/ miércoles 27 de marzo de 2019

Lecciones de historia

Al Presidente Andrés Manuel López Obrador le gusta la historia. Y mucho más porque la historia la escriben los vencedores. Y él la dicta todos los días desde su pódium en “la mañanera”, desde donde onstantemente hace referencias a las diferentes etapas de la vida nacional, y ha llegado al culmen de su vocación épico-autobiográfica, calificando su mandato como el de la cuarta transformación nacional.

Las referencias a sus personajes favoritos (Juárez y Madero, sobre todo) son constantes y para él, inspiradoras. Y lo mismo habla de la reforma que de las reformas estructurales y de la independencia que del neoliberalismo. O se pasa de indiscreto al anunciar que Carlos Slim se retirará de los negocios muy pronto para apoyar el bienestar social.

Ha cuestionado más de una vez la mega concentración del poder, pero el suyo es un Poder de Poderes que haría palidecer al presidencialismo priista, del cual, por cierto, proviene. Y como no le funcionó el volver a atizar a los últimos presidentes de la república (de Salinas hasta Peña Nieto) se inventó una caja china para desviar la atención de los últimos traspiés que ha tenido. Porque es el tema de la famosa disculpa que le pide a España, un vil distractor para bajarse la muina del abucheo que sufrió el fin de semana pasado al acudir a inaugurar el nuevo estadio de los Diablos Rojos del México.

Ahí, el Gran Tlatoani vivió en carne propia lo que los gobernadores a los que visita en sus giras, sienten. Y no le gustó. De nada bastaron los 5 mil boletos que se distribuyeron entre las huestes de Morena, pues “la porra del equipo Fifí” se hizo sentir y de qué forma. AMLO salió ponchado, por más que amenazó con controlar a “la mafia del poder” con rectas de 95 millas por hora, y con la “pejemoña”, porque los demonios anduvieron sueltos en el diamante de la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca, antes ejido y chinampa del pueblo en la zona lacustre de la cuenca de la Ciudad de México. Verdaderos historiadores han calificado la demanda de López Obrador como “anacrónica” y “patética”.

La humillación en la casa de Alfredo Harp Helú, le dolió. Porque el béisbol es su deporte favorito y lo quiere dotar de más recursos que a varios programas sociales y porque ha presumido que ya hizo las paces con los empresarios, dolidos por la cancelación del NAICM. Este revés debió ubicarlo y concientizarlo de que no todo el pueblo sabio es aplaudidor a cuanta ocurrencia suelta. Pero fue al contrario. De ahí que de la manga, se saque la pretensión de lavar una ofensa de hace más de 500 años, totalmente fuera de lugar y con burdos intentos patrioteros. Menos mal que el gobierno español no se enganchó y no le compró la mafufada, rechazando cualquier tipo de disculpa. Pero sinrazones como esta pueden salir caras ante un país aliado, socio comercial y con quien (nos guste o no) tenemos historia y cercanía.

Por lo pronto, ya no acudió a entregarle al Secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, una condecoración por “perseverancia excepcional”, ocupado en ventilar una carta privada al Rey Felipe VI de España donde a través de un video grabado en la zona arqueológica le pide se disculpe por la sangre derramada de los pueblos originarios de México y las violaciones a los derechos humanos, durante la “invasión” y conquista española. Personajes de la política ibérica de todas las tendencias han criticado la actitud del presidente de México y acá en la Nueva España, el único que defendió a Gansopoxtli de la réplica del escritor Arturo Pérez Reverte, fue el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco.

Y es que el autor de “El Capitán Alatriste”, vía Twitter, se lanzó con todo con el tabasqueño y le dijo “Que se disculpe él que tiene apellidos españoles y vive allí. Si este individuo se cree de verdad lo que dice, es un imbécil. Si no se lo cree, es un sinvergüenza”. ¡Hostia! Por su parte, el Vaticano dijo que no tiene nada que aportar, pues recordó que el Papa Francisco ya pidió perdón por la conquista de América en 2015, cuando dijo “Pido humildemente perdón no solo por las ofensas de la propia Iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”.

A este paso, en Morelos, algún español o chilango tendrán que pedir perdón a los municipios indígenas a los que se les concedió autonomía, pero sin recursos ni previsión para operar sus gobiernos, respetando usos y costumbres pero dotándoles de presupuesto y condiciones de gobernabilidad, como en el tema de seguridad. Por cierto que ayer fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el histórico decreto con el que entra en vigor la creación de la Guardia Nacional (que requerirá 20 mil millones peso para operar este año). Los gobernadores tienen un plazo de 180 días para presentar ante el Consejo Nacional de Seguridad Pública el diagnóstico y el programa para el fortalecimiento del estado de fuerza y las capacidades institucionales de sus respectivos cuerpos policiales estatales y municipales. A nuestro estado le urge que entre en operación, Pero esa será otra historia.

Los dejo con esta reflexión del escritor Aldous Huxley: “Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia”.

Hasta la próxima entrega, donde podrán seguir leyendo lo que hay en mi mente.

