/ lunes 14 de diciembre de 2020

La vacuna de la discordia

México se encuentra hundido en una frenética lucha por el poder y lo peor del caso es que esta disputa se libra en medio de una pandemia, al SARS-CoV-2 se agregó el virus de la politización a pesar de los riesgos.

Nadie hizo equipo, la polarización facturada al ejecutivo federal, pero fomentada por todos los frentes políticos, se agudizó con el escenario pandémico, un incremento de casos del 10% en una semana epidemiológica, aumento en los niveles de transmisión, una Ciudad de México con más del 80% de ocupación hospitalaria y Morelos ya al 70% en camas de terapia intensiva. Mientras las autoridades pelean y esgrimen sus posicionamientos, la epidemia avanza de forma inexorable.

Los Estados Unidos de Norteamérica, epicentro de la pandemia, iniciaron su programa de vacunación en una campaña que ha sido catalogada como la más grande de su historia, con un esfuerzo titánico para frenar la enfermedad con 300 mil muertes a cuestas.

En México, al iniciar la semana se realizará el pedido formal de la vacuna elaborada por la farmacéutica Pfizer y se espera que de acuerdo a los contratos llegue a nuestro país en un lapso aproximado de 5 a 8 días, según declaraciones de la Subsecretaria para Asuntos Multilaterales de la Cancillería Martha Delgado.

Es de resaltar que México adquirió 34.4 millones de unidades y la semana pasada fue autorizada por nuestro regulador sanitario (COFEPRIS) por otra parte los fabricantes de la vacuna rusa Sputnik V presentaron solicitud y documentación necesaria ante la misma instancia para realizar estudios clínicos en nuestro país y obtener la autorización correspondiente dio a conocer el canciller Marcelo Ebrard.

Es obvio que el mundo entero espera con ansias las vacunas, esta pandemia ha puesto de rodillas a los sistemas sanitarios y ha colapsado las economías de todo el planeta y sin duda cada gobierno intentará acceder de manera inmediata al beneficio de una inmunidad, México se convirtió en la primera nación de América Latina y la cuarta a nivel global en autorizar el uso de emergencia de la inoculación contra la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, sin embargo el enrarecido panorama político ha iniciado ya los primeros amagos de conflicto interno y de estrategias politizadas.

Por si la distribución no representara ya un enorme reto logístico, se agrega la petición de los Gobernadores de la mal llamada Alianza Federalista (en el correcto concepto de Federalismo) quienes han solicitado al Gobierno Federal les autorice adquirir las vacunas para sus respectivos Estados pues consideran que no hay certeza de equidad en el plan presentado por las autoridades sanitarias.

“La alianza sostiene que mientras el Gobierno de México no transparente el Plan Nacional de Vacunación con el fin de informar cual será el mecanismo de acceso, los estados de la alianza debemos adquirir las dosis vía COFEPRIS para dar certeza a nuestra gente” fue tal el mensaje en twitter de sus redes oficiales, en esta agrupación se encuentran los gobiernos de Nuevo León, Jalisco, Tamaulipas, Coahuila, Durango, Michoacán, Guanajuato, Colima, Chihuahua y Aguascalientes, la postura ocurre precisamente después de que Hugo López Gattel mencionó descartó la posibilidad de adquisición separada y advirtió hasta probables tintes electorales de la moción.

Esa posibilidad es evidente, con un bloque que surgió argumentando no tener recursos económicos para la atención de la pandemia y ahora se vuelven potenciales compradores, los gobernadores tratan de evitar inequidad en la distribución ¿Acaso nos enfrentaremos a un panorama en donde las entidades federativas con más poder económico y presupuesto sean las primeras en inocular a su población? Eso representa una idea de realidades paralelas, un México rico y otro pobre, algo inaceptable.

En el conflicto de la vacuna de la discordia que por cierto ni siquiera ha llegado, se suman diversos actores, desde grupos empresariales que pretenden inmunizar primero a las plantillas laborales.

El plan de vacunación habla de los sectores que tendrán acceso a las dosis de acuerdo a sus prioridades, sin embargo hace falta una información detallada de la estrategia para evitar “sospechosismos”.

Si la 4T ha sido reprobada en su reto pandémico, la misma suerte sufrimos todos los mexicanos ya que la salud es una corresponsabilidad y la campaña de vacunación será nuestro examen extraordinario.

