos, pero eso poco le importó al oficial de policía de Minneapolis, quien por cierto cuenta con un largo historial de denuncias por abuso policiaco, 18 para ser exactos.

El lógico repudio que esto ocasionó, principalmente en la población afroamericana y en sectores antirracistas y opositores al gobierno, ha dado lugar a disturbios que nadie y menos en estos tiempos imaginamos, parece ser que la lección de los años 90 en la conocida “revuelta de Rodney King” no fue aprendida y el estallido social llegó en los tiempos de mayor dificultad para el gobierno de Trump.

Esta situación ha dejado al desnudo una vez más, las carencias del Presidente Norteamericano cuando de conciliar se trata, sus Tuits son una suerte de bombas molotov para el ánimo general; las protestas desde el jueves incendiaron una Comisaría de Policía en Minneapolis; al enterarse de lo sucedido, Donald Trump fiel a su naturaleza rompió toda oportunidad de dar solución al conflicto y solo atinó a tuitear: “Cuando empiezan los saqueos, empiezan los tiros” mensaje inmediatamente marcado por TWITTER bajo el argumento de “violar normas y glorificar la violencia”.

La frase utilizada por el mandatario norteamericano, parece ser sacada de la chistera de la ignominia que sabemos posee, pero en realidad fue copiada de los dichos en 1967, de un ex jefe de policía de la ciudad de Miami, Walter Headley al mencionar la estrategia seguiría contra quienes él consideraba “jóvenes rufianes que se aprovechan y usan de pretexto campañas por derechos civiles”, la impunidad y el racismo de la época le dieron a Headley una inmunidad histórica, hoy al parecer negada a Trump.

El abuso policial, el racismo aún existente y la combinación de soberbia e insensibilidad del presidente estadunidense, han pasado la factura y reviven oprobios en un país con un apartheid que la historia se niega a reconocer pero muchos de quienes aún viven no olvidan.

Mientras las manifestaciones que iniciaron en Minneapolis se han extendido a 140 ciudades y en casi todos los Estados incluyendo los apartados Alaska y Hawái, el Gobierno ha implementado toques de queda en 25 ciudades de 16 Estados. La Guardia Nacional anunció haber desplegado 5000 efectivos en 15 Estados y en Washington D.C. donde por cierto sucedió lo inimaginable, los disturbios orillaron a Trump a replegarse hacia un Bunker diseñado para proteger a los presidentes ante ataques terroristas.

Pero también el olvidado enemigo parece estar al acecho, el SARS-CoV-2 y tendrá algo que decir en estos lamentables acontecimientos, mientras tanto el presidente termina de colocar los últimos eslabones en su cadena de equivocaciones y enfila su artillería contra Antifa, una organización de principios anti-fascistas con presencia en varios países y más activos en Estados Unidos al llegar Donald Trump a la Casa Blanca.

Los peores disturbios sociales desde la muerte de Martin Luther King, han llegado a territorio estadunidense en un momento fracturado por las circunstancias, distanciados con el mundo, asolados por el virus, en medio de una crisis económica mundial, el billete falso de 20 dólares por el que George Floyd perdió la vida, podría ser el clavo del reino perdido para Donald Trump, todas las condiciones necesarias parecen estar en el justo punto de convergencia para la Tormenta Perfecta en los Estados Unidos.

Estados Unidos atraviesa por una de las pruebas más difíciles de la historia moderna, se ha hablado de una crisis económica que podría ser aún más devastadora a los albores de la tercera década del siglo pasado y la “Gran Depresión”, esto ya no suena descabellado si adicionamos otros ingredientes:

Anthony Fauci, brazo derecho de Trump hizo pronósticos a finales del mes de Marzo que por desgracia hoy van cobrando forma, ese país lidera a nivel mundial cifras negativas en la pandemia que se ha vuelto el flagelo del siglo XXI, son casi 1,800,000 positivos y cerca de 105,000 decesos, el panorama es una pesadilla aunado a los 40 millones de desempleados a partir de la emergencia sanitaria.