Comentarios: cfelix7@hotmail.com

Twitter: @CarlosFelix1

Al Presidente Andrés Manuel López Obrador le gusta la historia. Y mucho más porque la historia la escriben los vencedores. Y él la dicta todos los días desde su pódium en “la mañanera”, desde donde onstantemente hace referencias a las diferentes etapas de la vida nacional, y ha llegado al culmen de su vocación épico-autobiográfica, calificando su mandato como el de la cuarta transformación nacional.

Las referencias a sus personajes favoritos (Juárez y Madero, sobre todo) son constantes y para él, inspiradoras. Y lo mismo habla de la reforma que de las reformas estructurales y de la independencia que del neoliberalismo. O se pasa de indiscreto al anunciar que Carlos Slim se retirará de los negocios muy pronto para apoyar el bienestar social.

Ha cuestionado más de una vez la mega concentración del poder, pero el suyo es un Poder de Poderes que haría palidecer al presidencialismo priista, del cual, por cierto, proviene. Y como no le funcionó el volver a atizar a los últimos presidentes de la república (de Salinas hasta Peña Nieto) se inventó una caja china para desviar la atención de los últimos traspiés que ha tenido. Porque es el tema de la famosa disculpa que le pide a España, un vil distractor para bajarse la muina del abucheo que sufrió el fin de semana pasado al acudir a inaugurar el nuevo estadio de los Diablos Rojos del México.

Ahí, el Gran Tlatoani vivió en carne propia lo que los gobernadores a los que visita en sus giras, sienten. Y no le gustó. De nada bastaron los 5 mil boletos que se distribuyeron entre las huestes de Morena, pues “la porra del equipo Fifí” se hizo sentir y de qué forma. AMLO salió ponchado, por más que amenazó con controlar a “la mafia del poder” con rectas de 95 millas por hora, y con la “pejemoña”, porque los demonios anduvieron sueltos en el diamante de la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca, antes ejido y chinampa del pueblo en la zona lacustre de la cuenca de la Ciudad de México. Verdaderos historiadores han calificado la demanda de López Obrador como “anacrónica” y “patética”.

La humillación en la casa de Alfredo Harp Helú, le dolió. Porque el béisbol es su deporte favorito y lo quiere dotar de más recursos que a varios programas sociales y porque ha presumido que ya hizo las paces con los empresarios, dolidos por la cancelación del NAICM. Este revés debió ubicarlo y concientizarlo de que no todo el pueblo sabio es aplaudidor a cuanta ocurrencia suelta. Pero fue al contrario. De ahí que de la manga, se saque la pretensión de lavar una ofensa de hace más de 500 años, totalmente fuera de lugar y con burdos intentos patrioteros. Menos mal que el gobierno español no se enganchó y no le compró la mafufada, rechazando cualquier tipo de disculpa. Pero sinrazones como esta pueden salir caras ante un país aliado, socio comercial y con quien (nos guste o no) tenemos historia y cercanía.

Por lo pronto, ya no acudió a entregarle al Secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, una condecoración por “perseverancia excepcional”, ocupado en ventilar una carta privada al Rey Felipe VI de España donde a través de un video grabado en la zona arqueológica le pide se disculpe por la sangre derramada de los pueblos originarios de México y las violaciones a los derechos humanos, durante la “invasión” y conquista española. Personajes de la política ibérica de todas las tendencias han criticado la actitud del presidente de México y acá en la Nueva España, el único que defendió a Gansopoxtli de la réplica del escritor Arturo Pérez Reverte, fue el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco.

Y es que el autor de “El Capitán Alatriste”, vía Twitter, se lanzó con todo con el tabasqueño y le dijo “Que se disculpe él que tiene apellidos españoles y vive allí. Si este individuo se cree de verdad lo que dice, es un imbécil. Si no se lo cree, es un sinvergüenza”. ¡Hostia! Por su parte, el Vaticano dijo que no tiene nada que aportar, pues recordó que el Papa Francisco ya pidió perdón por la conquista de América en 2015, cuando dijo “Pido humildemente perdón no solo por las ofensas de la propia Iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”.

A este paso, en Morelos, algún español o chilango tendrán que pedir perdón a los municipios indígenas a los que se les concedió autonomía, pero sin recursos ni previsión para operar sus gobiernos, respetando usos y costumbres pero dotándoles de presupuesto y condiciones de gobernabilidad, como en el tema de seguridad. Por cierto que ayer fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el histórico decreto con el que entra en vigor la creación de la Guardia Nacional (que requerirá 20 mil millones peso para operar este año). Los gobernadores tienen un plazo de 180 días para presentar ante el Consejo Nacional de Seguridad Pública el diagnóstico y el programa para el fortalecimiento del estado de fuerza y las capacidades institucionales de sus respectivos cuerpos policiales estatales y municipales. A nuestro estado le urge que entre en operación, Pero esa será otra historia.

Los dejo con esta reflexión del escritor Aldous Huxley: “Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia”.

Hasta la próxima entrega, donde podrán seguir leyendo lo que hay en mi mente.

Comentarios: cfelix7@hotmail.com

Twitter: @CarlosFelix1

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