México se encuentra hundido en una frenética lucha por el poder y lo peor del caso es que esta disputa se libra en medio de una pandemia, al SARS-CoV-2 se agregó el virus de la politización a pesar de los riesgos.

Nadie hizo equipo, la polarización facturada al ejecutivo federal, pero fomentada por todos los frentes políticos, se agudizó con el escenario pandémico, un incremento de casos del 10% en una semana epidemiológica, aumento en los niveles de transmisión, una Ciudad de México con más del 80% de ocupación hospitalaria y Morelos ya al 70% en camas de terapia intensiva. Mientras las autoridades pelean y esgrimen sus posicionamientos, la epidemia avanza de forma inexorable.

Los Estados Unidos de Norteamérica, epicentro de la pandemia, iniciaron su programa de vacunación en una campaña que ha sido catalogada como la más grande de su historia, con un esfuerzo titánico para frenar la enfermedad con 300 mil muertes a cuestas.

En México, al iniciar la semana se realizará el pedido formal de la vacuna elaborada por la farmacéutica Pfizer y se espera que de acuerdo a los contratos llegue a nuestro país en un lapso aproximado de 5 a 8 días, según declaraciones de la Subsecretaria para Asuntos Multilaterales de la Cancillería Martha Delgado.

Es de resaltar que México adquirió 34.4 millones de unidades y la semana pasada fue autorizada por nuestro regulador sanitario (COFEPRIS) por otra parte los fabricantes de la vacuna rusa Sputnik V presentaron solicitud y documentación necesaria ante la misma instancia para realizar estudios clínicos en nuestro país y obtener la autorización correspondiente dio a conocer el canciller Marcelo Ebrard.

Es obvio que el mundo entero espera con ansias las vacunas, esta pandemia ha puesto de rodillas a los sistemas sanitarios y ha colapsado las economías de todo el planeta y sin duda cada gobierno intentará acceder de manera inmediata al beneficio de una inmunidad, México se convirtió en la primera nación de América Latina y la cuarta a nivel global en autorizar el uso de emergencia de la inoculación contra la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, sin embargo el enrarecido panorama político ha iniciado ya los primeros amagos de conflicto interno y de estrategias politizadas.

Por si la distribución no representara ya un enorme reto logístico, se agrega la petición de los Gobernadores de la mal llamada Alianza Federalista (en el correcto concepto de Federalismo) quienes han solicitado al Gobierno Federal les autorice adquirir las vacunas para sus respectivos Estados pues consideran que no hay certeza de equidad en el plan presentado por las autoridades sanitarias.

“La alianza sostiene que mientras el Gobierno de México no transparente el Plan Nacional de Vacunación con el fin de informar cual será el mecanismo de acceso, los estados de la alianza debemos adquirir las dosis vía COFEPRIS para dar certeza a nuestra gente” fue tal el mensaje en twitter de sus redes oficiales, en esta agrupación se encuentran los gobiernos de Nuevo León, Jalisco, Tamaulipas, Coahuila, Durango, Michoacán, Guanajuato, Colima, Chihuahua y Aguascalientes, la postura ocurre precisamente después de que Hugo López Gattel mencionó descartó la posibilidad de adquisición separada y advirtió hasta probables tintes electorales de la moción.

Esa posibilidad es evidente, con un bloque que surgió argumentando no tener recursos económicos para la atención de la pandemia y ahora se vuelven potenciales compradores, los gobernadores tratan de evitar inequidad en la distribución ¿Acaso nos enfrentaremos a un panorama en donde las entidades federativas con más poder económico y presupuesto sean las primeras en inocular a su población? Eso representa una idea de realidades paralelas, un México rico y otro pobre, algo inaceptable.

En el conflicto de la vacuna de la discordia que por cierto ni siquiera ha llegado, se suman diversos actores, desde grupos empresariales que pretenden inmunizar primero a las plantillas laborales.

El plan de vacunación habla de los sectores que tendrán acceso a las dosis de acuerdo a sus prioridades, sin embargo hace falta una información detallada de la estrategia para evitar “sospechosismos”.

Si la 4T ha sido reprobada en su reto pandémico, la misma suerte sufrimos todos los mexicanos ya que la salud es una corresponsabilidad y la campaña de vacunación será nuestro examen extraordinario.