Sin embargo por increíble que parezca, esos números y la epidemia no son la noticia del día en el vecino país del norte, fueron mandados a un segundo plano ante la oleada de violentas protestas generadas por el homicidio del ciudadano norteamericano de raza negra George Floyd a manos del Oficial de Policía del Departamento de Seguridad de Minnesota, Derek Chauvin; la muerte sucedió mientras estaba sometido y con la rodilla de Chauvin en su cuello por espacio de 10 minutos, las suplicas del hoy occiso gritando “no puedo respirar” fueron registradas en video por algunos testigos, pero eso poco le importó al oficial de policía de Minneapolis, quien por cierto cuenta con un largo historial de denuncias por abuso policiaco, 18 para ser exactos.

El lógico repudio que esto ocasionó, principalmente en la población afroamericana y en sectores antirracistas y opositores al gobierno, ha dado lugar a disturbios que nadie y menos en estos tiempos imaginamos, parece ser que la lección de los años 90 en la conocida “revuelta de Rodney King” no fue aprendida y el estallido social llegó en los tiempos de mayor dificultad para el gobierno de Trump.

Esta situación ha dejado al desnudo una vez más, las carencias del Presidente Norteamericano cuando de conciliar se trata, sus Tuits son una suerte de bombas molotov para el ánimo general; las protestas desde el jueves incendiaron una Comisaría de Policía en Minneapolis; al enterarse de lo sucedido, Donald Trump fiel a su naturaleza rompió toda oportunidad de dar solución al conflicto y solo atinó a tuitear: “Cuando empiezan los saqueos, empiezan los tiros” mensaje inmediatamente marcado por TWITTER bajo el argumento de “violar normas y glorificar la violencia”.

La frase utilizada por el mandatario norteamericano, parece ser sacada de la chistera de la ignominia que sabemos posee, pero en realidad fue copiada de los dichos en 1967, de un ex jefe de policía de la ciudad de Miami, Walter Headley al mencionar la estrategia seguiría contra quienes él consideraba “jóvenes rufianes que se aprovechan y usan de pretexto campañas por derechos civiles”, la impunidad y el racismo de la época le dieron a Headley una inmunidad histórica, hoy al parecer negada a Trump.

El abuso policial, el racismo aún existente y la combinación de soberbia e insensibilidad del presidente estadunidense, han pasado la factura y reviven oprobios en un país con un apartheid que la historia se niega a reconocer pero muchos de quienes aún viven no olvidan.

Mientras las manifestaciones que iniciaron en Minneapolis se han extendido a 140 ciudades y en casi todos los Estados incluyendo los apartados Alaska y Hawái, el Gobierno ha implementado toques de queda en 25 ciudades de 16 Estados. La Guardia Nacional anunció haber desplegado 5000 efectivos en 15 Estados y en Washington D.C. donde por cierto sucedió lo inimaginable, los disturbios orillaron a Trump a replegarse hacia un Bunker diseñado para proteger a los presidentes ante ataques terroristas.

Pero también el olvidado enemigo parece estar al acecho, el SARS-CoV-2 y tendrá algo que decir en estos lamentables acontecimientos, mientras tanto el presidente termina de colocar los últimos eslabones en su cadena de equivocaciones y enfila su artillería contra Antifa, una organización de principios anti-fascistas con presencia en varios países y más activos en Estados Unidos al llegar Donald Trump a la Casa Blanca.

Los peores disturbios sociales desde la muerte de Martin Luther King, han llegado a territorio estadunidense en un momento fracturado por las circunstancias, distanciados con el mundo, asolados por el virus, en medio de una crisis económica mundial, el billete falso de 20 dólares por el que George Floyd perdió la vida, podría ser el clavo del reino perdido para Donald Trump, todas las condiciones necesarias parecen estar en el justo punto de convergencia para la Tormenta Perfecta en los Estados Unidos.